Denuncian ante la ONU que "está orientada a la represión de indocumentados"
La política migratoria de México, con "enfoque policiaco e inquisitorio"
El Foro Migraciones -integrado por más de 40 organizaciones civiles, académicas y de activistas de los derechos humanos- denunció ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) que la política de México en la materia tiene un enfoque "policiaco e inquisitorio, que está orientado al control, la represión y la contención de los migrantes que transitan por el país, en especial en la frontera sur".
Resalta que al haber incorporado al Instituto Nacional de Migración (INM) al Sistema de Seguridad Nacional, el 18 de mayo de 2005, México coloca a los migrantes "como amenazas para la seguridad nacional. (Las acciones) se centran en el control y la represión, lo cual contradice y deteriora la posición sostenida por el gobierno mexicano en torno de la promoción de los derechos humanos".
En el Informe alternativo de México, que dicho foro presentó ante el Comité de Derechos de los Trabajadores Migratorios de Naciones Unidas y que entre otras cosas habla de la aplicación de la Convención internacional sobre la protección de las garantías básicas de los trabajadores migratorios y sus familiares, apunta que "en la Constitución se encuentran dos problemas que preocupan: por un lado, el artículo 11 se ve restringido para dichos trabajadores y sus familiares, ya que está subordinado ese derecho a las facultades de las autoridades administrativas.
"Y el artículo 33, que establece una excepción al debido proceso en caso de expulsión: el Ejecutivo de la unión tendrá la facultad exclusiva de hacer abandonar territorio nacional, inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente." Eso, precisa el documento, "adquiere mayor relevancia porque en México son colocados los tratados internacionales en segundo plano respecto de la Constitución, aunque por encima de leyes federales".
Cúmulo de violaciones a derechos
El foro da cuenta del cúmulo de atropellos a los derechos humanos de los migrantes, que van de violaciones al derecho a la vida, tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes, a maltrato de la autoridad. De igual forma, uso indebido de la fuerza, extorsión, cohecho, arresto arbitrario, expulsiones masivas y falta de protección y asistencia consular, entre otras.
"La frontera sur de México es la frontera norte de América Latina", asevera la organización, y detalla que hay 172 puntos de internación aérea, marítima y terrestre, de los cuales 48 están en la zona sur del país. Según ésta, 50 por ciento de ingresos formales al territorio nacional se llevan a cabo por la zona sur.
De igual forma, añade, la mayoría de arrestos se hacen en estados del sur: Tabasco, Veracruz, Chiapas y el istmo de Tehuantepec. No se efectúan en la zona fronteriza, sino en los numerosos retenes que son instalados en rutas que siguen los migrantes o en operativos especiales.
El foro acusa que los "migrantes irregulares en tránsito", de diversas nacionalidades, son materialmente perseguidos y detenidos en estancias, estaciones y cárceles municipales. "Esa cacería humana arrojó en 2004 la deportación de 119 mil 440 personas, sólo en Chiapas y Tabasco, y un total de 211 mil 218 en el país."
Al detallar las violaciones a las garantías básicas el foro señala, por ejemplo, que un migrante dominicano, detenido en la estación de Iztapalapa -ubicada en el Distrito Federal-, denunció que fue torturado física y sicológicamente, y fue víctima de toda clase de vejaciones. Además, los golpes que recibió le ocasionaron la pérdida de tres dientes, una cicatriz en la cabeza y moretones en todo el cuerpo. Todo ello, a manos de un oficial de migración y varios agentes.
Otro caso: un adolescente ecuatoriano durmió en el piso, tapado con periódicos, en el lugar habilitado como estación migratoria. Le daban de beber agua salada. Al trasladarlo a la estancia fue esposado. Eso ocurrió en Reynosa, Tamaulipas.
Más violaciones: a una migrante en Apan, Hidalgo, el médico de la estación le pidió que mostrara los senos y los genitales en presencia de dos agentes, dizque como parte de un examen.
A un adolescente guatemalteco le daban de comer sólo una vez al día. Las autoridades ponían una olla con comida en el centro de la estación y no les proporcionaban cucharas. Tenían que comer como perros, sin plato. Eso sucedió en Guaymas, Sonora.