Usted está aquí: miércoles 29 de noviembre de 2006 Política Amistad y pago de facturas, vías para los nombramientos

La canciller, única en romper patrón de designaciones

Amistad y pago de facturas, vías para los nombramientos

CLAUDIA HERRERA, GEORGINA SALDIERNA

Francisco Ramírez Acuña, el hombre más cuestionado del círculo de Felipe Calderón por violaciones a derechos humanos cometidas durante su mandato como gobernador de Jalisco, será el próximo secretario de Gobernación.

Junto con Germán Martínez, futuro titular de la Función Pública, y quien será jefe de la Oficina de la Presidencia ­cargo que se creará ex profeso­ Juan Camilo Mouriño, los distingue su amistad con el presidente electo, su militancia panista y, en los dos últimos casos, su nula o escasa experiencia en el servicio público.

Del nuevo paquete de cuatro nombramientos sólo Patricia Espinosa Cantellano, que de última hora fue designada canciller ante las críticas que suscitó la opción de Sandra Fuentes-Beráin, no es amiga del presidente electo.

De este grupo dos cursaron su licenciatura en escuelas privadas, uno en el extranjero y sólo el futuro secretario de Gobernación en una institución pública: la Universidad de Guadalajara.

El nuevo responsable de la política interior trazó su futuro político en mayo de 2004. En un lapso de tres días apadrinó el destape de Felipe Calderón como candidato presidencial del PAN, a contrapelo del presidente Vicente Fox, y la policía estatal emprendió una feroz represión contra manifestantes durante la tercera Cumbre de Jefes de Estado de América Latina.

A las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y los informes de organismos civiles que señalaron estas violaciones, el jalisciense respondió condecorando a policías estatales por su "defensa del estado de derecho".

Labró su camino hacia Gobernación el 30 de mayo de 2004, en el rancho de la comunidad de El Zapote, propiedad de Abraham González Uyeda, empresario lechero y actual colaborador del equipo de transición, donde orquestó la cargada en favor de Calderón.

El cobro de facturas al presidente electo fue inmediato. En una visita que hizo a Guadalajara, el gobernador mandó a políticos, empresarios y hasta al líder de los porcicultores a hacer la misma pregunta: "¿Habrá jaliscienses en su gabinete?" La respuesta llegó pronto.

Por su parte, Juan Camilo Mouriño se convertirá en el hombre más poderoso, después de Calderón, en la residencia oficial de Los Pinos, y hará recordar los tiempos de José Córdoba Montoya, superasesor salinista.

Con 35 años, pertenece a la generación de jóvenes políticos que rodea al michoacano. Es licenciado en Economía por la Universidad de Tampa, Florida, con posgrado en contaduría y especialización en finanzas por la Universidad Autónoma de Campeche.

Su primer contacto con Calderón fue en 1996, cuando éste era secretario general del PAN y Mouriño se planteaba su posible incursión en la política. Ha tenido una carrera meteórica en el partido: fue diputado local de Campeche, secretario de Organización y presidente estatal.

Cuando Calderón encabezaba la bancada panista en la Cámara de Diputados, "Iván" ­como lo llaman sus amigos­ presidió la Comisión de Energía. Desde entonces su carrera ha estado ligada a la del michoacano, de quien fue asesor, subsecretario de Electricidad y coordinador de la campaña y del equipo de transición. Los negocios de su padre, Carlos Mouriño Atanes, en el sector energético, han estado en la mira. Durante la contienda presidencial, la oposición denunció que fue uno de los empresarios beneficiados por el gobierno del presidente Vicente Fox.

Mouriño Atanes, inmigrante español, es dueño del Grupo Energético del Sureste, que opera 38 gasolineras. En mayo pasado fue nombrado presidente del club de futbol Celta de Vigo, que participa en la cotizada liga española.

Embajadora discreta

Integrante del Servicio Exterior Mexicano desde hace 25 años, Patricia Espinosa Cantellano llega a la Secretaría de Relaciones Exteriores luego de una carrera que los propios integrantes de la diplomacia califican de "plana" y "poco destacada".

Se trata de una embajadora discreta, con experiencia multilateral, que no polariza al interior del servicio exterior, pero que "no es de empaque" como para reconstruir la relación con Cuba y Venezuela. Más bien se le considera "grisecita", según diversos embajadores.

Con el nombramiento de Espinosa Cantellano, en la carrera por ocupar la titularidad de la SRE se queda Arturo Sarukhán, quien había sido mencionado como uno de los fuertes candidatos a suceder a Luis Ernesto Derbez, pero ahora se perfila como embajador de México en Estados Unidos.

La próxima canciller ha desempeñado cargos menores en la diplomacia mexicana. Lo más destacado es un paso fugaz por la embajada en Alemania y actualmente en Austria, y una representación ante los organismos internacionales con sede en Viena.

Según integrantes del servicio exterior, su desempeño ha sido tan plano que no ha destacado en ningún sentido. Llega a la dependencia por la necesidad del próximo gobierno de cumplir con una cuota de género en el gabinete, de al menos cuatro mujeres, y porque Arturo Sarukhán aún no tiene la experiencia necesaria para ser secretario.

Otro pupilo de Castillo Peraza

Por lo que respecta a Germán Martínez Cázares, quien dirigirá la Secretaría de la Función Pública, cabe destacar que es uno de los panistas más cercanos a Felipe Calderón. De hecho, toda su carrera política la ha llevado al lado del michoacano y teniendo como mentor al extinto Carlos Castillo Peraza.

Es licenciado en derecho por la Universidad La Salle y tiene estudios de doctorado en derecho por la Universidad Complutense. Ha sido diputado federal en dos ocasiones. Como legislador fue miembro de la Comisión de Concordia y Pacificación e integrante de las comisiones de Puntos Constitucionales y de Cultura. En su grupo parlamentario se desempeñó como coordinador adjunto cuando Calderón Hinojosa dejó el liderazgo de la bancada para ocupar la dirección de Banobras.

También ha sido integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y director de la Fundación Rafael Preciado Hernández. Durante el proceso electoral defendió como representante del blanquiazul ante el IFE la propaganda negra que difundió su partido para descalificar al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Dada su cercanía con Calderón Hinojosa se daba como hecho que formaría parte del gabinete presidencial, al igual que Mouriño, pese a su nula experiencia en la administración pública.

 
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