Usted está aquí: martes 28 de noviembre de 2006 Mundo Más de 15 mil policías velarán por la seguridad del Papa en Turquía

El primer ministro Tayyip Erdogan se reunirá con Benedicto XVI en Ankara

Más de 15 mil policías velarán por la seguridad del Papa en Turquía

REUTERS, DPA

Ampliar la imagen Protesta contra la presencia del Papa frente al recinto de Santa Sofía, ex basílica bizantina convertida en museo que Benedicto XVI visitará este jueves como parte de su gira por Turquía Foto: Reuters

Ciudad del Vaticano, 27 de noviembre. Benedicto XVI comenzará el martes uno de los viajes más delicados de un Papa, su visita a Turquía, un país donde continúa el resentimiento por sus comentarios sobre el Islam y la oposición al intento de Ankara de ingresar a la Unión Europea.

La visita del líder de mil 100 millones de católico romanos tenía la intención original de ser un acontecimiento centrado en torno a un encuentro con la máxima autoridad de los 250 millones de cristianos ortodoxos del mundo, asentada en Estambul.

Pero tomó ramificaciones políticas mucho más vastas en las relaciones entre los países occidentales e islámicos, los nexos católico-musulmanes y las propias aspiraciones de Turquía a ser parte de la UE.

El Papa alemán, de 79 años, tendrá que intentar reparar el daño en varios frentes al visitar el país predominantemente musulmán que es oficialmente secular.

La actitud hacia el Papa en Turquía varía desde la indiferencia al odio religioso o político. En ese contexto, dos manifestaciones de poca envergadura tuvieron lugar hoy en protesta por la visita papal. Una ocurrió en Estambul y la otra en Ankara, cada una reunió apenas a 200 militantes.

En septiembre Joseph Ratzinger causó enojo entre musulmanes de todo el mundo con una conferencia que pareció retratar al Islam como una religión irracional contaminada por la violencia. Más tarde expresó que lamentaba el dolor que sus declaraciones causaron, pero no llegó a ofrecer una disculpa.

Muchas autoridades islámicas quieren que establezca claramente que el Islam es una religión de paz.

"Pienso que la actitud que el Papa debería tomar es que ni el Islam ni la cristiandad son una fuente de violencia", dijo Ali Bardakoglu, director general de Asuntos Religiosos de Ankara, que controla a los imanes y escribe sus sermones.

En un mundo post-11 de septiembre, en donde algunos en los países occidentales asocian al Islam con violencia, se espera que Benedicto XVI afirme su creencia de que todos los líderes religiosos deben tomar una postura unida sobre que la fe nunca puede ser usada para justificar la violencia.

Un posible gesto de reconciliación podría darse el jueves, cuando el Papa realice una visita añadida a último momento a la Mezquita Azul de Estambul.

Será su primera visita a una mezquita como Papa y la segunda de un pontífice en la historia. Su predecesor, el polaco Juan Pablo II, se convirtió en el primer Papa en visitar una mezquita, en Damasco, en 2001.

El primer ministro turco Tayyip Erdogan, quien fue acusado de desairar a Ratzinger, anunció que se reunirá con el Papa el martes en el aeropuerto de Ankara antes de viajar a una reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Riga.

Turquía planea severas medidas de seguridad para proteger al Papa, cuyo viaje abarca la capital, Ankara, y el centro comercial y cultural de Estambul, en donde el domingo decenas de miles de personas tomaron parte de una manifestación contra la visita con la consigna: "Papa, no vengas".

Mehmet Ali Agca, el hombre que atentó contra Karol Wojtyla en 1981 y que advirtió a Benedicto XVI que estaría en peligro, desea que las autoridades lo liberen de prisión por un día para poder discutir de temas "religiosos y místicos" con el Papa.

En una medida inusual para un viaje papal, Benedicto XVI no usará el Papa-móvil vidriado, sino que viajará en un auto cerrado.

Ratzinger también visitará el sitio en el que se cree que vivió y murió la Virgen María, cerca de Esmirna, en la costa egea.

Más de 15 mil policías velarán por la seguridad del Papa durante su estadía de cuatro días en el país.

En este contexto, la UE amenazó a Turquía con una mayor dureza en las negociaciones de adhesión al mecanismo europeo a causa de la disputa por Chipre.

El bloque reaccionó así antes de la cumbre Euro-mediterránea en la localidad finlandesa de Tampere, a la negativa del gobierno de Ankara a garantizar la libre entrada de barcos y aviones del sur grecochipriota de la isla a Turquía.

"Esto debe tener consecuencias. No podemos seguir como si nada", dijo el ministro finlandés de Relaciones Exteriores, Erkki Tuomioja, cuyo país finaliza la presidencia semestral de la UE el próximo 31 de diciembre.

 
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