Usted está aquí: miércoles 22 de noviembre de 2006 Cultura Las palabras son nuestra opción para construir ''la puerta del universo''

El periodista Nicolás Alvarado presenta su primer libro, Con M de México

Las palabras son nuestra opción para construir ''la puerta del universo''

En el país no se fomenta el espíritu por la investigación, deplora

El autor propone ''una nómina de las ambigüedades, las neurosis y los escozores de los mexicanos''

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Con los programas educativos se favorece el aprendizaje memorístico, se recurre en exceso a la lectura en voz alta, al libro de texto, a una serie de cosas que lo único que logran es ahuyentar al niño de la lectura, afirma Nicolás Alvarado en entrevista con La Jornada Foto: María Meléndrez

El lenguaje y, en particular, las palabras ''son nuestra posibilidad de construir el mundo, la puerta del universo", asegura Nicolás Alvarado, conductor de los programas de televisión La dichosa palabra y Suave es la noche, quien ahora presenta su primer libro, Con M de México: un alfabeto delirante (Editorial Norma).

En esa obra, el autor comparte con los lectores un catálogo de textos alrededor de vocablos que tienen que ver con los mexicanos, siguiendo el orden alfabético.

Cada palabra es el pretexto para una reflexión, un recuerdo, una cita, un cuento, un mini guión de cine, premoniciones, inventos y hasta varios chistes.

Ahí están, entre otras, la a de asalto, la b de basura, la ch de chilango, la e de erotismo, la g de gringa, la h de hueva (¿qué no se escribe con g?), la j de joto, la ñ de ñero, la p de política, la s de Salinas, la w de WC, la x, a secas.

El también director de la revista El Huevo e hijo de la periodista Tere Vale explica que, en gran medida, ''le debo a una familia lectora el haber estado desde muy chiquito en contacto con las letras, con los libros, con las ideas.

''Celebro haber tenido acceso irrestricto a una biblioteca muy rara, porque como mi madre es neurosicóloga había libros rarísimos y enciclopedias, revistas, desde Vuelta hasta Cosmopolitan; además, me compraban lo mismo cuentos de Walt Disney que libros editados por el Partido Comunista Chino. Todo eso hizo un muy buen cóctel y me desarrolló un amor por los libros a una edad muy temprana.''

Corresponsabilidad omitida

En entrevista con La Jornada, Nicolás Alvarado deplora que en México no se fomente el espíritu de investigación, pues no se comprende que ''todo es una puerta a todo", y lo explica con un ejemplo: ''Un día mis padres me llevaron a ver la película Sombrero de copa, con Fred Astaire y Ginger Rogers, la cual me encantó; eso me llevó a ver mucho cine clásico hollywoodense, eso me llevó al expresionismo alemán, eso me llevó a Louise Brooks y a leer La caja de pandora, de Frank Wedekin; eso me llevó a leer a Rilke, eso me llevó a Lou-Andreas Salomé, y eso me llevó a Nietzsche.

''El espíritu de investigación que resulta muy divertido, a mí me gustó, el proceso para llegar de Fred Astaire a Nietzsche fue algo que disfruté enormemente.

''Nuestro intento de aprender el mundo se da mediante las palabras, por eso les tengo un especial amor y me gustan mucho los escritores que juegan con ellas: Vladimir Nabokov, Guillermo Cabrera Infante, Oscar Wilde, quien tuvo un manejo del lenguaje puntual, mordaz, ingenioso. Las palabras son mis juguetes favoritos.

''Pero las escuelas no hacen sino intentar remediar el desastre que ya se produjo en la casa, es decir, atender a niños que no vieron a sus padres leer ni conocieron el hábito de pedir prestados libros en una biblioteca o comprarlos, o leer periódicos y revistas.

''La escuela podría remediar eso, pero a veces ­y es un problema particularmente mexicano­ nuestros programas educativos y los maestros acusan tantas deficiencias estructurales y de formación y eso no se remedia: se favorece el aprendizaje memorístico, se recurre en exceso a la lectura en voz alta, al libro de texto, a una serie de cosas que lo único que logran es ahuyentar al niño de la lectura.

''Cuando estos pequeños se convierten en adultos no les enseñan a sus hijos a leer. ¿Qué se requeriría para formar generaciones de lectores? Un esfuerzo conjunto que tuviera que ver con políticas públicas, con campañas de comunicación y con una reforma educativa. La articulación de estos tres ejes podría redundar en buenos resultados.

''Desgraciadamente nos gusta quejarnos de que no se desarrollan políticas de fomento a la cultura, de que los programas educativos son malísimos o de que no hay dinero, pero tampoco estamos haciendo mucho en las casas. Hay una corresponsabilidad que no estamos asumiendo los mexicanos."

Temerario, abordar la mexicanidad

Respecto de su libro con M de México, el periodista Nicolás Alvarado señala que trató de hacer ''una nómina de las ambigüedades, las neurosis y los escozores de los mexicanos, pero que no abrevara sino que edificara sobre el lugar común. Por eso, en la f de familia, en lugar de hablar del referente obligado de Sara García y Pedro Infante, preferí hablar del PRI y de Televisa, modelos de familia, emblemáticos de México.

''Fue muy temerario querer hablar de la mexicanidad cuando hay autores que lo han hecho mucho mejor que yo, desde Octavio Paz hasta Jorge Ibagüengoitia, pasando por Samuel Ramos y Jorge Portilla. No quise edificar sobre una sabiduría popular que a veces arrastra tópicos y clichés sin mucho sentido. Eso me permitió una buena integración de temas y hacer algo pretendidamente original, que espero haber logrado."

El libro Con M de México: un alfabeto delirante, de Nicolás Alvarado, con ilustraciones de Manuel Monroy, se presenta hoy a las 19 horas en el Centro de Diseño Alemán (Emilio Castelar 135, Polanco). Participan José de la Colina, Alvaro Enrigue, Julieta García González, Enrique Serna y el autor.

 
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