Usted está aquí: viernes 29 de septiembre de 2006 Mundo A punto de ruptura, los vínculos entre Rusia y Georgia por detención de militares rusos

El Kremlin financia a líderes opositores que traman golpe de Estado, acusa Tbilisi

A punto de ruptura, los vínculos entre Rusia y Georgia por detención de militares rusos

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscú, 28 de septiembre. La creciente tensión entre Rusia y Georgia alcanzó este jueves el punto más álgido desde que esta ex república soviética del Cáucaso, estratégica por su ubicación en las rutas de tránsito del petróleo y el gas, decidió distanciarse de Moscú tras conseguir hace tres años el respaldo, económico y militar de Washington.

La detención en Georgia de seis militares rusos acusados de espionaje y acciones subversivas contra el gobierno de Mijail Saakashvili pone al Kremlin en una situación por demás delicada.

Porque su reciente advertencia de usar todos los medios de que dispone, sin faltar una intervención armada en toda la regla, para rescatar a ciudadanos rusos retenidos por otro Estado se contrasta por primera vez con un caso verdadero, y no hipotético.

A pesar de la dureza al exigir la inmediata liberación de los militares rusos, es poco probable que el Kremlin opte por una solución de fuerza.

Más que lanzarse a una guerra en su flanco sur de consecuencias impredecibles para la región, que además tacharía las aspiraciones de restablecer su influencia en Georgia, Rusia, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras instancias internacionales, buscará aislar en términos políticos al gobierno de Saakashvili.

De modo paralelo va a aplicar nuevas sanciones económicas a Georgia, como podrían ser cortar los suministros de electricidad y calefacción el siguiente invierno.

Por lo pronto, llamó a consultas a su embajador y anunció que este viernes la mayor parte de su personal diplomático y familiares saldrán de Georgia, ya que ahí su seguridad "está seriamente amenazada".

A partir de este jueves se suspendió la concesión de visas a nacionales georgianos, al tiempo que diputados de la Duma recomendaron realizar expulsiones masivas de inmigrantes de ese país (en Rusia trabajan, con papeles y sin ellos, más de un millón de georgianos).

Moscú calificó de "insolente provocación" la detención de sus oficiales, adscritos al cuartel general de las tropas rusas de interposición en conflictos territoriales de Abjazia y Osetia del Sur, con sede en Tbilisi, el cual continúa rodeado por la policía georgiana, que exige la entrega de un coronel implicado en los mismos hechos.

El ministro del Interior de Georgia, Vano Merabishvili, presentó esta tarde grabaciones de video y audio que sustentan las acusaciones en su contra. También se arrestó a un número no precisado de georgianos, bajo cargos de traición a la patria.

Según Merabishvili, aparte de estar involucrados en la reciente explosión que causó la muerte de tres policías georgianos y heridas a otros 23, los militares rusos "recababan información sobre la cooperación de Georgia con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), las bases de Tamarisi y Vaziani, la situación de la seguridad energética, los partidos de oposición, la importación de armamento y las comunicaciones por ferrocarril y mar".

Este grave incidente, a poco más de un mes de que Georgia comience negociaciones para buscar su ingreso acelerado a la OTAN, añade un motivo de confrontación a la larga lista de agravios recientes.

Hace apenas tres semanas una veintena de dirigentes de oposición georgianos fueron detenidos y se les acusó de tramar un golpe de Estado financiado desde Rusia, donde encontró refugio su líder, Igor Georgadze, ex jefe del KGB soviético en Georgia, a quien el anterior gobierno responsabilizó del atentado en que resultó herido el entonces presidente Eduard Shevardnadze.

Tbilisi, que desde 2003 demanda el retiro de las fuerzas rusas de pacificación que amparan su presencia en territorio georgiano en compromisos contraídos por Shevardnadze, reprocha a Moscú estar alentando los ánimos separatistas en Abjazia y Osetia del Sur.

La animadversión rusa hacia el gobierno de Saakashvili también se traduce en represalias inútiles como la vigente prohibición de importar vinos y agua mineral georgianos, recolocados ya en otros mercados.

 
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