Usted está aquí: jueves 26 de octubre de 2006 Sociedad y Justicia Alerta DIF sobre crecimiento de la pornografía infantil en el país

En México se han podido detectar 380 sitios de Internet con ese contenido

Alerta DIF sobre crecimiento de la pornografía infantil en el país

En La Merced casi la mitad de las sexoservidoras son menores de edad, señala

ALMA E. MUÑOZ

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) alertó sobre un incremento en la venta de servicios sexuales de niños y adolescentes. Puso como el ejemplo el caso de La Merced, donde poco menos de la mitad de las 2 mil sexoservidoras que allí trabajan son menores de edad o se iniciaron cuando aún lo eran.

Según información presentada ayer, en promedio laboran 10 horas diarias y pueden sostener, en ese lapso, igual número de encuentros privados, con ganancias de acuerdo con la edad.

La virginidad alcanza un precio de hasta 20 mil pesos; entre 11 y 14 años, de mil a 2 mil; si tienen 20 años, el precio va de 150 a 250 pesos; con 30 años se cobra 100 pesos, y de 40 a 50, 25 pesos. Los más favorecidos con estas actividades ilícitas son establecimientos como hoteles, loncherías, fondas, cervecerías, bares con fachadas tipo "consultorios médicos" y baños públicos. Para los primeros las ganancias pueden ser de hasta 100 mil pesos mensuales.

Durante el panel Comercio sexual en zonas urbanas, origen y perspectivas, la directora del organismo, Ana Rosa Payán, alertó que la explotación sexual comercial infantil "no conoce ya de fronteras, ha adquirido grandes dimensiones a escala mundial y corre el riesgo de acrecentarse en México si no actuamos con mayor fuerza y convicción".

El problema, insistió, "crece a pasos agigantados. Por dar un ejemplo, la Policía Cibernética ha informado que existen entre 72 mil y 100 mil sitios de pornografía -de los cuales más de 380 fueron detectados tan sólo en México, en 2003- y aparece un sitio nuevo cada 22 segundos".

En el mundo, destacó, esta actividad deja ganancias anuales por 7 billones de dólares. Por eso, subrayó Payán, "debemos mirar cada rincón de nuestro territorio; prestar atención y buscar los mecanismos para no tolerar que pederastas, redes de prostitución, hoteles, negocios, padrotes, empresarios, medios de comunicación -como periódicos y revistas- o el Internet tengan ganancias por la promoción, la difusión o el consumo de la prostitución infantil".

Olga Rosas Moya, también del DIF, resaltó, con base en un análisis de la Subcomisión de Prevención de la Explotación Sexual Comercial, que en agosto de 2005 se publicaron 3 mil 857 anuncios clasificados promoviendo probablemente la prostitución infantil, y produjo para diarios, por publicidad, una ganancia de más de 3 millones de pesos mensuales, en promedio.

De acuerdo con el DIF, en las calles de La Merced donde se detecta "mayor prostitución infantil" son: Jesús María y el callejón Santo Tomás". En la zona opera una red de líderes de sexoservidoras, cuyos grupos -al menos 14, tres con mayor presencia de menores- se "dividen" el territorio. Allí se genera "alta violencia social, familiar, sexual o entre agrupaciones".

Hay clientes tanto en horario matutino como vespertino. Los primeros, llamados de "a pie" fueron identificados como obreros, albañiles, cargadores, policías y más; los segundos, "de automóvil", empleados de oficina. Todos contactan sobre aceras, en esquinas, fuera de tiendas y callejones.

El DIF, con base en estudios académicos y de organizaciones civiles, aseguró que está confirmado que en 34 hoteles de La Merced existe comercio sexual. La diputada federal por Alternativa Socialdemócrata y Campesina, Elsa Conde, relató por su parte, que normalmente en estos lugares operan 30 mujeres cotidianamente, mismas que pueden tener hasta ocho encuentros sexuales diarios, lo que reporta al inmueble de 50 a 70 pesos por 15 minutos de uso de un cuarto.

Además, las sexoservidoras les pagan en promedio 4 mil pesos mensuales porque rentan dos habitaciones. Una para ellas y sus clientes y otra para sus hijos, en caso de tenerlos.

Presentó el perfil de esos menores. Los situó con una historia de violencia familiar -abuso sexual o violación-, abandono del hogar de varones entre los siete y 16 años, y de mujeres entre 10 y 15; la mayoría proviene del estado de México, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Morelos, Michoacán, Hidalgo, Chiapas y Durango.

Su iniciación en el comercio sexual se da entre los 10 y los 13 años. Se les somete por engaños, violencia e inducción a las drogas.

 
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