Ojarasca 116  diciembre 2006

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Nosotros los guarijíos
 

Los guarijíos se nombran a sí mismos macurawe,

que significa "los que agarran la tierra", "los que andan por la tierra".

Los guarijíos viven en en el sureste de Sonora en las faldas de la Sierra Madre Occidental

donde colindan Sonora y Chihuahua. Su territorio es escabroso, de pocas planicies,

y lo cruzan arroyos y ríos, afluentes del río Mayo que antes desembocaba en el mar.

El arroyo Guajaray es una referencia importante en su cosmovisión.

Hacia 1632, los guarijíos comandados por Cobameai se levantaron contra los religiosos

que intentaban evangelizarlos. La represión fue tan fuerte que muchos se desplazaron a Chihuahua.

Después algunos regresaron, lo que los separó en dos grupos. Los de Chihuahua

se relacionaron con los rarámuri y los que hoy habitan en Sonora fueron muy influidos por los mayo-yoremes.



 

Origen del fuego
Según cuentan los ancianos guarijíos, al principio no tenían lumbre; comían carne cruda. El que tenía lumbre era demonio, no dios. Por eso mandaron a una chuparrosa y a una chure (correcaminos) a tomar la lumbre para los guarijíos.

Echachapani mochikame tijoe ochitiame warijio. Ki iniwaere nai yowi koare sapa remonio iniwaere nai riosi ki iniwaere. Ujurare seemuchi pui puu nokare nai inoaga yoma tijoe warijiowichio.
 

Fue cuando hubo eclipse de sol
Fue en el mes de septiembre de 1910, cuando se eclipsó el sol y se vieron las estrellas en el cielo. Ese eclipse duró más de una hora, pues no se veía luz; mas la gente estaba ya asustada porque no soportaba la oscuridad; muchos sonaban tambos viejos o de fierro.

Quiyami e'e tiame pasaroatai: tajá choi paatai 1910 puca tiempochi choi paatai tajá tucagueri hueripaatai machi manipaatai puru sopori tepa aniachi huecamanipatai sopori tepa aniachi hueca sopori tetewiguatai.
Hueru chiatai gente narucoga majaca quimachiopo huerú chetia tai bote cacarame buepaca guajá gente hueruchía tai niyoga.
 

Nosotros los guarijíos
Nosotros los guarijíos trabajamos la palma, la madera y el barro. Hacemos ollas, comales, cajetes y fogones. Con la madera hacemos violines, arpas, mesas y máscaras. Con la palma hacemos petates, sombreros, angarías (cestos con red de mecate), casas y guarís. En Babícora tejen sombreros.

En Guataturi tejen cestos.

Teme warijio tejkipachani tajkuchi, tapasari. Wechorichi netena teme sikori, sakira, pejtori, jorona. Sene taparisi yawera, arapa, mesa, maskara. Sene tajku netena, jepeta, mokori, rankaria, kari, wari. Pipako netenia mokoria wataturi netenia rankaria.
 

El arroyo Guajaray
Hay mucho pescado en el arroyo Guajaray del que se alimentan los guarijíos.
También se alimentan del fruto de guanamuchil. El arroyo Guajaray pasa por los Bajíos, donde su agua se utiliza para regar los cultivos de maíz, frijol, calabaza y sandía. Estos cultivos son una gran ayuda para los guarijíos de los Bajíos.

Wajarai jaki chiko weka sochi intuna. Puka koani warijio. Makuchuni koaka yoma intuo. Jaki wajarai ajta wajio umatona. Wajio jakichi echitiame toenia waao sunu, jaru, muni, jarawe. Puka echajka japo kuina warijio wajio mochikame.
 

Las niñas guarijías
A nosotras, las niñas guarijías, nos gusta jugar con tierra haciendo casitas de barro y palitos. También hacemos tortillas de barro. Éstos son nuestros juegos.

Teme kuita warijio puserena teega wejechi kusi kari neteka. sene wesara takari neteka. Jiju ju tamo teri.
 

Recogidos por Aureliano Rodríguez Güereña y Rafael Nieto Andrade

 
Cuando se acabó el mundo
Cuentan las personas mayores que hace mucho tiempo el mundo empezó a arder; esto quería decir que se iba a acabar. Sólo un hombre que no quería morir se metió en una cueva muy honda para no quemarse. Después que todo pasó, salió para lo que había sucedido y no vio nada, sólo cenizas y un llano solitario.

Cuentan que al rato de haber salido de la cueva, le dio mucho sueño y se le hizo fácil acostarse sobre la tierra limpia. Después de haber dormido, despertó pero siguió acostado. De pronto se asustó porque oyó voces; ya era muy tarde y le pareció como que venía gente bailando. A medida que pasaba el tiempo, más cerca se escuchaban las voces y el ruido hasta llegar el momento en que éstas llegaron junto a él, el único señor que había quedado vivo, entonces escuchó que decían:

--¡Aquí hay un muerto! --dijo un espíritu.

--¡Y parece que ya mero revienta! --dijo otro.

--Hay que hacer un hoyo para darle sepultura --dijo otro espíritu. 

Todo lo que platicaban estos espíritus el hombre lo escuchaba. Cuando ya tenían listo el hoyo para sepultarlo, el hombre se tiró un pedo.

Entonces dijo un espíritu:

--¡Vámonos porque este difunto ya reventó y apesta mucho!

Cuando desaparecieron todos los espíritus, el hombre se quedó solo; por eso no se ha acabado el mundo y hay mucha gente todavía.
 

Recopilado por Gildardo Buitimea Romero


Danza del venado en Sarmiento-yaqui, Sonora
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