Othelo sobre la mesa, obra escrita por Jaime Chabaud, se estrena hoy en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz

A escena, cómo la publicidad crea una manera de ser y de vivir

Los celos y el adulterio figuran entre las temáticas de esa propuesta de ''teatro ensayístico''

CARLOS PAUL

Los celos masculinos y el adulterio femenino, la relación del ser varón y el ser mujer, la publicidad y sus efectos en la conducta y las emociones de ambos son algunas de las temáticas sobre las que se reflexiona en Othelo sobre la mesa, obra escrita por Jaime Chabaud y puesta en escena por Alberto Villarreal Díaz, que hoy se estrena en el Centro Cultural Universitario.

Como director del montaje, Villarreal Díaz comenta haberse propuesto dar continuidad al trabajo dramatúrgico de Chabaud, confrontando dicha temática con otras reflexiones de autores como Kierkegaard, D. Veronese, Sábato y Pessoa, quienes han tratado ese tema, para así crear lo que el director de escena denomina ''un teatro ensayístico".

Esto, explica, se refiere ''no tanto a un teatro contador de historias o narrador de anécdotas, sino a un teatro en el que confluyen diversas ideas que de otra forma no podrían verse de manera orgánica o físicamente".

No es la obra ni la adaptación del célebre texto de Shakespeare, aunque sí tiene los nombres de los protagonistas, aclara Chabaud.

''Es una obra original que se desarrolla en ese ámbito corrupto y light de la publicidad. Aunque eso sería lo menos relevante". Como dramaturgo, dice, ''retomo el motivo de los celos para hacer un texto minimalista. Es quizá la obra que menos palabras tiene en mi carrera de escritor teatral".

Para Villarreal la relación de lo masculino con lo femenino es una cuestión que ''al final de cuentas no puede ser aprendida, es algo que se escapa todo el tiempo y que se debe a los miedos del varón hacia la feminidad".

Aquí, la publicidad es una metáfora de esa serie de mundos imaginarios que el hombre y la mujer crean en su mente. Se plantea ''cómo es que la publicidad afecta las emociones de las personas".

Cómo mediante cierta publicidad estructurada por imagen, símbolo, estrategia, uso y significado, se crea una manera de ser y de vivir.

Un tumbling, dos caminadoras, unas barras paralelas, un balón, unas raquetas de pingpong, un pequeño triciclo, un carrito de supermercado y una cinta métrica de metal son algunos de los elementos escenográficos y de utilería que representan un gimnasio, pero que al mismo tiempo sirven de metáfora de otros espacios, como la oficina donde trabaja un grupo de publicistas.

Con esta propuesta, dice Villarreal, se busca ''volver orgánico, concreto, el desgaste físico de los actores, el abatimiento emocional de los personajes. Donde estos últimos pudieran reflejar cómo van perdiendo el control de sí mismos, a partir de los celos, el miedo y otras emociones negativas".

Es una obra mordaz, en la que a partir de una historia de celos, los personajes expresan consejos y reflexiones sobre la memoria colectiva, ''los efectos morales encadenados a las causas físicas", la conciencia y el remordimiento, el crimen y la virtud; la dimensión simbólica de las campañas publicitarias, el adulterio femenino y los diferentes castigos según la cultura y el país, el arte y la lógica, el espíritu paradójico del teatro, el cómo aprovechar mejor la energía en una relación sexual o el patético desconsuelo que sufre un ser al oír ­sin escuchar­, del otro lado del teléfono una grabación que sólo acrecienta su desamparo.

Con los integrantes del Laboratorio Actoral Artillería Teatro, Othelo sobre la mesa se estrena hoy a las 13 horas en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz (Insurgentes sur 3000). Funciones sábados y domingos a la misma hora.