Usted está aquí: lunes 27 de noviembre de 2006 Espectáculos "Hay demasiada shit en el mundo", concluye Branch en festival de blues

Un elenco de primera línea cerró ayer la velada en el Monumento a la Revolución

"Hay demasiada shit en el mundo", concluye Branch en festival de blues

Otorgan reconocimiento a Willie Dixon por su contribución al género y a este encuentro

TANIA MOLINA RAMIREZ

Ampliar la imagen The Siegel-Schwall Band durante su recital en el Monumento a la Revolución Foto: María Luisa Severiano

Visiblemente emocionada, Ma-rie Dixon, la elegante y radiante viuda de Willie Dixon, agradeció el efusivo aplauso con el que fue recibida el pasado sábado en el Teatro de la Ciudad, con casa llena: "Gracias, gente hermosa, por recibirme de vuelta. Es un enorme honor estar aquí. Nunca había sido tan cálidamente bienvenida como aquí".

Estaba en el escenario en representación de su esposo para recibir el reconocimiento que le otorgó el 10 Festival de Blues, por el inmenso apoyo que Willie Dixon ofreció a este encuentro en sus primeras ediciones ("fue su padrino", dijo Raúl de la Rosa, organizador del festival) y, sobre todo, "por todo lo que hizo por el blues el compositor, cuyas canciones han grabado más los bluseros y quien creó una fundación en defensa de los músicos de este género".

Estaba también la nieta de la leyenda del blues, Keisha, "el mañana del blues", según la cantante Zora Young, una jovencita desinhibida y tierna que cantó y bailó wang dang doodle. Y, por supuesto, Billy Branch, armonicista con Willie Dixon.

El 10 Festival de Blues, que comenzó el jueves, había subido de temperatura. Para la noche del sábado, la gente aullaba, aplaudía con furor y bailaba en los pasillos. Había transcurrido más de una hora de concierto y aún había gente afuera del teatro, esperanzada en poder entrar.

Como parte de The Siegel- Schwall Band estuvo una de las últimas leyendas del blues, el baterista Sam Lay, hombre grande en todos los sentidos, quien tocó al lado de Howlin Wols, Muddy Waters y Bob Dylan, por mencionar algunos.

"Dave, puedes llorar por mí"

Marcy Levy, delgadísima cantante de portentosa voz, cantó con esta banda: "Dave, puedes llorar por mí". Y la armónica de Corky Siegel le lloró, se lamentó. "¿Dave, te hincarás por mí", y Siegel se hincó y le entregó el alma. Y desde el público se escucharon, literalmente, aullidos.

Siguió el turno de Billy Branch, Guillermo de la Rama, armado de su cartuchera de armónicas, y The Sons of Blues.

El sonido de la potente armónica de Branch evocaba una locomotora cruzando extensos campos. Las palmas del público se unieron al festejo y la sala se llenó de intensa y electrizante emoción.

Alguna vez un periodista dijo que cuando Branch tocaba, estaba "tocando" historias. Branch, además de ser considerado uno del los mejores armonicistas del mundo, pertenece a la última generación que tuvo el privilegio de aprender de los grandes maestros del blues, como el mismo Willie Dixon.

Por su parte, el baterista de The Sons of Blues, Mose Rutues, es un maravilloso joven de más de 60 años, con gran voz e impresionante fuerza para tocar los tambores.

Le siguió la fina y precisa guitarra de Dave Specter, con su banda de excelentes músicos. Specter presentó una por una a las damas del blues venidas de Chicago: las hermosas y dignas Peaches Staten, Zora Yang y Shirley Johnson. Luego de cantar una a la vez, todas se unieron en un delicioso coro de voces.

Terminado el concierto nadie se quería ir. Clamaban más. Lo hubo. A The Siegel-Schwall Band y Marcy Levy se unieron la mayoría de artistas que habían tocado esa noche: el grupo de John Lee Hooker hijo, The Sons of Blues, Billy Branch y la banda de Dave Specter, y jamearon.

Loca canción de amor...

Muchos de los presentes en este festival también lo estuvieron en las primeras ediciones y lo recuerdan con emoción. Incluso, hubo asistentes que recordaban que la banda Willie Dixon (en la cual estaba Billy Branch) se había subido al escenario con sombreros charros a cantar un tema loco compuesto por Dixon e inspirado por México: "La costa está limpio, ahora hay petróleo.... como yooo..."

El domingo el 10 Festival del Blues culminó con una memorable sesión al aire libre, frente al Monumento a la Revolución. En ella participaron una selección de magnificas bandas mexicanas, entre ellas, Dalia Negra acompañada de Claudia Ostos; Vieja Estación (para ser precisos, argentinos afincados en el país), Charro y los Moon Howlers, y Las Señoritas de Aviñón.

The Siegel-Schwall Band y el grupo de John Lee Hooker hijo prendieron la tarde aún más que la pasada noche. Los primeros interpretaron sus temas clásicos, como I got my mojo working, y una versión de Cielito lindo.

Al cierre de esta edición Billy Branch y The Sons of Blues tenían a miles de asistentes festejando. En un hecho inédito compartieron escenario dos grandes armonicistas, Corky Siegel y Billy Branch, a quienes se unió también Marcy Levy.

"¡Estamos en el Monunento a la Revolución! En el mundo algo debe cambiar. Hay demasiada shit", exclamó en español. "¡En el Monumento de la Revolución, el blues es la revolución!", reiteró Branch, durante la jam session final. Fue así como culminaron estos días de gozo colectivo.

 
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