Usted está aquí: viernes 6 de octubre de 2006 Opinión Economia Moral

Economia Moral

Julio Boltvinik

Markus y el paradigma de la producción/ I

Materialismo de Marx como proyecto radical de transformación práctica

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Las ideas articuladas por Giörgy Markus en Marxismo y antropología1 fueron determinantes en el enfoque y desarrollo de mi tesis doctoral.2 En ella, sin embargo, no alcancé a analizar en profundidad otro libro posterior de Markus, Lenguaje y producción3 que es tan importante como el anterior. He llegado a una etapa de su estudio en la que me siento (casi) preparado para divulgar su contenido. Al hacerlo, comenzando hoy, continúo la tarea que empecé en la entrega del 29/9/06 de Economía Moral, que busca contribuir a la preparación teórica del ejército de renegados del que orgullosamente formo parte, como elemento importante en la larga batalla en la que estamos embarcados.

La grandeza de Markus es tan amplia como escasa es su fama en México. A decir de John Grumley (filósofo de la Universidad de Sydney), que fue su alumno, es

"un gran contador de historias. Sus cuentos son de la historia de la filosofía. Teje sus narraciones con un conocimiento sin par de la historia de la filosofía y la cultura y con un ojo agudo para las distinciones y matices filosóficos. Se deleita en la paradoja... Quiere conjurar la perplejidad, sacudir nuestras preconcepciones y nuestra complacencia, pero finalmente dejarnos un poco más sabios que antes."4

La primera parte de Lenguaje y producción aborda el paradigma del lenguaje; la segunda, la producción. En ellas -dice Markus en el prefacio- se "examinan las maneras fundamentales y competitivas a través de las cuales el pensamiento filosófico y social intenta dar cuenta de la situación de los individuos". Pasa a ubicar en la historia de la filosofía la discusión contenida en la obra. Al igual que los grandes maestros de la pintura, en muy pocos trazos ofrece un panorama muy esclarecedor. Primero identifica cómo surge la filosofía moderna:

En su desarrollo, la filosofía moderna (en el sentido más amplio de esta palabra) fue tanto un agente como un resultado del proceso al que Max Weber designó con el nombre de "desencanto": la disolución de los omni-comprensivos sistemas religiosos de interpretación del mundo que adscribían un significado único e integral a la existencia humana con referencia a un ser (o seres) trascendentes respecto de la vida humana. Las grandes filosofías de la Ilustración lucharon por encontrar en la Razón, entendida como característica o capacidad inherente del individuo, la fuente que con una fuerza igualmente vinculante puede conferir sentido y proveer valores para nuestras actividades. Intentaron remplazar la función de creación de significado, y por tanto también de integración social, de la religión, con una racionalmente unificada cultura secular,... capaz de descubrir e imponer a todos los procesos de cambio de una sociedad dinámica, una dirección única hacia el perfeccionamiento humano.

Y ubica el papel de ambos paradigmas en la situación actual de la reflexión:

Es el fracaso (percibido de maneras muy variadas) de este proyecto, lo que en buena medida determina nuestra presente situación cultural. La filosofía poshegeliana [posterior al famoso filósofo G.W.F. Hegel] ha intentado articular una concepción adecuada de la finitud humana... reconociendo la imposibilidad de interpretar el mundo desde el único punto arquimédico de la razón subjetiva, sin acudir al recurso de un intelecto absoluto e infinito. Tanto el paradigma del lenguaje como el de la producción derivan de tal esfuerzo y comparten algunas ideas como la de la constitución intersubjetiva de la subjetividad a través de los procesos de objetivación y reificación5... Sin embargo, en algunos cruciales aspectos los dos paradigmas son opuestos. La elección de modelar las relaciones de intersubjetividad sobre la base de la comunicación lingüística o sobre la interacción de los individuos en la reproducción institucionalizada de su vida material tiene consecuencias que van más allá de la teoría... La oposición entre los dos paradigmas no es de carácter lógico, sino de perspectiva. Cada una de ellas es legítima y, en principio, no incompatible con la otra... Sin embargo, los intentos de reconciliar ambos paradigmas han fracasado. Ambos hacen un llamado universalista y no hay criterios prestablecidos que nos permitieran determinar, de una vez por todas, los respectivos campos de su aplicación significativa (o legítima o fructífera).

