Usted está aquí: jueves 16 de noviembre de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Fox adelantó su regalo de Navidad a los pobres

Subió 28.57% el precio del litro de leche Liconsa

Las rebanadas del pastel:

Como el sexenio del "cambio" felizmente no libra la siguiente Navidad, el presidente Fox consideró necesario adelantar su correspondiente regalo a los mexicanos de menores ingresos, y con un sonoro jo, jo, jo, a los 5.7 millones de beneficiarios del Programa de Abasto Social de Leche les aumentó, de un sopetón, un modesto 28.57 por ciento al precio del alimento distribuido por Liconsa.

De acuerdo con la información oficial, el misterioso consejo de administración de Liconsa (en el que participan representantes de varias dependencias gubernamentales y ­¡sorpresa!­ los industriales del lácteo) decidió que había llegado el momento, "para garantizar el abasto", de modificar el precio de la leche subsidiada (al alza, por supuesto), dado que en los últimos cinco años no había registrado "adecuación" alguna.

Así, el precio por litro de leche Liconsa (para consumo infantil, principalmente) de un plumazo aumentó 28.57 por ciento: de 3.5 a 4.5 pesos, siempre recordando que en cinco años no se había "adecuado" (léase incrementado), y a partir del próximo sábado los consumidores de este producto subsidiado deberán hacer frente a la susodicha "adecuación".

Pues bien. Cierto es que en dicho lustro Liconsa mantuvo en 3.5 pesos el litro de leche por ella distribuido, pero con la más reciente decisión de ese misterioso consejo de administración a los beneficiarios del Programa de Abasto Social de Leche se les cargó el aumento acumulado del índice nacional de precios al consumidor en el quinquenio, más casi dos puntos porcentuales.

Según Liconsa, "se cumplieron 65 meses, más de cinco años, de que el precio del litro de Leche Fortificada Liconsa se mantuvo sin variación; es el periodo más largo del que se tenga registro en la historia de la empresa, sin que el precio de la leche haya sufrido modificación alguna".

Pero esa felicidad resulta verdaderamente fatua, porque en esos cinco años del maravilloso cuan creativo y lúcido sexenio del "cambio", la inflación acumuló un crecimiento de 26.8 por ciento (hasta octubre pasado), de tal suerte que al consejo de administración de Liconsa se le hizo fácil "adecuar" el precio del litro subsidiado de una sola vez y le aumentó 28.57 por ciento al litro de leche, es decir la inflación acumulada en el quinquenio más un pellizquito.

La mayoría de los beneficiarios del Programa de Abasto Social de Leche tiene un ingreso, cuando bien les va, de un salario mínimo, indicador que en los cinco años referidos aumentó 25 por ciento, es decir, 3.57 puntos porcentuales menos que el más reciente incremento al precio de la leche Liconsa.

En enero de 2005, el mero Día de Reyes, el gracioso cuentachistes de Los Pinos explicaba por qué la llamada leche popular no había aumentado de precio: "gracias a la actuación transparente en la tarea que realiza Liconsa se han logrado grandes ahorros, permitiendo, entre otras cosas, que el costo de la leche durante los cuatro años de mi gobierno no haya tenido ninguna modificación, y que al día de hoy tengamos leche enriquecida y fortalecida con nutrientes. Este es el periodo más largo que ha tenido Liconsa a través de su historia en que no ha modificado sus precios y lo hace, precisamente, por una buena administración, una administración transparente y que rinde cuentas. Este es el sello de la casa, éste es el sello de mi gobierno: honestidad, transparencia y rendición de cuentas".

De ser creíble la increíble versión presidencial, en unos cuantos meses los "grandes ahorros", la "buena administración" y la "transparencia" de Liconsa se fueron por el caño, y a su lado Vicente Fox y el de por sí precario ingreso de las familias beneficiarias del Programa de Abasto Social de Leche.

De acuerdo con la información de Liconsa, que dirige Juan Francisco Mora Anaya, diariamente distribuye alrededor de 3 millones 125 mil litros de leche entre los mexicanos de escasos recursos en mil 793 municipios. Existen 33 programas de Abasto Social, uno por cada estado, y dos en el área metropolitana de la ciudad de México. El sistema de distribución se apoya en 7 mil 213 puntos de venta.

¿Y los industriales de la leche (Lala en primer sitio)? Felices y engordando.

Sobre el particular, Francisco A. Servín de Alba ([email protected]) escribe: "el minisalario es, en números redondos, de 50 pesos diarios. El posible aumento para 2007 andará rondando los dos pesotes diarios. Hoy, le dieron una tarascada de 50 por ciento en un solo producto. Qué mejor, que en algo producido por el mismo gobierno para el cual otorgó (según cifras del IFE y resoluciones de Trife) su apoyo mayoritario en las pasadas elecciones. Es importante mantener cuentas sanas. Es importantísimo tener superávit fiscal. Es necesario mostrar a los organismos mundiales que somos un país que hace la tarea. Pero, sobre todas estas cosas, le debemos enviar un mensaje transparente a la comunidad financiera, de que México está boyante. Porque si no, Standard & Poors nos baja la calificación. Se imaginan, ¡qué horror! Sería importante que los sesudos analistas hicieran una suma del maravilloso subsidio que se les ha otorgado en este sexenio, simplemente, a los accionistas de las empresas cotizadas en bolsa (alrededor de 160 mil inversionistas). Pues, al disminuir el impuesto sobre la renta de 34 a 29 por ciento en los ingresos de las personas morales, se les ha dado un subsidio mayor que el otorgado por el gobierno en el Programa Oportunidades, por ejemplo. Eso nadie lo comenta. Eso pasa por debajo en el perfil noticioso. Eso se pierde en el examen de las cifras burocráticas. Elegantemente se le llama fomento a la inversión".

[email protected] / [email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.