Usted está aquí: viernes 24 de noviembre de 2006 Opinión El asalto

Luis Javier Garrido

El asalto

El asalto al poder de la extrema derecha, que pretende culminar el fraude del 2 de julio e imponer en Los Pinos el 1º de diciembre al panista Felipe Calderón, no parece tener más vía para alcanzar sus objetivos que la utilización de las fuerzas armadas, como ya se ve con el cerco policiaco militar al Palacio Legislativo.

1. La protesta de Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de México ante más de 500 mil personas reunidas en la Plaza de la Constitución y sus alrededores, el 20 de noviembre, fue un acto de congruencia y de dignidad política en respuesta al mandato que le dieran los mexicanos en las elecciones presidenciales, y es también una iniciativa política singular para empezar a ejercer el poder desde el pueblo, confirmando que el país vive un momento histórico y que millones de mexicanos están dispuestos a oponerse a la imposición y a sus políticas, por lo que Televisa, la prensa salinista y sus voceros se equivocan cuando pretenden ignorar la seriedad de la iniciativa y desconocer que la verdadera farsa sería la imposición de Calderón.

2. El fraude electoral del 2 de julio no ha pretendido nada más llevar a un individuo sin autoridad moral ni política a la silla presidencial para que sirva de instrumento a grupos mafiosos que se han apoderado de las instancias de poder del Estado, sino que desde el plano constitucional su culminación el 1º de diciembre constituiría una violación a la soberanía del pueblo, que en un régimen representativo se ejerce por la vía del sufragio, configurando un verdadero golpe de Estado, sin pasar por alto que desde el plano ético sería una burla a la nación y de paso a los partidos de la coalición Por el Bien de Todos, hoy reagrupados en el Frente Patriótico Nacional, por lo que es un deber moral y político de todos los mexicanos impedir que una farsa así pueda llevarse a cabo, y que Vicente Fox, que ya no es otra cosa que un delincuente del orden común, pueda burlarse del país entregando una banda presidencial a su secuaz.

3. La vida pública se halla inmersa en una grave crisis política y moral y las instituciones nacionales en el más absoluto desprestigio y falta de credibilidad por el uso faccioso que se ha hecho de ellas, por lo que, para recuperar la dignidad de la vida nacional y la vía a la legalidad extraviada y a las políticas económica y social que requiere la nación, urge terminar con la política de simulaciones. No es posible, como pretenden los panistas y un sector de priístas y de perredistas corruptos, transas y agachones, que están cuidando sus privilegios y prebendas, continuar en la simulación de que hay legalidad y democracia nada más para seguir permitiendo la exacción de la nación.

4. La razón y una vocación de encauzar al país por la vía de la legalidad dictan también la necesidad de oponerse en un acto digno de resistencia civil a la farsa que representa la imposición de quien perdió las elecciones del 2 de julio. De lograr sentarse en la silla presidencial, Calderón podría figurar en actos sociales y ostentarse "gobernante", pero no podría ejercer en los términos que marca el ordenamiento constitucional. Un gobernante de facto, surgido del fraude, no tiene autoridad moral para nada: ni para imponer políticas ni para negociar con las fuerzas políticas ni para impulsar, como pretende, una "reforma del Estado". No podría "gobernar" más que por el uso de la fuerza, por lo que es lógico que el centro del poder se desplace de Los Pinos a San Lázaro y Xicoténcatl, y que sea el Congreso el que en el futuro inmediato se convierta en el centro de gravedad de la vida pública del país.

5. La presidencia legítima que ya ejerce López Obrador, presentando iniciativas legales, oponiéndose a las medidas antipopulares y antinacionales de los funcionarios de facto, y organizando proyectos colectivos, es viable por una razón: tiene el respaldo de muy amplios sectores de mexicanos que quieren un cambio. López Obrador empezó a cumplir su función oponiéndose a las alzas de la leche (20 de noviembre) y presentando una iniciativa de ley sobre precios competitivos, con el propósito de combatir los monopolios económicos y políticos vinculados al mercado de bienes y servicios, y regular y corregir de esta manera los precios exagerados.

6. El escenario que plantearía una posible llegada de Calderón y de sus cuñados al gobierno parecería para el país extraído de alguno de los Cuentos de la cripta. Los funcionarios panistas y foxistas tanto a nivel local como federal, como muestran múltiples denuncias, están dedicados con fruición a la corrupción y al tráfico de influencias, siguiendo el ejemplo de la pareja presidencial, apoderándose de tierras y negocios y vinculándose como ellos al narcopoder. La ejecución, ayer, de un jefe policiaco y de un funcionario municipal en Nuevo León es una más en la larga cadena de ejecuciones que se han llevado a cabo en las entidades gobernadas por Acción Nacional, que en materia de venalidad están dejando atrás a los priístas.

7. El ejercicio de la función presidencial por el panista resultaría inviable por el proceso de pelelización en el que está inmerso, pues el Poder Ejecutivo se ha tornado en el espacio donde mafias delictivas luchan por el poder, como acontece con Calderón desde ahora, según se vio con la designación que pretendía hacer del ultraderechista Francisco Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco, como su secretario de Gobernación, en pago a que lo destapara en 2004, detenida abruptamente el miércoles 22 por los manejadores del panista, quienes entendieron que un individuo que se distinguió como represor y por burlarse de las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos no puede simular ser un "tecnócrata moderno" ni mucho menos un "negociador".

8. La naturaleza del que intenta ser el equipo de colaboradores de quien busca usurpar el poder no puede ocultarse, pues son los representantes de las mafias delictivas que instrumentaron el fraude: salinistas, foxistas, panistas, yunquistas, zedillistas, elbistas y empleados del FMI y de las trasnacionales. Mientras el gabinete de López Obrador está integrado por mexicanos sencillos y honestos, en el que se está imponiendo a Calderón aparecen los peores especímenes de la política nacional, con la bendición de Salinas y del FMI.

9. La designación que pretende hacer Felipe Calderón, de llegar al cargo, del economista Luis Téllez, protegido del aventurero francés Joseph-Marie Cordoba y de Salinas de Gortari, como secretario de Comunicaciones y Transportes, significa no sólo el pago de una cuota al salinismo por su papel decisivo en la orquestación del fraude electoral y la imposición, sino, sobre todo, la entrega a ese grupo delictivo del control del espacio aéreo y de los aeropuertos, que son claves en el narcotráfico, y del espacio cibereléctrico, determinante en las telecomunicaciones y en las relaciones del Estado con los concesionarios de radio y televisión.

10. El futuro del país está en tanto en juego, como reconocen ya muchas voces a nivel internacional, y todo dependerá de la voluntad y la capacidad de los mexicanos de asumir en estas horas decisivas su responsabilidad histórica.

 
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