El Nobel Alternativo Martín Almada, a tribunales
Represor se querella contra una víctima de la dictadura paraguaya
Buenos Aires, 10 de octubre. El abogado y educador Martín Almada, descubridor de los Archivos del Horror de la dictadura paraguaya de Alfredo Stroessner, en 1992, estará este miércoles en los tribunales querellado por un ex comisario de la Policía Técnica (política) de los años de la tiranía en ese país.
La historia del mundo al revés comenzó hace tres años cuando Almada fue a los tribunales a declarar contra Stroessner en el momento en que se pedía la extradición desde Brasil, donde murió recientemente, un dorado exilio después de su derrocamiento a principios de 1989.
Para Almada, en entrevista con La Jornada, en estos momentos en su país existe "mucha presión de los nostálgicos de la dictadura (1954-1989) cuando los cómplices de entonces están envalentonados porque ocupan la dirección del Partido Colorado (más de 60 años en el poder) y son miembros de la honorable junta de gobierno".
El abogado y premio Nobel Alternativo de La Paz 2002 dijo sentirse encerrado entre el "ridículo y la perversión, ya que quien fue torturador en la Policía Técnica se querella criminalmente porque acertó a pasar cuando yo estaba dando una entrevista sobre la dictadura de Stroessner en tribunales, al que califiqué de asesino. El se dio por aludido, se acercó a mí y me amenazó porque había herido su honor".
Es el comisario Rolando Agustín Alum, quien en 1978 fue encargado de la sección Guerra Sicoquímica y "aplicaba pentotal, la droga de la verdad, a los prisioneros políticos en la Dirección de Asuntos Técnicos del Ministerio del Interior", señaló.
Alum es sobrino de Antonio Campos Alum, quien durante años dirigió la Policía Técnica de la dictadura de Strossner, el gran centro de torturas en Paraguay, directamente conectado con la CIA.
Campos Alum fue en Paraguay uno de los hombres clave de la Operación Cóndor, en los años 70-80. Acusado de crímenes de lesa humanidad, hoy está prófugo y es protegido por la Liga Anticomunista Mundial, a la cuál perteneció, y por la secta del reverendo Moon.
Precisamente a iniciativa de Almada y otras víctimas la Policía Técnica se ha convertido hoy en Museo de las Memorias de la Dictadura y Derechos Humanos.
Almada, miembro de la Asociación Americana de Juristas, buscó datos de su querellante, el comisario Alum, y encontró elementos suficientes en los Archivos del Horror, que están en el expediente judicial.
Pero no es la única querella que afronta Almada, promovida por sus victimarios. También hay otra iniciada por el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de la dictadura, Hiram Delgado von Leppel.
"Al morir Stroessner, cuando me entrevistaron, yo dije lo que había quedado una herencia terrible de corrupción e impunidad y hablé de los testaferros, entre ellos Von Leppel, quien al frente de la Corte legitimó los crímenes de Stroessner. Hoy es testaferro de los bienes del ex dictador y el 28 de octubre deberé ir a tribunales a defenderme, porque aduce que herí su honor".
Como si fuera una orden de los tiempos de las pasadas dictaduras, "los nostálgicos" se han "envalentonado" en los países del Cono Sur y cada uno tiene actividad inusitada, especialmente desde que se sintieron "justificados" en sus crímenes por las nuevas teorías de seguridad de Estados Unidos, la legalización de la tortura y del terrorismo de Estado a escala mundial.
Almada, sobreviviente de la dictadura y de la Operación Cóndor, fue torturado en su país entre 1974 y 1977. Su esposa Celestina Perez murió el año de su detención por torturas sicológicas, cuando hombres de Stroessner le hacían escuchar casetes con alaridos de su esposo en los interrogatorios.
Ahora no son sus torturadores los que están ante los tribunales, sino la víctima, lo que desató una red de solidaridad internacional. En Argentina, por ejemplo, todos los organismos de derechos humanos reclamaron ante el gobierno paraguayo por esa increíble situación.