Usted está aquí: sábado 9 de diciembre de 2006 Sociedad y Justicia Instituciones convierten a niños en "profesionales de la calle"

La buena voluntad no basta, advierte la APOL

Instituciones convierten a niños en "profesionales de la calle"

CAROLINA GOMEZ MENA

Sólo 10 por ciento de los menores que viven en la calle, y que son atendidos por instancias gubernamentales y particulares se desarraigan de este espacio, señaló Miriam Gutiérrez, directora de la Asociación Psicoanalítica de Orientación Lacaniana, (APOL), agrupación integrante de la Red por los Derechos de la Infancia, quien precisó que ha sido la dispersión de esfuerzos y de acciones, la fragmentación, la improvisación en la atención y el asistencialismo los principales responsables de esta situación. Aseguró que muchas de las organizaciones que trabajan con estos menores, paradójicamente en lugar de ayudar, los arraigan más, "los convierten en profesionales de la calle".

En México, de acuerdo con cifras gubernamentales, se calcula que hay casi 95 mil niños y niñas en situación de calle en las principales 100 ciudades del país, y que 52.1 por ciento tienen menos de 14 años de edad.

De acuerdo con la APOL, la política aplicada durante los últimos 15 años a este sector se caracteriza por "esfuerzos asistencialistas, dispersos, poco complementarios, coyunturales y sin perspectivas de continuidad, con modelos centrados en las instituciones, principalmente albergues, con sobreoferta de espacios, esquemas cerrados que aislan a los menores, con estigmatización de las poblaciones en situación de calle y excesivamente normativos, que no confían en las capacidades y en la voluntad del individuo".

Entrevistada durante el foro Un nombre propio, el sicoanálisis ante el fenómeno callejero, sostuvo que no sólo las instituciones gubernamentales encargadas de atender a este sector han cometido "errores", sino también las instituciones civiles. "Cuando se logra que los chicos dejen la calle y las drogas, las instituciones les cierran las puertas, dicen que ya no tienen lugar allí, porque ya no son de calle. Si la razón de ser de la institución es que sean de la calle, pareciera que el precio que los chicos tienen que pagar para recibir asistencia es vivir en la calle: esto es una contradicción".

Tras destacar que el sicoanálisis lacaniano remarca que "somos la manera en que nos llamamos, pues en las palabras el fondo es forma y por tanto llamar a los niños de la calle implica dejarlos en la calle", la experta insistió en que ha "faltado profesionalización de los operadores y educadores" de estos menores, y en este sentido sostuvo que para recuperar a los menores "a veces no basta la buena voluntad", que muchas veces es lo único que tienen quienes crean organizaciones.

Otro aspecto que preocupa, y que suena contradictorio, pero es real, es que en muchos lugares existe una "sobreoferta de asistencia". Uno de ellos es la colonia Guerrero del Distrito Federal, en la cual "hay 38 centros de atención; entonces los que se han profesionalizado son los chicos, son profesionales de la calle porque saben que en la institución de la calle fulanita pueden ir a comer a las 12 y en la de la vuelta a fin de mes se pueden surtir de zapatos, por ejemplo. Entonces la creación de toda esta red asistencial mantiene a los niños en la calle".

 
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