Usted está aquí: viernes 8 de diciembre de 2006 Capital El Centro Histórico, bajo invasión de ambulantes

El Centro Histórico, bajo invasión de ambulantes

El paso de inspectores para desalojarlos es sólo un ritual más ante la temporada navideña

ALEJANDRO CRUZ FLORES

De nueva cuenta los vendedores ambulantes invadieron las calles del Centro Histórico del Distrito Federal. Como cada año, en plena temporada navideña, Corregidora, Correo Mayor y Moneda, entre otras arterias, se saturan de comerciantes que ofrecen cualquier tipo de mercancía, sobre todo juguetes, ropa, adornos y árboles de Navidad, la mayoría de contrabando y hechos en China.

Durante un recorrido se observó la proliferación de los llamados toreros o huleros, quienes, por carecer de permiso para vender en la vía pública, recogen sus productos al menor silbido de alerta de "que viene la camioneta" con inspectores del gobierno de la ciudad.

Esos ambulantes se instalan en vialidades como Corregidora y Moneda, no muy lejos del Zócalo capitalino. Sobre un hule, principalmente de color azul, colocan sus productos, pero tienen que estar pendientes de que los inspectores no los sorprendan, pues de lo contrario les decomisarán su mercancía.

Cualquier persona puede poner "su puesto", lo único que se necesita es contactar a los líderes y pedirles la "autorización correspondiente". Esta tiene un costo de entre 40 y 50 pesos al día o, según uno de los mismos vendedores, hasta 5 mil pesos por toda la temporada.

Si el vendedor no tiene productos para comercializar no hay mayor problema, ya que podrá abastecerse en las bodegas que están ubicadas en calles aledañas, donde puede encontrar casi de todo.

A cambio de la cuota reciben ''protección" de quienes les permiten comerciar, pero sobre todo reciben los avisos de la llegada de inspectores que efectúan frecuentes patrullajes durante el día.

Cuando eso sucede, de inmediato los comerciantes recogen sus puestos, tomando las puntas del plástico para envolver los artículos; algunos se retiran de la zona, aunque la mayoría permanece hasta que se pierde de vista la camioneta y entonces se vuelven a instalar.

Quienes no alcanzan a levantar su mercancía la cubren con una manta negra, pero si no lo hicieran seguramente no sucedería nada, porque los inspectores, en muchos casos, lo único que hacen es pasar sin poner mayor atención en las personas que están en vía pública.

Conforme se avanza sobre Moneda, Corregidora y Correo Mayor el tránsito peatonal se vuelve más difícil, ya que empieza la zona donde se ubican los puestos establecidos sobre estructuras metálicas o cajas. La mayoría se instalan debajo de la acera, supuestamente para no afectar a los comercios establecidos, según dijo uno de los ambulantes.

"Es muy difícil que alguien pueda poner un puesto nuevo ­dice un vendedor de ropa para niños­; todos los que vendemos aquí llevamos años y el lugar ya es nuestro, pero lo que sí se puede hacer es torear, con el peligro de que te agarre la camioneta; a nosotros ya no nos dicen nada, porque tenemos permiso", asegura, aunque también pagan una cuota de 20 pesos diarios por "derecho de piso".

En medio de la calle se colocan más vendedores, lo que dificulta el paso de los clientes potenciales, que caminan entre empellones buscando los mejores precios y productos.

Uno de los puntos más conflictivos es el cruce de Moneda y Correo Mayor, a un costado de Palacio Nacional. Ahí, elementos de la Policía Federal Preventiva asignados a la vigilancia del recinto, observan apaciblemente a vendedores, clientes y cargadores que pasan constantemente llevando mercancías y dificultan aún más el tránsito peatonal.

Los gritos de los comerciantes que ofrecen sus productos son ensordecedores, aunados al ruido de los aparatos de sonido de quienes venden discos, videos y películas piratas, además de los comercios establecidos, que utilizan altavoces para llamar la atención de los transeúntes.

En estas calles se puede encontrar casi de todo: ropa, juguetes, zapatos... y por supuesto, los adornos y árboles de Navidad, a precios muy accesibles en comparación con los de las tiendas de autoservicio, aunque la calidad de los productos deja mucho que desear.

Por ejemplo, un árbol artificial de Navidad de poco más de un metro de altura cuesta 150 pesos. También se pueden encontrar series navideñas por 60 pesos, y paquetes de esferas a 10 pesos, así como carritos que funcionan con baterías a 35 y 50 pesos, hechos en China. Pero hay que caminar con mucho cuidado, porque si se tropieza con un puesto, los vendedores se ponen violentos e insultan a las personas, e incluso pueden a golpear al distraído, como se pudo observar en el recorrido.

En tanto, el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Joel Ortega Cuevas, anunció que, a solicitud de la delegación Cuauhtémoc, se realizarán operativos en Moneda, Corregidora, Bolivia y Pino Suárez para retirar a los ambulantes, aunque pidió al titular de la demarcación, José Luis Muñoz Soria, "agotar al máximo la negociación, para que la fuerza policial se utilice cuando realmente sea necesario".

 
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