Accidente, conclusión del caso de Lady Di
Londres/ Washington, 11 de diciembre. A pesar de las diversas teorías de conspiración, la muerte de la princesa Diana de Gales en agosto de 1997 en París no fue el resultado de un complot, sino de un accidente.
Tras tres años de pesquisas, en los que se interrogó a 400 testigos y se estudiaron 20 mil documentos y costaron cuatro millones de libras (unos 6 millones de euros o 7.7 millones de dólares) fueron resumidos de la siguiente manera por el Daily Mirror: "Ni asesinato ni intento de ocultamiento, ni conspiración". El liberal The Independent escribió: "Un accidente, nada más".
A la misma conclusión llegó la cadena BBC en un detallado documental. Los medios británicos coinciden en señalar con base en fuentes de la investigación que se confirmó que el chofer del coche siniestrado conducía bajo los efectos del alcohol y de tranquilizantes y con exceso de velocidad.
Estados Unidos desestimó informes difundidos por el diario The Observer, según los cuales la Agencia Central de Inteligencia (CIA) realizaba escuchas sobre las comunicaciones telefónicas de Diana horas antes de su muerte.
Informe para los príncipes
Cuando murió su madre, todavía eran niños. El duelo por la muerte de la princesa Diana recorrió todo el mundo junto con la compasión por sus dos hijos, Guillermo y Harry.
Casi 10 años después, los príncipes, ahora jóvenes adultos de 24 y 22 años, pueden revisar más de 400 páginas que 15 investigadores dirigidos por el ex jefe de Scotland Yard, lord Stevens, escribieron sobre la muerte de su madre y de su compañero sentimental Dodi Al Fayed en el túnel del Pont d'Alma en París.
Lógicamente no sólo Guillermo, Harry y Carlos estudiarán el informe Stevens. También Mohammed Al Fayed, el millonario padre de Dodi, analizará el documento con sus abogados. Habrá que ver si sigue afirmando que la muerte de Diana y de su hijo se produjo a instancias del padre de Carlos, el príncipe Felipe, por un complot asesino del servicio secreto M-I6.