Usted está aquí: miércoles 15 de noviembre de 2006 Capital Residentes del Centro Histórico exigen ordenar el comercio ambulante

Piden que sean escuchados sus reclamos, y no sólo los de negocios establecidos

Residentes del Centro Histórico exigen ordenar el comercio ambulante

En complicidad con autoridades, los vendedores derriban árboles e invaden calles, señalan

ROCIO GONZALEZ ALVARADO

Habitantes del perímetro oriente del Centro Histórico denunciaron que esta zona está convertida en tierra de nadie, donde los líderes y los miles de agremiados de las asociaciones de comerciantes se han apropiado de la vía pública con la anuencia de las autoridades de la delegación Cuauhtémoc, lo que lleva a un paulatino deterioro en la calidad de vida y del entorno urbano.

Vecinos que cotidianamente tienen que abrirse paso entre los puestos de fritangas y de artículos que varían según la temporada, indicaron que además de las calles de Correo Mayor y Corregidora, la de Mesones está prácticamente cerrada al tránsito, pues los vendedores no sólo se han apoderado de las banquetas, sino también del arroyo vehicular.

En su expansión los comerciantes han derribado por lo menos 500 árboles para colocar sus puestos; inclusive, en algunos casos aún se observan los troncos, y en otros los huecos dejados en las banquetas fueron rellenados con cemento, según se pudo constatar en un recorrido.

Las pocas áreas verdes que aún hay en ese perímetro, como el parque ubicado en la esquina de las calles de San Pablo y Médico Militar, o la plaza de La Aguilita, en Mesones, están convertidas en gigantescos basureros y en refugios de indigentes. Algunas jardineras han sido cubiertas con cemento, como las ubicadas entre Correo Mayor y Las Cruces, sobre San Pablo.

De acuerdo con habitantes de la calle Mesones, lo que antes eran temporadas de excepción, en las que se permitía la presencia de los comerciantes ambulantes, desde hace dos años se ha convertido en una romería permanente, y por las noches los vendedores convierten sus puestos en tiendas de campaña, para pernoctar en el lugar.

Lo anterior provoca que los accesos a los inmuebles, ya sea del comercio establecido, habitacionales o escolares, estén prácticamente bloqueados. Autoridades de la escuela primaria Joaquín García Icazbalceta, ubicada en la cerrada de Mesones, comentaron que además de que los padres de familia y sus hijos tienen que "brincar" diariamente a los ambulantes, "el lugar se ha convertido en un auténtico basurero".

Los vecinos señalan que hicieron las denuncias correspondientes en la delegación Cuauhtémoc, hasta que se dieron cuenta de que las autoridades están coludidas con los ambulantes. "En Mesones, los vendedores que se encuentran de Pino Suárez a Talavera forman parte de diversas organizaciones cuyos líderes caminan como dueños de la calle, pero de Talavera a Circunvalación, es el propio personal de la delegación el que llega a cobrar las cuotas, incluso a los locatarios", que para evitar que los ambulantes se instalen frente a sus comercios, dan mordida, señalaron.

Ante ello, los inconformes demandaron al jefe de Gobierno electo, Marcelo Ebrard, que cumpla su promesa de rescatar esta zona y reordene el comercio ambulante, pero tomando en cuenta las inconveniencias que representa para los habitantes del Centro Histórico, porque hasta ahora sólo se ha visto el problema desde el punto económico y de las pérdidas que genera para los locatarios.

 
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