Usted está aquí: lunes 11 de diciembre de 2006 Espectáculos Reacciones

Reacciones

Si bien cada palabra pronunciada en Apocalypto, de Mel Gibson, es en maya yucateco, "el verdadero lenguaje de la cinta es el de Hollywood", publicó The New York Times el pasado viernes, día del estreno en Estados Unidos. Así como The New York Times, los otros diarios principales en aquel país le dedicaron a la cinta primeras planas de sus secciones de espectáculos o cultura. Varios textos coinciden en señalar la sangrienta obsesión de Gibson y, en cambio, que no da cuenta de los impresionantes logros mayas en cultura y ciencia.

"A pesar de su genuino talento para trasladarnos a otro tiempo y espacio, un don que bajo otras circunstancias valdría la pena vivir, Gibson hizo una película que bien puede ser recomendada sólo para espectadores que tienen la tolerancia hacia el salvajismo repugnante de un comandante de un campo de concentración", escribió Kenneth Turan, en Los Angeles Times. Al final del texto, afirma que si bien Gibson quiso advertir al hombre moderno que si no se cuida podría pasarle como a los mayas (la cinta abre con la cita: "Una gran civilización no es conquistada desde el exterior hasta que se haya destrozado a sí misma desde el interior"); "la realidad de Apocalypto es que es la primera prueba de la podredumbre interior por la cual Gibson está preocupado. Si nuestra sociedad está en peligro moral, la cantidad de nauseabunda violencia que creemos que está bien exhibir en pantalla es un aspecto importante de este declive".

La revista Arqueology señala: "Pensar que una película sobre las mil maneras en que un maya puede matar a un maya (hace sólo 10 años, en Guatemala, eran sistemáticamente exterminados simplemente por ser mayas) está bien, es entretenido o ayuda, es el epítome de una fantasía occidental de supremacía que encuentro triste y, en última instancia, pornográfico".

En su primer fin de semana, Apocalypto llegó al primer lugar de taquilla en salas estadunidenses. Recaudó 14.2 millones de dólares en 2 mil 465 salas.

The New York Times concluye: "Hay una tendencia, al menos entre los periodistas, de tomar a Gibson como un monstruo o un genio: opción falsa que él mismo parece intentar promover... pero su persistencia revela la verdad acerca de esta astuto cineasta con mentalidad sangrienta. Es un entretenedor. Se le hará publicidad y se le pagará". Tania Molina R.

 
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