Se consolida en AL la izquierda gobernante: experto
Pese a los movimientos de oposición que aprietan a los gobernantes progresistas en América Latina, las altas tasas de inflación y las asfixiantes deudas externas heredadas de los sistemas neoliberales, las izquierdas de la región están demostrando que pueden gobernar, enfrentar los índices de pobreza y desarrollar una eficiente política social, aseguró el investigador brasileño Renato Boschi, durante el seminario Las izquierdas latinoamericanas y el gobierno: entre la social democracia y el nacionalismo popular, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
El especialista sostuvo su afirmación en una serie de cifras que pretendieron demostrar las mejoras en política social y económica de presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva respecto de su antecesor, Fernando Henrique Cardoso. Un estudio realizado por Boshi y Fabiano Santos señala que Cardoso creó 700 mil puestos de trabajo, frente a 6 millones en la gestión de Lula, de los cuales 4 pertenecen al sector formal. El desempleo total del país disminuyó de 12.2 a 9.6 puntos. Por otro lado, el poder de compra de la canasta básica aumentó de 1.3 a 2.2, y "por primera vez en la historia de Brasil el índice de pobreza descendió".
En cuanto a política educativa, asegura Boschi, el nivel de analfabetización descendió de 15 a 11.4 por ciento en niños menores de 10 años, y la falta de asistencia escolar descendió de 36.2 a 23 por ciento.
Sin embargo, el investigador reconoció que el gobierno de Lula tampoco pudo llevar a cabo una reforma agraria, debido al poder de la clase terrateniente tradicional, pero las iniciativas del actual gobierno en términos de compra de tierras para la reforma tuvieron un desempeño mejor.
Ha crecido la transparencia
Boschi fue cuestionado en cuanto a los casos de malversación que han surgido en el gobierno de Lula, a lo que respondió que no cree que la corrupción sea algo inherente a los gobiernos de izquierda; "lo que ocurre es que los organismo democráticos han hecho la corrupción más transparente que durante los gobiernos militares. Esto significa que las instituciones democráticas se van perfeccionando".
Por su parte, Eolo Díaz Tendero, investigador de la Universidad de Chile, señaló que tras 16 años de la restauración de la democracia en su país, la izquierda chilena, más que el populismo, enfrenta el reto de saber cuáles son sus herramientas institucionales para atender los graves problemas sociales. En su país, afirmó el especialista, se ha triplicado el presupuesto destinado a la educación para los sectores menos favorecidos, el índice de pobreza bajó de 50 a 18 por ciento y se ha creado una comisión de derechos humanos encargada de los delitos del pasado; sin embargo, esta forma de hacer política, enfocada en la inversión, no logra cambiar modelos económicos. Según Díaz, en Chile existe una dicotomía entre la racionalidad institucional de la gestión y la racionalidad representativa. Esta distancia se cubrió con el liderazgo de Michelle Bachelet, no por una racionalidad de partidos políticos, sino por el papel que jugaron las encuestas y los medios de comunicación.