Usted está aquí: miércoles 15 de noviembre de 2006 Opinión Chiapas: ni 15 minutos ni todo un sexenio

Editorial

Chiapas: ni 15 minutos ni todo un sexenio

A unos días del fin del presente sexenio, las muertes ocurridas en la selva Lacandona, en un enfrentamiento entre comunidades indígenas por la posesión de tierras, ponen sobre la mesa la exasperante indiferencia oficial que ha merecido el conflicto chiapaneco, y obligan a recordar aquella promesa del candidato presidencial Vicente Fox en el sentido de que, de llegar a la jefatura del Estado, resolvería el asunto "en 15 minutos". No lo hizo en ese lapso ni en los seis años siguientes. Salvo por la iniciativa de las comunidades zapatistas, las cuales han ido convirtiendo su insurrección inicial en formas de gobierno acordes a sus usos y costumbres, las causas profundas del alzamiento de enero de 1994 permanecen intactas. En los casi 13 años transcurridos desde entonces, tres gobiernos federales han hecho frente a la situación con estrategias indignas e indignantes: el salinato intentó corromper a la dirigencia zapatista, Ernesto Zedillo se embarcó en una política de contrainsurgencia contra las comunidades indígenas y Vicente Fox decretó que el problema ya no existe.

Desde luego, la sublevación de 1994 es sólo una porción y una expresión de los conflictos agrarios en Chiapas y del agraviante desequilibrio social y económico entre los pueblos indios y el resto del país. Pero si el síntoma del zapatismo no ha sido atendido por el Ejecutivo federal, menos lo han sido los innumerables problemas que padecen las comunidades rurales, especialmente las indígenas, en el territorio nacional.

A 16 días del fin de su mandato, las muertes registradas entre el domingo y el lunes en la Lacandona ponen un mentís rotundo a la palabrería oficial: "Hoy, 10 de las 13 localidades en disputa de tierras, los llamados focos rojos, han quedado resueltos, y tres están en vías de ser solucionados" (Fox en León, Guanajuato, 6 de noviembre). "De los 131 casos que presentaban problemas agrarios en la comunidad zona lacandona y reserva de la biosfera Montes Azules, ya se han resuelto más de 92 [...] El compromiso del gobierno federal es atender este problema durante este año, a fin de garantizar la certidumbre en la zona" (Martha Cecilia Díaz Gordillo, representante de la Secretaría de la Reforma Agraria, SRA, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 21 de febrero). "De los 14 focos rojos atendidos durante la actual administración, 11 quedaron totalmente resueltos y dos más (comunidad zona lacandona y biosfera de los Montes Azules) llevan 90 por ciento de avance en la negociación" (Abelardo Escobar, titular de la SRA, en San Lázaro, DF, 26 de octubre). "Hoy tenemos ya 12 de estos focos rojos resueltos de forma pacífica, y vamos a terminar la tarea antes de que concluya esta administración" (Fox, en su programa de radio, 8 de abril).

En contraste, la Central Campesina Cardenista (CCC) advirtió que la comisión de seguimiento del Acuerdo Nacional para el Campo "tiene registrados hasta el momento unos mil 500 conflictos agrarios, de los cuales 500 están plenamente acreditados y documentados" (La Jornada, 5 de octubre).

En el presente sexenio, la pretensión de resolver los problemas mediante la llana negación de su existencia ha resultado catastrófica en diversos ámbitos del acontecer nacional: la inseguridad pública, la polarización política, la corrupción administrativa, la persistencia de la pobreza y la miseria, la crisis en los sistemas educativo y de salud, entre otros. En el agro, las consecuencias de esta gravísima irresponsabilidad se han hecho sentir con particular gravedad. A casi 13 años de la insurrección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el campo chiapaneco sigue siendo un polvorín y el país ha perdido seis años y muchas vidas ­una sola sería demasiado­ sin haber enfrentado a fondo las razones de aquella gesta. Ayer hubo por lo menos seis muertes como resultado de una confrontación intercomunitaria por uno de esos problemas de tenencia de la tierra que "han quedado resueltos" por el gobierno foxista. Hay una responsabilidad política y moral ineludible en quienes, con indiferencia, falta de sentido gubernamental, torpeza, simulación y mentira han dejado crecer los problemas agrarios y comunitarios chiapanecos.

 
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