Los conflictos en México, preámbulo del cambio que está por llegar: Luis Valdez
El suroeste y otras regiones de EU ''están ya preñados por mexicanos''
Tenemos el deber de resucitar la grandeza de nuestro pueblo, dice el cineasta chicano
Invitado por la Feria del Libro en el Zócalo, presentará su obra de teatro El soldado raso
Ampliar la imagen Soy un americano con profundas raíces, que llegan hasta aquí, hasta este Zócalo que también es mío, de todos'', manifestó Luis Valdez a La Jornada Foto: Luis Humberto González/archivo
La idea de construir un muro fronterizo entre Estados Unidos y México para evitar el paso de indocumentados llega ''muy tarde, pues la gente ya está dentro", señala el cineasta chicano Luis Valdez (Delano, California, 1940).
Invitado por la sexta Feria del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México para presentar su obra de teatro El soldado raso y ofrecer una charla en torno de su emblemática cinta Zoot suit (1981), que ayer se exhibió en la Plaza de la Constitución, el dramaturgo explica en entrevista con La Jornada que todo el suroeste de Estados Unidos y otras regiones de ese país ''están ya preñados por mexicanos.
''Es decir, esa generación de inmigrantes que están ya ahí van a tener hijos que van a nacer en Estados Unidos y todos van a ser chicanos, a pelear sus derechos y a cambiar esa sociedad.
''Y no sólo se trata de gente pobre. Es una población con mucho talento, inteligencia y empeño. Por muchas razones se menosprecia al mexicano en ese país, no nos conocen realmente, pero somos capaces de entrar en muchos campos: en la ciencia, en los negocios, en la política.
''Son los sectores racistas de siempre a los que no les gusta nadie y se creen superiores. Pero ya existe mucha gente en Estados Unidos que sí acepta esta inmigración, que saben que es parte de la esencia del país.
''Somos parte del proceso dinámico del continente. Hablar de ser americano para mí es un orgullo, pero añado que soy un americano con profundas raíces, que llegan hasta aquí, hasta este Zócalo que también es mío, de todos.''
Correligionario de César Chávez
Para Valdez, nieto de un huelguista de Cananea, hijo de un campesino migrante y compañero de lucha de César Chávez, activista por los derechos de los trabajadores agrícolas migrantes en Estados Unidos, ''el tesoro más grande de México es su propio pueblo".
Es en la educación y en la cultura donde encuentra la energía necesaria para lograr la ''resurrección" de un sector de la población que lleva más de 500 años oprimido, aunque no callado: los indígenas.
''Los que estamos aquí ahora tenemos la responsabilidad de resucitar la grandeza de nuestro pueblo. Claro, esto no va a ocurrir de la noche a la mañana. Todavía hay pobres, gente que necesita educación, vivienda, comida.
''Pero de acuerdo con las tendencias históricas, de lo que se ve en México, de las fuerzas que se están activando: el deseo de igualdad económica, el deseo de democracia, todos los conflictos que ahora se ven son algo positivo, el preámbulo del cambio que está por llegar.
''Sólo esperamos que no se llegue a la sangre, porque hay algo cíclico en medio: 1810, 1910 y se acerca 2010. Si hay un proceso de cambio económico rápido la violencia se puede evitar.
''La revolución debe ser intelectual, educativa; enseñar que en nuestras raíces más profundas está la semilla; por ejemplo, ahí esta la matemática maya, algo que hoy daría un cambio radical a la tecnología digital; también ahí está la astronomía, la medicina, la arquitectura.
''La educación -prosiguió Valdez- es esencial. México debe apoyarse en la gran mina humana que posee: respetar a los campesinos, a los indígenas, darles libertad de expresión y la educación que merecen para que ellos den al país la riqueza que guardan en su interior.
''Sólo así México va a poder competir de manera internacional en este siglo XXI. Hay que tener sueños, perspectivas, pero sin dejar de ver el pasado. Esa grandeza que hubo en esta nación no nos sirve de nada si se queda allá atrás, la debemos resucitar para que defina nuestra vida, aquí y del otro lado de la frontera. Esos valores están en nuestra memoria genética y si eso se lo inculcamos desde ya a nuestros jóvenes vamos a participar de las grandes cosas en el mundo."
Valdez prepara sus memorias, así como un libro sobre la trayectoria de Teatro Campesino, compañía que fundó en los años 60 para llevar sus obras a comunidades pequeñas, recorriendo los caminos en un camión.