Usted está aquí: jueves 30 de noviembre de 2006 Cultura Andrés Henestrosa cumple hoy ''cien años de gozo y juventud''

La efeméride se celebró primero en la Casa Lamm y después en Bellas Artes

Andrés Henestrosa cumple hoy ''cien años de gozo y juventud''

Autor de un corpus poético que recogen cantantes de la tradición popular: Adolfo Castañón

Con Los hombres que dispersó la danza y Retrato de mi madre forjó un estilo literario inimitable

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Andrés Henestrosa cumple cien años hoy. Un siglo: cuánta vida, cuánta historia.

El autor de Los hombres que dispersó la danza nació el 30 de noviembre de 1906, en vísperas del comienzo de la huelga de Río Blanco, cuando Porfirio Díaz aún gobernaba México ­como se dice ahora­ ''con mano dura"; cuando no habían sido asesinados Madero, Zapata, Villa, Carranza y Obregón, y no había radio ni televisión, mucho menos computadoras, Internet o teléfonos celulares; cuando Rusia estaba a 11 años de la Revolución, Diego Rivera construía su mito en París y nadie presagiaba a Hiroshima y Nagasaki como sucursales del infierno; Fidel Castro y el Che Guevara ni siquiera habían nacido.

Un siglo de vida. Festejo en dos tiempos: el 21 de noviembre en Casa Lamm y el 23 en el Palacio de Bellas Artes.

En Casa Lamm, a instancias de la Fundación Pro Academia Mexicana de la Lengua y con Claudia Gómez Haro como anfitriona, se reunieron Adolfo Castañón, Adán Cruz y Albino Alvarez para glosar la vida y obra del poeta, narrador, ensayista, orador e historiador nacido en Ixhuatán y que hasta los 15 años sólo hablaba zapoteco.

Personaje histórico y legendario

Adán Cruz, autor de la biografía Henestrosa, nombre y renombre, dijo que en este siglo de andar por el mundo, el festejado ''se ha afirmado no sólo como un personaje histórico, sino legendario", que en 1918 ''abandona el monte y se va a una ciudad más grande, Juchitán, donde se gana la vida como personaje de novela picaresca, se dedica a ejercer la vagancia más ardua y trabaja en un prostíbulo, conoce mujeres, prueba el alcohol y se le despierta el gusto por la vida".

Adolfo Castañón recordó la amistad que unió a su padre con Henestrosa: ''en la infancia, en alguna fiesta familiar de esas a las que los niños van con mohines porque se aburren, me sorprendió encontrarme a un señor que cantaba canciones en un idioma que no era el mío, en zapoteco".

Proverbial y seductora lucidez

Castañón dijo conocer a cuatro Henestrosas: 1) al creador de una obra literaria notable y pulida; 2) al que descubrió y conoció al investigar y escribir el guión del video documental El hombre que dispersó sus sombras, dirigido por Albino Alvarez y presentado esa noche; 3) el político (militante del Partido Revolucionario Institucional), el hombre que habla en el curso de sus campañas con los indígenas en su propia lengua, y 4) el poeta, ''autor secreto, casi confidencial de un corpus poético que han sabido recoger los cantantes de la tradición popular: Tehua, Oscar Chávez, Lila Downs, Susana Harp".

Y precisamente Susana Harp, con su voz límpida y conmovedora, interpretaba entre cada intervención alguna de las canciones escritas por Andrés Henestrosa.

Al final, el narrador hizo un esfuerzo para gritar algunas palabras en las que se filtró la proverbial y seductora lucidez y picardía de quien leyendo se hizo escritor.

En Bellas Artes el homenaje ­merecido sin duda­ fue digamos que más pomposo, pero igualmente emotivo. El director del Instituto Nacional de Bellas Artes, Saúl Juárez, canceló una estampilla postal con la efigie de Andrés Henestrosa y dio a conocer la publicación de una edición facsimilar ­conmemorativa­ de la primera de Los hombres que dispersó la danza.

Ahí, alternando con una banda Oaxaqueña, Vicente Quirarte dijo que Henestrosa ''es un escritor y un milagro, escritor porque desde que tuvo conciencia de que la palabra era instrumento para la posesión del mundo, la cultivó con exigencia y lealtad hasta forjar un estilo inimitable" en dos obras ''irrepetibles de las letras mexicanas": Los hombres que dispersó la danza y Retrato de mi madre.

Por su parte, Gonzalo Celorio, luego de recorrer vida y milagros del festejado, concluyó: ''Andrés Henestrosa cumple cien años, cien años de aprendizaje, de cultivar el árbol del tule de la lengua; de dádivas y de buen humor y de buen amor; cien años de gozo; cien años de juventud".

Cuánta vida, cuánta historia.

 
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