Desde 1992 los habitantes de esa entidad sufragaban con dos documentos oficiales
El Congreso de BC suprime de forma definitiva la credencial electoral local
Diputados de PRI y PAN acuerdan recortar de 120 a 60 días las precampañas políticas
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La credencial estatal con fotografía fue creada en 1992, durante el gobierno de Ernesto Ruffo Appel, y desaparecerá por decreto del Congreso local
Foto: Antonio Heras
Mexicali, BC, 6 de octubre. Luego de 14 años de vigencia y cinco procesos electorales locales, el Congreso de Baja California decretó la desaparición de la credencial estatal para votar con fotografía. Este documento fue el primero de su tipo en el país y se convirtió en el referente para la credencial federal, que entró en vigor en los comicios presidenciales de 1994.
De forma conjunta, las fracciones parlamentarias de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional presentaron la iniciativa para la supresión de este documento, que obtuvo 20 votos en favor y una abstención en el pleno.
De acuerdo con los legisladores, la iniciativa se sustentó "en los niveles de confiabilidad y transparencia" que tienen las credenciales que emite el Instituto Federal Electoral (IFE), además de que se evita la duplicidad de funciones.
Una sola credencial
Con la eliminación de la credencial estatal, los bajacalifornianos volverán a utilizar únicamente los instrumentos electorales federales para sus procesos locales, como se hizo hasta 1989.
Durante estos años, Baja California fue la única entidad del país cuyos ciudadanos contaban con dos credenciales para sufragar -una local y otra federal-, así como un padrón electoral propio.
Fue en la administración del gobernador Ernesto Ruffo Appel cuando se decidió crear la credencial estatal, ante las dudas y desconfianza que se tenía sobre el padrón del IFE. En 1992 la Comisión Estatal Electoral inauguró el camino para utilizar una credencial y listado nominal con imagen.
De igual forma, los diputados de PRI y PAN acordaron recortar los tiempos de precampañas políticas de 120 a 60 días, por lo que la fecha de inicio del siguiente proceso electoral, que comenzaría la próxima semana, se pospuso tres meses.