Denuncia Chávez ola de rumores de la derecha venezolana
Caracas, 10 de noviembre. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó que quienes "inventan mentiras" contra el sistema electoral "buscan el linchamiento de la democracia y nosotros no vamos a permitirlo, no va a ocurrir, el pueblo venezolano garantiza la democracia", de cara a los comicios presidenciales del 3 de diciembre.
Aseveró que el sistema electoral de su país es uno de los más transparentes del mundo y que la oposición busca hacerle daño al ponerlo en duda. Al respecto, dijo que en los últimos días han proliferado rumores de "gente llamando a la fuerza armada" para crear caos el día de los comicios, en alusión a los opositores.
"Están llegando a un nivel de desesperación, dicen que el 3 va a haber fraude, que ya está montado, que el 4 estará la gente en la calle y el 5 la fuerza armada se encargará de poner las cosas en su sitio. Es el mismo discurso fascista, golpes de abril de 2002", señaló el mandatario al recordar el intento golpista de la derecha en su contra.
En tanto, el candidato opositor de la derecha, Manuel Rosales, propuso a Chávez "un pacto de caballeros" para pedir al Consejo Nacional Electoral que elimine las máquinas captahuellas para los comicios, pues "sólo sirven para retrasar el proceso y humillar a los empleados públicos".
Al respecto, el vicepresidente José Vicente Rangel afirmó que el gobierno "jamás hará fraude electoral" y respetará el resultado de los comicios si favorecen a Rosales, pero que en vista de que la relección de Chávez es "irreversible e inevitable", la oposición se ha dedicado a generar rumores de que ya se está montado un fraude.
El Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales denunció desde México lo que calificó de "alarmante patrón de intervencionismo descarado estadunidense en los procesos electorales latinoamericanos, mediante organizaciones no gubernamentales que funcionan como pantalla para actividades encubiertas y de organismos internacionales financiados desde Washington".
Destacó que tal injerencia estadunidense, que apoya a políticos que considera manejables, ha sido evidente en México, Perú y Nicaragua, y ahora en Venezuela y Ecuador. Así, ha "financiado y ayuda a planear y ejecutar costosas campañas de propaganda sucia contra los candidatos que considera hostiles o reacios a sus intereses", mediante la Fundación Nacional para la Democracia y la Agencia Internacional de Desarrollo, entre otros organismos.