Pide perdón a los cubanos por la política de Fox hacia la isla
Jaguares ofrece un histórico concierto hoy en La Habana
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Saúl Hernández (centro), durante la conferencia de prensa en La Habana. Lo acompañan el baterista de la banda, Alfonso André (izquierda), y el vocalista del grupo cubano Wena Onda
Foto: Ernesto Mastrascusa / Notimex
La Habana, 10 de noviembre. Sin conocer al público cubano, pero como mensajeros de buena voluntad entre ambos países, el grupo mexicano Jaguares ofrecerá este sábado un concierto en la Tribuna Antimperialista José Martí, donde Saúl Hernández, líder de la banda, dice: "vamos a hacer un sacrificio azteca; vamos a sacarnos el corazón".
Esta será la primera presentación de un grupo de rock de México en Cuba. Será también la primera vez que una agrupación mexicana se presente en esta plazoleta que tiene una carga política, no sólo por su nombre, sino porque está ubicada deliberadamente a un lado de la oficina diplomática de Estados Unidos en La Habana.
Invocando el distanciamiento entre Cuba y México durante el sexenio de Vicente Fox, Saúl Hernández dice: "Agradecemos infinitamente que nuestro Presidente ya se va, después de haber cometido muchos errores.
"Pero la música está aquí para ayudar a mejorar las relaciones. Son mucho más importantes las relaciones humanas. Tenemos que pedir disculpas a los cubanos por la situación que se fue gestando en las relaciones con México. En los mexicanos siempre ha habido una admiración muy grande por este país."
Un puente con Cuba
Sólo con su presencia, Jaguares ha tendido un puente. La embajada de México propuso su presentación. El Instituto Cubano de la Música la aceptó y organizó la tocada, junto con la Unión de Jóvenes Comunistas.
Referencia inevitable, el muro en la frontera mexicana, fue recriminado. "Lo rechazamos totalmente", señala Saúl. "Es una involución en las relaciones de dos pueblos".
En Cuba el rock estuvo prohibido por décadas y fue combatido como factor de "diversionismo ideológico", igual que el pelo largo y los pantalones vaqueros. Pero la tenacidad de músicos y promotores fue abriendo paso. En la década pasada se reivindicó a los Beatles y se hizo una estatua de John Lennon, cuya música circulaba en secreto.
Las vertientes más duras siguieron confinadas a círculos semiclandestinos, pero han salido a la superficie paulatinamente. Hoy hay un fuerte movimiento rockero cubano. Una de sus agrupaciones más representativas, Wena Onda, será la anfitriona de los mexicanos.