Usted está aquí: martes 12 de diciembre de 2006 Opinión Nuevo gobierno, viejo régimen

Marco Rascón

Nuevo gobierno, viejo régimen

Romper para estabilizar: la cultura de los cambios sexenales y sus reglas no escritas sufrieron transgresiones en los últimos gobiernos priístas, pero curiosamente se van reconstruyendo en esta sucesión que es de panista a panista.

José López Portillo decía que para tomar el poder fundamentalmente debía romperse con el antecesor para de esta manera estabilizar e imponer en lo que se conocería durante el echeverrismo como "el estilo personal de gobernar". ¿Cuál será, pues, el estilo personal de gobernar de Felipe Calderón?

En la actual sucesión es claro que Vicente Fox, pese a sus intentos, no supo ni pudo ejercer el conocido dedazo a favor de Santiago Creel. Lo paradójico es que no sólo perdió Fox y Santiago Creel, sino el mismo lopezobradorismo y también el priísmo, pues visto en retrospectiva el mejor adversario de ellos fue Creel, no Felipe Calderón, surgido de la estructura y la ortodoxia de Acción Nacional.

Esta ruptura para estabilizar fue protagonizada por Luis Echeverría Alvarez, quien como candidato pidió guardar "un minuto de silencio por los caídos en Tlatelolco", lo cual agravió profundamente a Gustavo Díaz Ordaz.

Luego Echeverría inauguró la tradición de devaluar antes de irse para que el nuevo llegara rompiendo con el antecesor. Esta tradición, presente en cada relevo sexenal, la rompió Carlos Salinas de Gortari al mantenerse hasta el final de su gobierno con el peso sobrevaluado para convencer y excitar al aparato exportador estadunidense y así entrar en el Tratado de Libre Comercio. Por esta violación a las reglas de la sucesión se dieron las rupturas entre Salinas y Ernesto Zedillo con el llamado "error de diciembre". Ya antes López Portillo rompió con Echeverría, pese a que mantenían una amistad de la juventud. De la misma manera Miguel de la Madrid rompió con López Portillo, haciéndolo responsable de su fracaso económico y devolviendo los bancos que su antecesor expropió y reprivatizando la banca. De la Madrid tuvo que hacer su propio ajuste monetario e imponer un brutal plan de austeridad al final del sexenio inaugurando los llamados "pactos para la estabilidad". Desde López Portillo hasta hoy los protagonistas infaltables en las sucesiones han sido el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que han exigido las condiciones.

En la ruptura Salinas-Zedillo, este último recurre directamente a William Clinton, quien libera al margen del Congreso de Estados Unidos más de 18 mil millones de dólares para "el rescate financiero" que México respaldaría con sus reservas petroleras. Tanto Fox como Calderón van con el petróleo hipotecado, obra de Zedillo.

La sucesión de Ernesto Zedillo a Vicente Fox, en medio de una gran expectativa de cambios y rupturas, transitó con menos problemas que los que se dieron entre los mismos priístas, pero más que entre Fox y Calderón. La de Zedillo, marcada por el asesinato de Luis Donaldo Colosio, significó una aceleración en el proyecto de integración económica y una burda homologación de la estructura política mexicana con la estadunidense.

La ruptura Salinas-Zedillo muestra dos versiones del neoliberalismo en México. La primera es una interpretación de la doctrina que utiliza la privatización para construir un nuevo bloque oligárquico que se beneficia con el desmantelamiento de la propiedad estatal, mientras la versión zedillista es la representación directa de los intereses financieros internacionales, en particular los estadunidenses. Zedillo, lo mismo como presidente que hoy como empleado de los centros financieros de Estados Unidos, actuó siempre según dichos intereses. Desde la perspectiva de éstos, había que acompañar la aceleración del proceso de integración financiera, comercial y económica, desmantelando el viejo régimen, por eso Zedillo, además de trabajar para los intereses extranjeros, es el "hombre de la transición" con un perfil que está entre Gorbachov y Yeltsin.

Felipe Calderón llega al poder montado en la protección de un sistema financiero que apostó por él y ahora espera del gobierno mejorar las condiciones de integración. Es por ello que en el mensaje del empleo no se habla nada de mejoramiento salarial, pues la única posibilidad de generar empleos en las actuales condiciones es ofreciendo salarios más bajos que en Asia y "atrayendo la inversión privada" en lo que sería un nuevo proceso maquilador.

La versión de la ruptura para estabilizar de Calderón arrancó el 1º de diciembre y siguió con la detención de Flavio Sosa. El mensaje es una centralización de la negociación política por parte de la Presidencia en sus relaciones con los otros poderes, los partidos y los sectores sociales tanto de las empresas como del trabajo. La detención del dirigente de la APPO es funcional y busca el deslinde de su antecesor, Vicente Fox.

En el proceso electoral de 2006 hubo un enfrentamiento de dos corrientes del neoliberalismo: la de Salinas contra la de Zedillo. La privatización oligárquica contra la trasnacionalización acelerada.

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