Usted está aquí: martes 10 de octubre de 2006 Opinión ¿Qué hay detrás del muro?

Ana María Aragonés

¿Qué hay detrás del muro?

Detrás de la construcción de mil kilómetros de muro en la frontera México-Estados Unidos está la absoluta prepotencia de un gobierno, incluido por supuesto Bush -aunque su discurso pretenda mostrar cierta preocupación por los millones de trabajadores indocumentados que viven y laboran en ese país-, que está dispuesto a pasar por encima de cualquier consideración, sea ésta la de ofender a uno de sus más importantes socios, y no precisamente por los productos que México pueda comerciar con él, sino porque es el principal país que lo surte de mano de obra en la cantidad y calidad que requiere su economía.

Detrás del muro se encuentra la más importante confirmación de que los migrantes responden a las necesidades crecientes de la economía estadunidense, y que si éstos siguen fluyendo en forma por demás masiva es porque son indispensables para la buena marcha de la economía y la competitividad de los productos del país vecino.

Detrás del muro se encuentra la prueba primera y principal de que no hay contingentes de trabajadores en Estados Unidos que puedan realizar las labores que requiere, entre otras, la industria agrícola, como se desprende de los terribles lamentos de los granjeros que están viendo pudrirse sus cosechas. Todo ello a pesar de que hay cerca de 12 millones de trabajadores indocumentados, lo que es una prueba palpable de que esta mano de obra se encuentra laborando y por ello no puede satisfacer la demanda de los agricultores. Por eso la economía requiere más y más fuerza de trabajo extranjera para poder continuar con su expansión comercial mundial.

Detrás del muro está la realidad de Estados Unidos como un pozo sin fondo para los trabajadores del mundo. Y en lugar de reconocer esta situación y darles caminos legales a todos aquellos que estén dispuestos a la amarga decisión de exiliarse por falta de oportunidades en sus países de origen, la respuesta es la construcción de un muro que haga más miserable la vida de estos trabajadores, pero, es cierto, también más funcional para la generación de altas ganancias para los patrones.

Detrás del muro se encuentra de manera clara el uso faccioso que se hace de los trabajadores migratorios cuando de elecciones se trata. Así se pretende recuperar a una parte de los electores, la más conservadora de la sociedad estadunidense, y a aquella a la que se le ha convencido, a través de los medios de comunicación masiva que sirven al gobierno, de que hay un vínculo entre migrantes y terroristas, dejando de lado que quienes han logrado expandir y favorecer este terrible fenómeno del terrorismo han sido justamente los gobiernos estadunidenses con su política de arrasamiento de los pueblos a lo largo de su historia de dominación. No hay duda de que Washington está dispuesto a todo por dominar los sectores estratégicos, sean éstos la alimentación, el petróleo, los estrechos geográficos, etcétera.

Detrás del muro se evidencia a un gobierno estadunidense mentiroso que está demostrando en forma clara y contundente que los principios que supuestamente enarbola -democracia, libertad, justicia e igualdad- son una falacia y un parapeto para destruir grupos y pueblos si no responden a sus intereses.

Pero también detrás del muro se encuentra un México subdesarrollado al que gobiernos priístas y panistas se han encargado de mantenerlo así para beneficio de unas elites, cuyos líderes pueden mostrarse, sin ninguna vergüenza, como los más ricos del mundo, en tanto los migrantes siguen incrementándose y subsidiando a los otros ricos del mundo.

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