Usted está aquí: viernes 17 de noviembre de 2006 Mundo Afloran las pugnas entre los demócratas en la Cámara baja

Bush, que evadió Vietnam hace 35 años, viaja hoy a ese país para evitar estar en Washington

Afloran las pugnas entre los demócratas en la Cámara baja

Nancy Pelosi no logra imponer a su candidato a líder de la mayoría en ese órgano legislativo

Los republicanos, en busca del cambio, reviven al hasta hace poco deshonrado Trent Lott

DAVID BROOKS

Ampliar la imagen Nancy Pelosi fue electa formalmente presidenta de la Cámara de Representantes; a su derecha, Steny Hoyer, quien será el nuevo líder de la mayoría. Ambos demócratas festejaron sus nuevos cargos; al fondo les aplaude el perdedor John Murtha, quien era favorecido por la congresista Foto: Reuters

Nueva York, 16 de noviembre. Mientras los legisladores optan entre varios políticos corruptos y desprestigiados al elegir su liderazgo en el Congreso, el líder del ejecutivo se escapó a una gira por Asia. O sea, dicen que todo cambió pero al parecer mucho sigue igual.

"Bush se registró con la Guardia Aérea Nacional para evitar ir a Vietnam; hoy, 35 años más tarde, Bush viaja a Vietnam para evitar estar en Washington", señaló el veterano periodista de televisión Ted Koppel en el famoso noticiero cómico The Daily Show anoche.

El presidente pisará territorio vietnamita este viernes, donde Estados Unidos arrojó más bombas que durante toda la Segunda Guerra Mundial y aun así sufrió una derrota cuyos ecos ahora se escuchan tanto en la arenas y calles de Irak como en las calles y campos de Estados Unidos.

Y en Washington, el mismo juego, con casi todos los mismos jugadores pero ahora en diferentes posiciones de poder, continuó. Hoy Nancy Pelosi fue electa formalmente por los legisladores demócratas como la primera mujer presidente de la Cámara de Representantes, el puesto número tres en la jerarquía de poder federal establecida por la Constitución. La pugna entre los legisladores John Murtha y Steny Hoyer para ocupar el segundo puesto más alto de la Cámara ­líder de la mayoría­ fue brutal (Pelosi favorecía a Murtha) y permitió que todos percibieran que, a pesar de su triunfo, los demócratas regresan al pleito interno que en gran medida caracteriza a ese partido fragmentado. Hoyer prevaleció con los colegas de Pelosi derrotando al candidato de su nueva lideresa, pero se presentaron frente a las cámaras como grandes camaradas unidos, aunque el maquillaje apenas disfrazaba los moretones.

"La semana pasada... el pueblo estadunidense votó por un cambio", declaro Pelosi hoy al presentar el nuevo equipo de liderazgo demócrata en la Cámara baja. "Trabajaremos juntos para encabezar la Cámara de Representantes con un compromiso con la integridad, la civilidad y la responsabilidad fiscal. Este equipo de liderazgo creará el Congreso más honesto, más abierto y más ético en la historia", proclamó.

Pero para varios observadores externos, hay razones para dudar de la grandiosa retórica demócrata. Tanto Murtha como Hoyer están en los primeros lugares de varias listas de políticos que gozan de más contribuciones y donativos a cambio de promover y defender ciertos intereses. La organización de defensa del interés público Public Citizen identifica a Hoyer como el legislador que recibe más contribuciones de cabilderos empresariales y políticos; millones de dólares.

Murtha, quien ha estado en el Congreso durante décadas, ha recibido críticas por su aparente disposición a negociar acuerdos legislativos que beneficien sus intereses políticos y financieros. Desde 1980 Murtha fue manchado por uno de los escándalos de corrupción más famosos de la historia del Congreso, el llamado Abscam, en el cual se descubrió que varios legisladores aceptaban sobornos a cambio de favores políticos. "Ambos candidatos para el liderazgo de la Cámara ha aceptado montos grandes de dinero de intereses especiales", afirmó la presidenta de Public Citizen, Joan Claybrook, al New York Times.

El "gran equipo"

Al final del día, cuando Pelosi y Hoyer se abrazaron ante las cámaras y se presentaron como "un gran equipo", todos comentaban cómo una semana después de las elecciones que devolvieron a los demócratas el control de ambas cámaras, ya eran evidentes los problemas de unidad y disciplina en la bancada demócrata en la Cámara, ante el disfrute de sus contrincantes republicanos.

En tanto, el partido que será minoría en el Congreso también hacía malabarismos para cambiar sin cambiar. Los republicanos eligieron a sus líderes en el Senado ayer y la gran sorpresa fue el retorno del hasta hace poco deshonrado Trent Lott a la jerarquía, donde ahora ocupará el segundo lugar más importante después de líder de minoría.

La caída en desgracia de Lott hace tres años, poco después de llegar a ser el líder de la mayoría en el Senado, fue motivada por un discurso que apenas ocultaba su nostalgia por el viejo sur racialmente segregado al elogiar la carrera del casi eterno senador Strom Thurmond, de la vieja guardia racista del sur.

Este mismo año Lott reaccionó ante las manifestaciones masivas de migrantes por todo el país: "yo lo percibo como intimidación y extorsión. Estoy muy ofendido cuando gente ilegal llega a este país, toma empleos ilegalmente y después de pone a protestar y a ondear banderas extranjeras".

Aunque es considerado un excelente jugador pragmático dentro de la Cámara alta, y ha rescatado cierta independencia al expresar su ira contra Bush y algunos de sus colegas cuando fue obligado a renunciar como líder, Lott sigue representando lo más tradicional de la política de siempre en Washington.

De hecho, el nuevo equipo de liderazgo republicano en el Senado (incluido el nuevo líder de la minoría, Mitch McConnell) al igual que los demócratas, no está mostrando gran interés en ofrecer ni la apariencia del "cambio" que todos coinciden fue el mensaje enviado por el electorado.

Cabildero estrella, en la cárcel

A la vez, continúa la tensión entre los legisladores republicanos sobre cuántos más podrían tener que abandonar sus carreras defendiendo la libertad y promoviendo la democracia aquí y en el mundo para pasar un rato en la cárcel. Este miércoles Jack Abramoff ­uno de los súper cabilderos de Washington y eje de uno de los escándalos de corrupción política más grande en tiempos recientes­ ingresó a una prisión federal en Maryland para cumplir una condena de más de cinco años. El ahora ex representante federal republicano, Bob Ney, lo seguirá al tambo próximamente como resultado de su confesión de ser uno de los beneficiados de los regalos ilegales de Abramoff.

Abramoff sigue cooperando con las autoridades en una amplia investigación y se supone que varios legisladores y otros funcionarios ­casi todos republicanos­ están en la mira de las autoridades, lo cual provoca escalofríos en el Congreso.

Con ello, el voto por un cambio podría haber cambiado de lugares a los políticos, pero no a la clase política. Mientras Bush está del otro lado del mundo probando si aún tiene autoridad como presidente políticamente debilitado, y todos hablan de cómo cambiar de curso en Irak (olvidando rápidamente que habían jurado jamás cambiar), y en Washington se anuncia un "nuevo" liderazgo para encabezar el mandato por un cambio, la propia palabra "cambio" está perdiendo sentido.

 
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