Advierten que no hay pruebas fehacientes; sólo conjeturas de la CIA y el Mossad
Repudian en Argentina la orden de captura contra ex funcionarios iraníes
Marcha en Buenos Aires el miércoles
Ignoran en Teherán la petición de detener a Rafsanjani
Buenos Aires, 10 de noviembre. Representantes de la comunidad islámica argentina, dirigentes de izquierda y de organismos humanitarios, repudiaron hoy la orden de captura contra ex funcionarios del gobierno de Irán, acusados sin pruebas fehacientes de ser sospechosos del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en julio de 1994, que dejó 85 muertos.
Advirtieron que el gobierno argentino involucra al país en un conflicto internacional, al llamar a la población a no "dejarse engañar". Los dirigentes convocaron a una marcha el miércoles próximo, que partirá del Congreso hacia la embajada de Israel.
El gobierno iraní ignoró el pedido de captura del ex presidente Alí Rafsanjani, después que ayer el juez Rodolfo Canicoba lo incluyó en una lista que solicitó la detención a nivel internacional de ocho ex funcionarios iraníes y un dirigente de la organización libanesa Hezbollah, por su presunta responsabilidad en esos hechos.
La mayoría de los analistas coinciden en afirmar que no hay pruebas fehacientes y que el argumento está basado en deducciones y conjeturas de la CIA y el Mossad, servicios de inteligencia de Estados Unidos y de Israel.
"Repudiamos categóricamente el pedido de captura resuelto por el juez Rodolfo Canicoba Corral, así como las falacias en las que pretende fundamentar tan descabellado ataque a la República Islámica de Irán, a nuestra comunidad islámica y a nuestra autoridad religiosa, el jeque Moshen Rabbani", denunciaron la Organización Islámica Argentina, las mezquitas At-Tauhid, Ash-Shadid, Al-Imam y la Casa para la Difusión del Islam.
Otra vez antes lo habían hecho con acusaciones sin fundamento que dejaron mal parada a la justicia argentina pidieron al pueblo argentino que no cayera en "la trampa que nos quieren imponer los estados genocidas de Estados Unidos e Israel", y exigieron una "política interna independiente de estados extranjeros", en obvia referencia al gobierno del presidente Néstor Kirchner.
En 2002, la presión de Washington, Tel Aviv y la poderosa comunidad judía local, llevó a una solicitud judicial de captura y "extradición" de Hadi Soleimanpour, embajador iraní en Argentina en 1994, pero el asunto fue desechado.
Lo mismo sucedió cuando el año pasado Interpol dejó sin efecto la orden de captura de 12 ex funcionarios iraníes, acusados igual que los 10 actuales, por falta de pruebas.
La comunidad islámica acusó al juez de basar sus decisiones en testimonios de "prófugos claramente enfrentados con Irán", a la vez que advirtieron al magistrado de acusar a "nuestra comunidad al sostener" que Rabbani habría utilizado su autoridad religiosa como "pantalla para su verdadera intención y acción terrorista".
Ratificaron lo expresado este jueves por el encargado de negocios de la embajada de Irán aquí, Mohsen Baharvand, de que Canicoba no introdujo nada nuevo al exhorto que fue rechazado por Gran Bretaña, cuando el ex embajador Hadi Soleimanpour fue capturado en 2002, por pedido del entonces juez Juan José Galeano.
En medio de gran escándalo, este juez fue separado de su cargo por haber incurrido en irregularidades para tratar de armar una "conexión local" y responsabilizar a Irán sin pruebas ni investigación alguna.
Tanto Washington como Tel Aviv, han presionado para ligar este atentado a la comunidad árabe que vive en la triple frontera (Argentina, Brasil, Paraguay) donde Estados Unidos quiere abrir una base militar para controlar la región y el acuífero guaraní, uno de los más importantes reservorios subterráneos de agua dulce.