Usted está aquí: lunes 9 de octubre de 2006 Espectáculos "Me gusta mostrar la parte de la sociedad que se esconde"

El español Fernando León de Aranoa habla sobre Princesas, cinta que se exhibe en México

"Me gusta mostrar la parte de la sociedad que se esconde"

La realidad es una pista de despegue para contar cosas que tienen que ver con la fantasía, indica

La película trata la prostitución, pero no desde los lugares comunes; narra una historia de amistad, dice

JUAN JOSE OLIVARES

Ampliar la imagen El realizador ­creador de filmes como Barrio, Los lunes al sol y Caminantes­ durante el rodaje

Fernando León de Aranoa (Madrid 1968) es uno de los cineastas españoles jóvenes más reconocidos de la actualidad. En sus películas -que muestran "la parte ríspida de la sociedad española; esa parte de atrás que no se ve mucho", asegura el director y guionista-, que han ganado premios (tienen 19 Goyas y nueve de San Sebastián), la realidad es "una pista de despegue, de la cual parte la historia que cuenta cosas que tienen que ver con la fantasía, con los deseos de las personas".

Ahora en México presenta su más reciente largometraje de ficción: Princesas, "historia de dos mujeres, de dos prostitutas, de dos princesas. Es una historia de amistad, de dos mujeres que, se dediquen a los que sea, caminan por la misma cuerda floja". De esa complicidad nace este cuento cinematográfico (que tiene música de Manu Chao), ganador de tres premios de la academia española de cine, que tuvo muy buena recepción en el pasado festival de Guadalajara y el de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (Ficco).

León de Aranoa es creador de películas como Familia, Barrio, Caminantes (documental sobre la vida de una pequeña población que se ve alterada con la noticia de que la marcha convocada por el EZLN pasará por su comunidad indígena) y Los lunes al sol.

Para el cinerrealizador, en Princesas la prostitución es sólo el lugar donde sucede la historia, "pesa en la cinta, pero más bien es una mirada desde otro sitio: la amistad entre ambos personajes. Hay interés de hablar desde otro sitio, en no contar la vida de estas chicas como siempre: desde los lugares comunes. Nos dediquemos a lo que sea, tenemos sueños, ternura. Sólo quería contar una historia de mucha luminosidad", dice vía telefónica a La Jornada.

Convivio con las chicas de Casa de Campo

A Fernando le gusta mostrar en sus películas "la parte ríspida de la sociedad; esa parte de atrás que no se ve mucho. A uno le dan ganas de mostrar eso y este caso con esas chavas.

"Estamos acostumbrados cuando vamos por Madrid, por la calle Montera o cuando pasas por la Casa de Campo (gran parque a las afueras de Madrid), ver esa imagen de las chicas abordándote, pero lo que nunca conocemos es cuando se dan la vuelta, es el contraplano, y yo no quería rodar ese plano del aborde, sino cuando esa chica se gira y habla con una compañera."

El director pasó largo rato con estas chicas en Casa de Campo, durante la elaboración del guión. Pasó algunas noches conversando con ellas. La primera sorpresa que tuvo a los 15 minutos de estar por primera vez en ese "supuesto mundo de peligrosidad" fue que que en ese tiempo ya había olvidado donde estaba. "Buscaba que al espectador se le olvidara que son prostitutas y que las viera en la cinta sólo como a dos trabajadoras, poniendo el centro en sus días y no en sus noches. Quería hacerla luminosa por eso, con mucho día, no con las chicas a media cara con su cuerpo en las sombras, imagen ya estereotipada", asegura.

Agrega: "Cuando estuve en Casa de Campo, para mí era como estar en la parte de atrás del escenario de un teatro. Cada una de las chicas es una historia, pero tuve que elegir sólo a dos, aunque pudieron ser muchas más".

El director ha mostrado historias que, aunque no intencionadas, son realistas. "Me gusta la mezcla entre realidad y ficción. Las que hago no son películas estrictamente realistas, pero parto de la realidad sólo como pista de despegue para rápido alejarme de ella, y contar cosas que tienen que ver con la fantasía, con los deseos.

"Me siento cómodo con ese tipo de personajes porque los siento cercanos. Me siento cómodo allí, pero uno nunca sabe, quizá haga luego algo más de entretenimiento, aunque hay gente que eso lo hace muy bien. Nunca he entendido el cine como un asunto de militancia, porque cuando lo ves así terminas hablando a los que ya piensan como tú, y eso no tiene interés... bueno, a ratos, cuando necesitas que te den la razón. Es más divertido decirles cosas a quienes las ven de otro modo."

-Que busque otros públicos no significa que no despierte conciencia con sus filmes. Antes de Barrio, cierta gente de México no creía que hubiera pobres muy pobres en España.

-El despertar de la conciencia es algo muy importante, es una motivación, decir cosas que merecen ser conocidas, darles el mensaje de esas realidades a través de personajes. Recuerdo cuando la presenté en México hace muchos años, hicimos una proyección en Tepito con niños, y me comentaban que era peligroso, pero dije de ésos también hay allá. Es como en Madrid, en el centro siempre está limpio por donde caminan los turistas, pero te alejas dos o tres calles, en mi barrio por ejemplo, y ya está todo sin limpiar, al fin que no lo ve nadie.

-¿Qué le gusta hacer más: cine realista o documental?

-He hecho algunos documentales, pero reconozco que me siento más cómodo en la ficción. Del documental he aprendido el respeto por los personajes, tienes que ser cuidadoso con la gente que entrevistas y cómo lo recreas; tienes que entender quién te habla y eso lo he trasladado a la ficción, que cuando la realizo manejo el mismo nivel de respeto por los personajes aunque sean ficticios, no pasarles por encima con mis decisiones. El documental tiene esa parte que no posee la ficción: que no puedes controlarlo al ciento por ciento. El documental me sirve de terapia, porque no puedo controlarlo por más que me empeñe; la realidad me pasa por la izquierda.

-¿Tiene tendencia hacia ese lado?

-De forma natural. Tenemos el corazón hacia la izquierda y la sangre, pues es roja.

Cambio en políticas sociales

-¿Hubo cambios en el gobierno con la llegada de Rodríguez Zapatero?

-Hubo reacción en cierto modo. Había situaciones que se ponían difíciles con el gobierno anterior. Se ha notado un cambio en políticas sociales, que podrían ser mejores si se fueran más a la izquierda, pero al ver de dónde veníamos, ya es un avance.

-Muchos ya le habían cambiado a Aznar el nombre de José María por el de Francisco (por el dictador Franco)

-De vez en cuando se le escucha dar conferencias en México, que a mí me paran los pelos de punta.

El cinematografista comenzó a escribir un par de historias, pero aún no sabe cuál cuajará más. Aunque todo lo interrumpió debido a que acaba de rodar un documental colectivo de una ONG en torno del tema de Africa. A él le tocó la zona de Uganda, donde existe una guerra desde hace 20 años.

De su documental Caminantes tiene buen recuerdo. "Uno conserva mejor recuerdo de los documentales que de la ficción, porque aprendes mucho más: permiten meterte en la realidad, que de otro modo no conocerías."

 
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