Usted está aquí: jueves 30 de noviembre de 2006 Política Naufraga en Xicoténcatl propuesta para acordar adopción de una sede alterna

Cambio de gobierno

Panistas y perredistas se aferran a sus posturas; estéril, la búsqueda de consenso

Naufraga en Xicoténcatl propuesta para acordar adopción de una sede alterna

ANDREA BECERRIL

El PAN y la decisión de la mayoría de los senadores del PRD de no votar echaron abajo la posibilidad de que el Senado de la República recomendara buscar un recinto alterno al del Palacio Legislativo de San Lázaro para la toma de posesión de Felipe Calderón.

Era "la última posibilidad de una salida digna", comentó el priísta Manlio Fabio Beltrones, cerca ya de la medianoche, luego de un debate de más de cuatro horas, en el que los panistas lograron imponerse para evitar que el Senado abriera el espacio a la negociación en San Lázaro.

Los legisladores de Acción Nacional entraron de lleno al debate, en el que perredistas y priístas, senadores de Convergencia y del PVEM advirtieron sobre los riesgos de insistir en una actitud intolerante, de seguir las instrucciones de Felipe Calderón para que la ceremonia de transmisión de poderes sea en San Lázaro, pese a los riesgos de estallidos de violencia.

"¡Cuidado con que Calderón inicie su mandato con las manos manchadas de sangre!", advirtió Dante Delgado, mientras el perredista Ricardo Monreal señalaba que quienes tomaron la tribuna y entramparon la situación fueron los legisladores de Acción Nacional. El priísta Pedro Joaquín Coldwell pedía "vehementemente" apoyar esa propuesta por el bien de la nación y recalcaba que "un fantasma recorre México: el fantasma de la intolerancia, de la inseguridad política".

Al final, los blanquiazules ganaron la votación: 50 contra 41, con la ayuda del PRD, ya que sólo Ricardo Monreal y José Luis García Zalvidea votaron en favor de la sede alterna; los demás se abstuvieron por órdenes del Comité Ejecutivo Nacional. Los priístas veían cómo el coordinador perredista, Carlos Navarrete, celular en mano esperaba instrucciones del dirigente nacional, Leonel Cota Montaño.

El sistema electrónico estaba a punto de cerrarse. Los priístas pedían votar a los senadores del PRD. Desde atrás, Dante Delgado le gritó a Navarrete: "déjalos votar en conciencia", la mayoría quería hacerlo, pero al final se impuso la línea de la dirigencia del sol azteca.

El senador Pablo Gómez, quien denunció durante el debate que se le negó el ingreso a San Lázaro, dijo que fue una buena decisión no votar. "No podemos proponer algo en lo que no están de acuerdo nuestros compañeros diputados", explicó.

La sesión comenzó dos horas después de lo previsto, a la una de la tarde, pero de inmediato, a petición del coordinador panista, Santiago Creel, se decretó un receso hasta las seis de la tarde, con el propósito de "buscar una solución" al conflicto.

El receso se prolongó hasta las ocho de la noche, cuando los coordinadores regresaron sin un acuerdo. Para esas horas, los senadores del PAN tenían la instrucción de no avalar el cambio de sede.

La fracción del PRI, por conducto de Jesús Murillo Karam, presentó un punto de acuerdo: "Con el propósito de coadyuvar a que el mandato constitucional relativo a la transmisión del Poder Ejecutivo federal pueda ser cumplido en sus términos y en las mejores condiciones posibles, se propone que la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión acuerde que el recinto oficial para que se celebre la sesión del Congreso General, prevista para el primero de diciembre del 2006, sea el lugar que apruebe el pleno de la Cámara de Diputados".

Es decir, expuso, que la toma de protesta de Calderón "se celebre en un lugar diferente al propio Palacio Legislativo, que única y exclusivamente para esta ocasión se declare recinto oficial del Congreso de la Unión".

Comenzó de inmediato el debate. En nombre del PAN, el ex presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana Jorge Ocejo dejó claro que su bancada estaba por la celebración de la ceremonia en San Lázaro. Sostuvo que "la convocatoria para impedir la toma de protesta es un abierto llamado a la violencia y un quebranto a las instituciones y las leyes".

Otra panista, Teresa Ortuño, argumentó que cuando Acción Nacional estuvo en la oposición supo cómo protestar y recordó que 117 delegaciones del mundo vienen a presenciar la asunción de Calderón, por lo que no puede impedirse la ceremonia.

Los perredistas Ricardo Monreal, Pablo Gómez, René Arce y Arturo Núñez, recalcaron, en sus respectivas intervenciones, que la confrontación en la Cámara de Diputados es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad mexicana, agraviada por el fraude del 2 de julio.

El perredista Graco Ramírez planteó a los senadores del PAN que en esos momentos el PRI estaba abonando una salida democrática, pero "ustedes están apostando a lo contrario; Calderón manda y ustedes obedecen".

Monreal, a su vez, alertó sobre la continuación de "campaña del miedo" que ya han desatado, para responsabilizar al PRD de la toma de la tribuna de la Cámara de Diputados, y dijo a los panistas que actúan con cinismo, "al acusar de golpistas a los de enfrente, mientras se establece un cerco alrededor de San Lázaro, se suspenden las garantías individuales y se encarcela a cientos de luchadores sociales en Oaxaca".

El senador priísta Pedro Joaquín Coldwell hizo un último llamado a los panistas. Dijo que no le resta legitimidad a Calderón asumir la presidencia en un sitio distinto a San Lázaro. "El mismo debe aspirar a una ceremonia con decoro; se evitaría un espectáculo denigrante". De nada valió, los panistas traían la instrucción de no ceder.

 
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