Usted está aquí: lunes 18 de diciembre de 2006 Política Denuncian grave daño ecológico a ríos de Jalisco por sobrexplotación de cribadoras

Los afluentes Mascota y Ameca reflejan el deterioro ocasionado durante 15 años

Denuncian grave daño ecológico a ríos de Jalisco por sobrexplotación de cribadoras

La vegetación natural de la zona ha desaparecido y la humedad se encuentra en sus niveles más bajos, exponen vecinos

Autoridades fueron cómplices de los abusos, dicen

ANGELICA ENCISO L.

Ampliar la imagen Las compañías cribadoras de Jalisco nunca presentaron estudios de impacto ambiental y explotaron durante 15 años los ríos Mascota y Ameca Foto: La Jornada

El trabajo indiscriminado que realizan cribadoras en la extracción de arena y piedra en los ríos Mascota y Ameca, en Puerto Vallarta, ha provocado no sólo la desaparición de la vegetación del lugar, la pérdida de humedad sino también daños a la salud de la población por la contaminación atmosférica que ocasionan en su operación.

En México, donde sólo 6 por ciento de los cuerpos de agua superficial están en buenas condiciones, no sólo las descargas de aguas residuales provocan daños ambientales, sino también la operación irregular de estas plantas que extraen material pétreo de los cauces.

En el margen del río Mascota, que limita con el ejido Ixtapa, en el municipio de Puerto Vallarta, Jalisco, donde residen 20 mil personas, seis plantas cribadoras han extraído miles de toneladas de materiales pétreos durante alrededor de 15 años, violando la ley ambiental ya que operaron sin la autorización de estudios de impacto ambiental.

El río está seco, ha desaparecido la vida acuática, los pozos de los agricultores ya no tienen agua, se ha perdido vegetación, hay contaminación del aire y las parcelas de los campesinos ya no tienen humedad. Todos estos fueron los hechos visibles que llamaron la atención a los residentes del ejido.

Hasta que los habitantes se quejaron de los daños ecológicos a través de una denuncia popular que presentaron ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), fue cuando se clausuraron las seis plantas al comprobarse que carecían de las autorizaciones ambientales y sólo habían operado con permisos de la Comisión Nacional del Agua. Tres años después de esto, la situación no ha cambiado.

Tres plantas continúan abiertas y los habitantes desconocen las condicionantes que se les establecieron para autorizar su reapertura en octubre de 2005. Esto fue bajo el consentimiento de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en la que la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental avaló los estudios ambientales, sin someter el procedimiento a consulta pública.

Problema añejo

En los márgenes del río Mascota, en una superficie de alrededor de 350 metros, se instalaron desde hace varios años seis cribadoras, de las cuales tres están en operación, y aún extraen miles de toneladas de arena y grava de profundas pozas, en las cuales, además, se han ahogado tres personas.

Las autoridades del ejido presentaron una denuncia popular ante la delegación de la Profepa en Jalisco el 5 de noviembre de 2003, con el propósito de que se regularizara la explotación de las cribadoras ya que habían dañado severamente el entorno natural. En el documento se señala que la explotación en el cauce del río Mascota, había dejado como consecuencia la erosión hídrica y la inundación de las parcelas.

Entre los efectos que se observaban ese momento, según mencionó el ejido en la denuncia, están la alteración del cauce natural del río lo cual conllevaba riesgos de erosión e inundación de las parcelas y las zonas de siembra, pérdida en la calidad de aguas, cambio en la sedimentación, afectación a las masas de agua superficial en la cuenca baja, interrupción de los flujos de agua subterránea y disminución en la recarga del acuífero.

Sumado a ello, se advirtió la extinción de la vegetación riparia y su fauna, lo que representa la pérdida de biodiversidad y desestabilización de taludes a consecuencia de la desaparición de terrenos productivos.

Como medidas preventivas, el ejido demandó a los gobiernos municipal y federal la reforestación de ambos lados del río, que las cribadoras cubrieran y repararan el daño ocasionado al ejido, y proteger los bordes con espigones. Pidió la verificación de los títulos de concesión de las empresas, así como de las cantidades de extracción autorizadas.

Tras de que la Profepa determinó la clausura de las seis plantas, volvieron a abrir en octubre de 2005, Geminis Internacional, Erick Curiel Curiel y Materiales para construcción de Roberto Sandoval, mientras que dos se trasladaron al río Ameca y una más cerró, se trata de Hermanos Santana Alencaster, Agregados San José y Ricardo Jiménez Ramírez, aunque tienen la vigencia de explotación en el río Mascota.

Las plantas reiniciaron sus actividades, ya con la autorización de los estudios de impacto ambiental, el cual fue avalado por la Semarnat sin consulta pública de por medio, a pesar de que había una solicitud previa de los ejidatarios, según indica la documentación que enviaron a la delegación de la dependencia.

Este proceso no se hizo bajo el argumento de que la solicitud no se había presentado con tiempo y el delegado de la Semarnat, José de Jesús Alvarez, prometió enviarles las condicionantes que se les impusieron a las empresas, pero esa documentación no la han recibido.

A pesar de que reiteradamente han solicitado que se realicen inspecciones a las plantas, sólo se ha hecho una visita en agosto pasado y el resultado que le dieron a representantes del ejido, vía telefónica, fue que todo estaba bien. Entre los ejidatarios trasciende la versión de que la esposa de uno de los inspectores de la Profepa fue la que hizo los estudios de impacto ambiental de Nicolás Curiel.

En lo que respecta al río Ameca, que divide Jalisco y Nayarit, se estima que son alrededor de diez las cribadoras que operan, pero la situación, al igual que en el otro cauce, no ha variado a pesar de las denuncia que se presentó en enero de 2006 ante la delegación de la Profepa Jalisco.

Habitantes de San José del Valle, colindante con el río Ameca, también tienen sus parcelas afectadas, y presentaron una denuncia en la Profepa de Nayarit. Esta dependencia no ha hecho visitas a la zona y a un año de la denuncia no se observa ningún cambio. La Conagua entregó una concesión más en septiembre para la extracción de 20 mil metros cúbicos de material.

 
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