Usted está aquí: miércoles 25 de octubre de 2006 Cultura Recibió Saúl Juárez la Medalla de la Orden de Isabel la Católica

La condecoración le fue entregada antenoche en la Embajada de España en México

Recibió Saúl Juárez la Medalla de la Orden de Isabel la Católica

El director del INBA hizo un recorrido por su acercamiento a la cultura española

La presea es un reconocimiento a la trayectoria de un gran profesional: Cristina Barrios

PABLO ESPINOSA

Ampliar la imagen El director del INBA, Saúl Juárez, al momento de recibir la medalla de manos de la embajadora de España en México, Cristina Barrios Foto: Marco Peláez

En reconocimiento a la trayectoria de "un gran profesional de la cultura", la embajadora de España, Cristina Barrios, condecoró anteanoche, en nombre del rey Juan Carlos de España, al maestro Saúl Juárez con la Medalla de la Orden de Isabel la Católica.

En emotiva ceremonia realizada en la embajada de aquel país, el director general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recibió esta insignia que, recordó la embajadora, fue instituida por el rey Fernando VII el 14 de marzo de 1815 y cuyo objetivo es premiar "aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la nación española con el resto de la comunidad internacional".

Hizo alusión entonces la señora Cristina Barrios al ejemplar trabajo cultural del director del INBA, aunado a su producción artística, pues es autor de una relevante obra literaria que va "de la narrativa a la cantata, de la poesía a la dramaturgia y a los trabajos con compositores, como Manuel Enríquez, y una notable antología sobre el tema cultural de la muerte", entre otras aportaciones importantes.

En su discurso de agradecimiento, el maestro Saúl Juárez, nacido en Morelia, Michoacán, en 1957, hizo un recorrido vital por su acercamiento a la cultura española en su formación oriunda, nacida en su infancia. "Acepté desde entonces que la relación entre México y España era un torrente de encuentros y desencuentros. El jade y la obsidiana contra la pólvora y la rueda. La masacre y, al mismo tiempo, la defensa de la condición de los indios. Por fortuna, años después -asentó Juárez- discerní que había un puente indestructible, un camino lleno de meandros y recovecos que se levanta como la patria común: la palabra, el caudal del idioma que fluye en ambos continentes, el patrimonio heredado y, al mismo tiempo, el vehículo más cierto para la búsqueda de territorios desconocidos".

El galardonado intuyó entonces que "valía la pena reflexionar, no sólo sobre las querellas, sino también sobre la trascendencia de los encuentros de ambas culturas en nuestro país, si es que se pudiera hablar así, de manera tajante, de dos culturas y no de una sola con ropajes diferentes".

Mencionó así Saúl Juárez algunos de los encuentros notables, entre ellos, "el de mayor impacto cultural en el siglo pasado, fue el arribo de la inteligencia y el talento del exilio" de los republicanos españoles, "una suerte de regalo para México".

Ubicó la corta pero fructífera estancia de María Zambrano en Morelia, donde en una de sus clases en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo dijo a sus alumnos, para concluir la clase, algo que quedó en la impronta en el ahora distinguido por la patria de Zambrano: "La mente va allí donde el amor la lleva". Y más: "El conocimiento es una forma de amor y también una forma de acción".

Y al pensar en las ideas de ida y vuelta entre España y México, el director del INBA recordó el humanismo de Vasco de Quiroga, "quien vino a mi tierra con la utopía europea en el equipaje, pero que debió aprender y hacer propia la organización productiva indígena para poder así llevar a la práctica algunos de los principios utópicos derivados de sus lecturas de Tomás Moro y del Evangelio".

Culminó Saúl Juárez: "agradezco a su majestad el rey la condecoración de la Orden de Isabel la Católica en grado de Encomienda, la recibo con la intención de seguir colaborando para una mayor presencia artística de México en España, y con la conciencia de que más de 300 millones de personas hablamos español y nos une una historia, varias utopías a veces olvidadas y algunas que deberíamos construir juntos".

Fue una ceremonia de reconocimiento y homenaje a un gran profesional de la cultura.

 
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