Usted está aquí: martes 17 de octubre de 2006 Política Se reditó la tortura de los 60 y 70: Lucano Herrera

Liberados bajo fianza, ocho perredistas en Tabasco

Se reditó la tortura de los 60 y 70: Lucano Herrera

Los policías se hicieron pasar por secuestradores y nos amenazaron con mutilarnos, narra el subsecretario del CEN

ANDREA BECERRIL Y RENE A. LOPEZ ENVIADA Y CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Los activistas del PRD son recibidos por sus familiares a la salida del penal Foto: Carlos Ramos Mamahua

Villahermosa, Tab., 16 de octubre. Luchador social desde hace más de tres décadas, Jesús Lucano Herrera Ochoa advierte que es muy grave que se hayan reditado en Tabasco prácticas que se dieron durante los 60 y 70, como el secuestro y la tortura de opositores para obligarlos a confesar delitos que no cometieron.

Con el ojo derecho casi cerrado, tumefacto por la golpiza que recibió entre el miércoles y el jueves pasados, el subsecretario del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), salió ayer del reclusorio de esta ciudad en libertad bajo fianza, junto con cinco perredistas y dos jóvenes a quienes se dictó ayer auto de formal prisión, acusados de ''portar armas prohibidas'', entre ellas pistolas de diábolos y de juguete.

La dirigencia del sol azteca pagó la fianza de cerca de 20 mil pesos para que pudieran llevar el juicio en libertad, sin riesgo de sufrir nuevas agresiones dentro del penal. Herrera Ochoa, de 54 años, señala que prefirió esta opción después de horas de terror que vivió a manos de policías que se hicieron pasar por secuestradores y amenazaron con mutilarlo y quitarle la vida.

Apenas puede ver con el ojo derecho y el izquierdo lo tiene también lesionado; fue golpeado en la cabeza y en todo el cuerpo, pero le quedan fuerzas ''para seguir en la lucha y denunciar a gobiernos represores como el de Manuel Andrade''.

En entrevista, antes de viajar de regreso al Distrito Federal, recuerda todo lo que pasó desde el miércoles pasado a la medianoche, cuando un grupo de agentes vestidos de civil lo levantaron junto con tres perredistas más del centro de Villahermosa. Lo aventaron en la parte trasera de una camioneta, le pusieron una capucha y comenzaron a golpearlo entre todos.

Los llevaron a una casa donde volvieron a pegarles, les vendaron los ojos y los dejaron más de 14 horas sentados en el piso, con las manos esposadas a la espalda, sin comer y sin permitirles ir al baño ni comunicarse entre sí. Luego comenzó la tortura sicológica: primero los acusaron de narcotraficantes, y luego les dijeron que estaban secuestrados y les pidieron los números telefónicos de sus casas para pedir rescate.

''Nunca nos hablaron de política, sólo repetían que si nuestras familias no pagaban el rescate nos matarían. El jueves por la tarde me permitieron orinar, pero debí hacerlo en presencia de dos vigilantes que no dejaron de burlarse. Luego me sacaron del cuarto, me llevaron a otro, me sentaron en una silla, me subieron el pie a otro mueble; uno de ellos, que al parecer era el comandante, pidió que me quitaran las botas y aunque no soy de los que se asustan fácil, me dio pavor. Ni siquiera traté de encoger el pie; esperaba que pudiera soportar el dolor cuando me cortaran un dedo, pero en lugar de eso me dieron un golpe durísimo en los testículos.

"Yo gritaba y no entendía por qué ellos pedían, también a gritos, una toalla para limpiar la sangre." En ese momento él no lo sabía, pero la escena la montaron los policías para asustar a los perredistas más jóvenes y obligarlos a declarar ante cámaras que eran agitadores y los había traído el PRD para "desestabilizar las elecciones".

A Lucano Herrera se le humedecen los ojos al recordar que mentalmente se despidió de su familia, porque en realidad pensó que lo matarían. Endurece luego el gesto cuando rememora cómo horas después, en la Secretaría de Seguridad Pública, fueron presentados ante reporteros gráficos locales con armas que les pusieron en la cintura. "Durante mucho rato tomaron fotos y no hicieron caso de que expresamos en voz alta que todo era una farsa, que no eramos delincuentes, sino presos políticos."

Esa noche, ya con el video grabado y después de desalojar por la fuerza de la Secretaría de Seguridad Pública a Horacio Duarte y los abogados del partido, les tomaron declaración y los trasladaron a una celda "maloliente y llena de basura y excremento".

Por eso, cuando al fin los remitieron el viernes al reclusorio, se sintieron aliviados, "sobre todo porque la mayoría de los presos nos respaldaron. Nos recibieron con consignas de apoyo a Andrés Manuel López Obrador".

La pesadilla no ha terminado, porque los seis perredistas deberán regresar cada semana a firmar al juzgado.

El PRI contrató luchadores profesionales

Ayer, la policía municipal del ayuntamiento de Cárdenas, que gobierna el PRD, liberó a 42 de 65 personas, entre ellas luchadores profesionales que fueron aprehendidos durante la jornada electoral del pasado domingo cuando ''intentaban robar urnas'', según reportó el director de Seguridad Pública local, Saúl Burelo Córdova.

"La mayoría de los detenidos traían como distintivo camisetas color naranja y roja, mismos que afirmaron ante la policía, al momento de ser certificados por médicos legistas, que fueron contratados por gente del PRI para robar urnas y violentar el proceso electoral en Cárdenas."

La policía estatal evitó en principio que los municipales los detuvieran, pero horas después fueron capturados en diversos operativos, ''cuando trataban de robar urnas, realizaban desmanes e intentaban huir de la presencia de los uniformados locales".

El alcalde Tomás Brito liberó a 45, pero los otros 25 fueron llevados ante el agente del Ministerio Público del fuero común con las armas, objetos y vehículos que les decomisaron al momento de su detención.

 
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