Usted está aquí: miércoles 11 de octubre de 2006 Espectáculos Los miércoles son de Gala Musical al ritmo de la Orquesta de la Tercera Edad

El danzón, el ritmo preferido por los habitués del Club de Periodistas

Los miércoles son de Gala Musical al ritmo de la Orquesta de la Tercera Edad

JORGE RICARDO

Ampliar la imagen Bailando danzón en la plaza de la Ciudadela Foto: Archivo

Estatuas impacientes al centro de la pista esperan ansiosas empezar a bailar al ritmo del "danzón de danzones": Nereidas, que surge de la Orquesta de la Tercera Edad en un miércoles de Gala Musical en el Club de Periodistas de México, donde el público asistente es parte de esos 8.2 millones de adultos mayores de 60 años que hay en el país.

No hay prisa ni rating ni cortes comerciales; hay miradas de donjuanes que se filtran entre los movimientos elegantes de las mujeres, animados por el danzón.

Hay experiencias compartidas: las de la Orquesta de la Tercera Edad, integrada por 18 músicos mayores de 65 años, que tocaron con Pérez Prado, Ray Coniff, Mariano Mercerón y Chico O'Farril, y las de su público: adultos mayores. "Soy una mujer positiva y me gusta el danzón", grita Gloria Mijares Ramos, que viene de Calzada del Hueso.

De traje plateado y lentes oscuros, en la pista -"paraíso tropical instantáneo"- Gloria se mueve al ritmo de la música y dice: "Soy una mujer de mente positiva y liberal, no me asusto de nada, ¡y menos a estas alturas! Soy soltera y ando en busca de esposo".

La música de Amador Pérez Torres, con arreglo de Mariano Mercerón -"ese negro feo que tocaba tan bonito"-, propicia coreografías exactas, "con porte en la figura, el cuadrado y los giros", muy bien ejecutadas por este sector que en los recientes seis años aumentó en 1.5 millones, según el Consejo Nacional de Población.

La Orquesta de la Tercera Edad toca de todo: mambo, chachachá, guaracha, rumba, salsa, merengue, cumbia, swim, rocanrol, boogie woogie, tango, paso doble, bolero, ragtime..., ritmos algunos prohibidos de tan "lascivos" a principios del siglo pasado, aunque los bailarines prefieren danzón, porque "tiene ritmo, esencia, te identificas rápidamente con él, aunque es complicado hallar a alguien con quien te acoples y hagas los mismos movimientos", dice Juan Marrufo Flores, profesor de educación media superior.

Hombre elegante, agrega: "El tiempo es pausado, lo puedes bailar con alguien que amas. Cuando no sabes danzón, debes llevar la cuenta del danzonete; las hay de ocho, de nueve, de 11 y de 12, para coordinar con las paradas de la danzonera, ya cuando te sabes la melodía y el danzón ya no cuentas, ya nomás bailas".

Bailar es una terapia

"Y luego a bailar hasta que el cuerpo aguante", dice sonriente Josefina Quintana, maestra de bailes de salón. Agrega que para los adultos en plenitud -25 por cada 100 menores de 15 años en México-, "bailar es una terapia; además, en el baile todos somos iguales; no hay jerarquías, somos como una familia. Mis hijos tienen una mala idea de ir al California porque lo consideran peligroso; pero el baile es sólo baile, sin alcohol, sin nada".

Residente en Paseo de la Reforma, gerente de ventas, Irene Maya afirma: "El danzón es un baile fino y elegante. Yo a la disco no voy, eso no es baile. El danzón es cadencioso sin ser cumbia, la espalda recta, los brazos en escuadra".

Así, saxofones, trompetas, batería y trombones estallan en polonesas de Chopin al ritmo de la música caliente, luego el Mambo en sax, de Pérez Prado -"descompuesto" por Billi Pérez, aquí presente-, popurrís de chachachá, himnos personales de antiguos dandis y pachucos de barrio, que sobre la pista recuperan el estilo. Y luego vuelta al danzón.

La cita es en Filomeno Mata 8, los miércoles desde las 17 horas; desde ahora y hasta que acabe el año pague 35 pesos a cambio de unos pasos muy bien dados.

 
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