Usted está aquí: domingo 29 de octubre de 2006 Vox Libris Relato de una pasión

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Relato de una pasión

El beso no sólo es la obra más famosa del pintor austriaco Gustav Klimt (1862-1918), sino uno de los cuadros más bellos del mundo, emblemático para enamorados de diversas latitudes. Fue exhibido por primera vez en la Exposición de Arte de 1908 junto a otra pintura de Klimt, La tres edades de la mujer. En esa muestra, El beso se titulaba Los Amantes y fue adquirido al finalizar la exposición por el ministro de Educación, el doctor Marchet, para la Galería Austriaca. Desde el primer momento, se convirtió en uno de los símbolos del grupo artístico que había impulsado Klimt, conocido como la Secesión.

Ante un fondo dorado que recuerda los iconos bizantinos y rusos, un hombre y una mujer se abrazan ante un reducido prado repleto de florecillas, es difícil interpretar si están arrodillados o de pie. El prado finaliza de forma brusca, como si el pintor quisiera situar a los amantes al borde del precipicio. La pareja se enmarca con una aureola dorada, vistiendo ambos ropajes de ese color, adornados con rectángulos negros y grises (el hombre) y con círculos de colores (la mujer). El ancho cuerpo del varón y su actitud de dominio son dos elementos clave en la composición, interpretada por buena parte de los especialistas como una escena protagonizada por el propio Klimt y su buena amiga Emilie Flöge.

Es a partir de esas suposiciones que la historiadora de arte Elizabeth Hickey reconstruye la relación entre el carismático y controvertido artista con su joven discípula.

El gesto de la mujer en El beso ha sido interpretado como rechazo ante la agresión a la que la somete el hombre, intentando evitar el dominio masculino sin un resultado positivo. La autora de la novela imagina así ese instante:

"Se puso de pie. No estaba segura de si iba a pegarme o morderme en una mejilla. En realidad, en su estado podía ser cualquier cosa, pero me besó, torpemente, presionando sus labios cerrados contra los míos, como si fuera una pieza de fruta demasiado madura que dudara que no estuviera podrida. No supe qué hacía, ni qué quería de mí. Le devolví el beso, pero suavemente, como lo haría con mi sobrina o con un gatito encontrado en un callejón. Su cara estaba salada."

Emilie conoció a Klimt cuando tenía 12 años, fueron amantes y con su ayuda abrió una exclusiva tienda de modas; compartió al lado de Gustav triunfos y las sombras del escándalo y la tragedia, momentos que Hickey intenta reconstruir en estas páginas.

Título: El beso
Autora: Elizabeth Hickey
Editorial: Suma de letras

Número de páginas: 294

Precio de lista: 199 pesos

Textos: Mónica Mateos-Vega

 
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