Markus, después de demostrar así que, en efecto, es un gran contador de historias, termina el prefacio explicitando su postura con inusual claridad cuando dice: "Mi compromiso teórico, aunque crítico, con el paradigma de la producción debe ser claro para los lectores de este volumen". No presentaré la discusión de Markus, muy crítica, sobre el paradigma del lenguaje. La Parte II está compuesta de cinco capítulos. Hoy empiezo abordando algunas de las ideas básicas del primero, que se denomina "Sobre el significado del materialismo de Marx", comenzando el cual Markus afirma que éste es de carácter práctico. Esta afirmación central estará presente a todo lo largo de la Parte II.6 Por ello, tal materialismo concibe las condiciones materiales de vida de la sociedad y las actividades materiales de los hombres sociales no tanto como principios explicativos de una teoría sobre la estructura y el cambio social, sino, sobre todo, como el terreno de las luchas prácticas de una transformación social radical.

El materialismo marxiano 7 supone una crítica incesante de quienes pretenden que las ideas o el Estado son fuerzas sociales independientes, y niega su autonomía y autarquía. Concibe las ideas sociofilosóficas no como representaciones de hechos, sino como expresiones del proceso real de la vida activa de los individuos que las producen. También supone un cambio en la idea de verdad, sustituyendo la idea clásica, "correspondencia con el objeto de descripción y representación", por la noción de adecuación al sujeto social invocado de la comunicación, lo cual en el caso de la propia teoría de Marx significa que el proletariado puede reconocer en ella la articulación de sus necesidades e intereses emancipatorios, inducidos por su situación de vida material en la sociedad actual, pero que no se pueden satisfacer en su marco, ubicando así la teoría como elemento de la praxis social radical. La perspectiva del socialismo no es un añadido al materialismo marxiano, dice Markus, sino el principio de su constitución, es decir, el elemento central de la teoría que da sentido a todo lo demás.

Este significado práctico -crítico de la teoría marxiana de la ideología encuentra su expresión positiva en la tesis de la determinación de la conciencia por la vida, por la existencia social, que apunta al origen y destino (telos) de las actividades y los productos culturales en los conflictos de la vida social real. La conciencia no es más que la conciencia de la praxis y la pretensión del materialismo histórico no es filosófico-teórica, sino práctica: articular la posibilidad y promover la emergencia de una praxis social-radical, aquí y ahora, capaz de superar los límites históricos que se han convertido en barreras tanto para la vida como para la conciencia de los individuos. En particular, superar la fatídica brecha que divide las actividades económicas egoístas de las supuestamente "genéricas" de la cultura y la política.8 La teoría marxiana de la ideología y la conciencia social descansan en una presuposición más amplia: el carácter paradigmático de la producción material para el entendimiento de todas las manifestaciones de la vida humana social. Este paradigma es el que separa al materialismo marxiano de su tradición inmediata, la filosofía hegeliana y el idealismo clásico alemán en general.9

Marx se separa del idealismo de Hegel al acometer la destrucción crítica de la idea de un sujeto supraindividual. Esto lo logra sobre la base de una reinterpretación radical, basada en el paradigma de la producción, en la teoría marxiana de la objetivación, de la noción de inter-subjetividad, postulada como una forma de objetividad social (el entorno cultural hecho por la humanidad, sus construcciones, los bienes de consumo, los medios de producción, etcétera) que es resultado material de actividades humanas previas. En ese resultado material se hacen objetivas, se objetivan, las necesidades y capacidades humanas que están detrás de su producción (en el vaso, la sed y las capacidades del vidriero). Estos productos materiales se convierten en circunstancias sociales mediante su interiorización, su apropiación por los individuos actuantes, que re-transforman las fuerzas humanas objetivadas en ellos en sus propias necesidades y capacidades (el vaso en sed, y las herramientas y materias primas del vidriero, en capacidades productivas).

Un significado de sujeto totalmente nuevo: autonomía y creatividad como los constituyentes de la noción de sujeto; sujeto como una entidad cuyo predicado es su propia autorrealización.10 Como posibilidades históricas cuya realización depende del control que ejerzan los individuos sobre el resultado total de sus interacciones. La racionalidad no es la razón en la historia, sino la razón histórica corporizada en la actividad práctica de individuos asociados que ponen fin a las contradicciones que les impiden darle un significado a sus propias vidas.

El historicismo radical de Marx significa una transformación completa del problema básico de la filosofía moderna: la constitución subjetiva del mundo (las vías por las que la actividad humana constituye y determina el mundo vital cotidiano de los hombres como punto de partida autoevidente e inmediato de todo acto explícito de conocimiento). Marx acepta el carácter legítimo de este problema, lo que lo sitúa en la tradición de la Ilustración. Pero para él la constitución del mundo común y significativo de la experiencia humana no es el logro de la conciencia individual o trascendental, sino el resultado de actividades materiales prácticas. El paradigma de la producción sirve no sólo como modelo teórico-interpretativo a través del cual se logra un entendimiento radicalmente nuevo de la vida social, sino también como proyecto práctico de un futuro emancipado, desde cuyo punto de vista se hace posible una comprensión adecuada de la historia humana. Sólo desde el mirador de la posibilidad real de una organización socialista que dote a los productores del poder de decidir consciente y colectivamente sobre la formación de sus propias condiciones de vida, puede ser vista la historia no como marcha irresistible de la razón impersonal, sino como terreno de las luchas sociales para el despliegue de la racionalidad práctica y el significado de las vidas humanas finitas.

1 Giörgy Markus, Marxismo y "antropología", Ediciones Grijalbo, Barcelona 1973, México, 1985.

2 Julio Boltvinik, Ampliar la mirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, tesis de doctorado, CIESAS-Occidente, abril del 2005. Actualmente en preparación como libro.

3 Giörgy Markus, Language and Production. A Critique of the Paradigms (Lenguaje y producción. Una crítica de los paradigmas, no hay traducción al español), D. Reídle Publishing Company, Dordrecht, Países Bajos, 1986, 190 pp.

4 John Grumley, "Introduction. The Paradoxes of Philosophy: Giörgy Markus at Sydney University", en John Grumley, Paul Crittenden y Pauline Johnson, Culture and Enlightenment. Essays for György Markus, Ashgate, Aldershot, Reino Unido, 2002, pp. 1-11; p. 1.

5 No se asuste el lector. Estos términos se irán aclarando a medida que avancemos. Hoy el de objetivación. En próximas entregas el de reificación.

6 En toda la explicación que sigue dejo que hablen las ideas de Markus y sólo intervengo, cuando me parece necesario, para dar alguna explicación adicional si el texto requiere más claridad.

7 Markus usa el término Marxist para referirse a la corriente de pensamiento, y el de Marxian para aludir al pensamiento de Karl Marx. Respetaré esta distinción.

8 En Marxismo y antropología Markus iguala ser "genérico" con "ser social y comunitario", interpretación que le da mucho sentido a la frase del texto.

9 En el lenguaje cotidiano, paradigma es sinónimo de patrón o modelo. En filosofía de la ciencia se utiliza como una concepción amplia del carácter de la actividad científica en el cual un investigador o filósofo se ubica para hacer una investigación o reflexión particular. Se usa también en el sentido de enfoque que genera seguidores o escuela.

10 En esta frase está contenido el enfoque esencial de mi tesis doctoral, que escribí sin conocerla.

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