Usted está aquí: miércoles 27 de septiembre de 2006 Estados Planean segunda parte del Vil Brother

Ningún beneficio para pobres de Aguascalientes que participaron en el primer show

Planean segunda parte del Vil Brother

CLAUDIO BAÑUELOS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El asentamiento irregular Cumbres III, escenario del show de la miseria explotado por políticos y medios de Aguascalientes Foto: Claudio Bañuelos

Aguascalientes, Ags., 26 de septiembre. A 13 meses de que se realizó el espectáculo llamado Vil Brother (hermano vil), en el cual cinco políticos y un locutor vivieron durante cuatro días y cuatro noches en un jacal de 18 metros cuadrados ''para conocer cómo viven los pobres'', y de que prometieron ayudar a los habitantes del fraccionamiento irregular Cumbres III -a 23 kilómetros del centro de esta capital-, la situación no ha cambiado.

La inseguridad y la carencia de servicios básicos como agua potable y alcantarillado son la constante para las más de 100 familias de Cumbres III, que habitan en casas sin terminar en montes y pendientes.

''Prometieron muchas cosas y no se ha hecho nada. Ya ve: la luz nomás llegó hasta aquí. Que iban a poner agua, el drenaje, que hace mucha falta, y nomás no han hecho nada, porque aquí hay mucho robadero y ni las patrullas ni los camiones ni los taxis entran aquí porque tienen miedo'', relata Josefina Hernández, vecina del lugar.

Los beneficios que tuvieron los habitantes de Cumbres III fueron efímeros. Durante los cuatro días que duró el Vil Brother tuvieron vigilancia de la Secretaría de Seguridad Pública municipal. Al menos cinco patrullas montaron guardia a unos 300 metros del jacal.

Asimismo, empleados de la Comisión Ciudadana de Agua Potable y Alcantarillado del municipio de Aguascalientes lavaron las cisternas de Cumbres III y pipas de la misma dependencia llevaban agua cada 30 o 45 días.

Pocos días después de que culminó el Vil Brother, las patrullas dejaron de acudir con frecuencia y las pipas retrasaron sus visitas; ahora tardan hasta 60 días para surtir agua. ''Lo malo es que cuando viene una pipa, rápido se llenan las cisternas vacías y no les toca agua a todos, y las señoras las andan persiguiendo'', comentó Ernesto Valencia, habitante de la colonia.

El 21 de agosto de 2005, los diputados locales Abel Sánchez Garibay, del Partido de la Revolución Democrática (PRD); Maurilio Elizondo Ruiz (entonces de Acción Nacional, al que renunció en febrero), Carlos Lozano de la Torre, dirigente estatal del Revolucionario Institucional y actual senador, así como Alfredo González, líder de la Federación de Trabajadores del Estado, junto con el locutor de radio local José Luis Morales, entraron a una casucha y sobrevivieron con un presupuesto de 150 pesos diarios. La diputada petista Gabriela Martín Morones acudió a apoyarlos haciendo el aseo y la comida.

El proyecto nació por un enfrentamiento entre el alcalde capitalino, el panista Martín Orozco Sandoval, y el titular del Instituto de Vivienda del estado, Pedro Carneado García. El primero advirtió que negaría permisos para construir fraccionamientos si se incluían viviendas de 30 metros cuadrados. Orozco Sandoval argumentó que las casas pequeñas fomentaban el hacinamiento, la promiscuidad y la desintegración familiar.

Morales Peña sugirió en su programa que varios funcionarios públicos se fueran a vivir junto con él a una de esas viviendas para saber ''cómo viven los pobres''. Orozco Sandoval, quien se comprometió a participar, se retractó con el pretexto de que ya conocía ''ese tipo de pobreza''.

Para los colonos las cosas no han cambiado. ''No hemos visto nada. Se oyó decir que iban a ayudarnos, pero fueron puras mentiras. Lo que sí sabemos es que aquí las patrullas ni se paran. A veces vienen, pero pasan rápido. Durante el día hacen su chequeo y se van rapidito'', sostuvo Heriberto Martínez, propietario de un estanquillo que ha sido asaltado tres veces durante los últimos dos meses.

Manuela Mata, ama de casa, se manifestó en el mismo tenor: ''Aquí están muy duros los robos. Aquí enfrente ya robaron dos veces y no tenemos transporte. Los camiones temen meterse hasta acá porque los asaltan. Hay que caminar mucho para poder agarrar un camión, hasta el Bulevar Guadalupano. Desde allá se bajan y vienen las señoras cargando el mandado como burras hasta acá''.

Durante el tiempo que duró el show, Martín Orozco Sandoval prometió, entre otras cosas, que se regularizaría el abasto de agua mediante pipas y que habría más vigilancia policiaca, pero, al igual que las promesas de los diputados, todo quedó en declaraciones.

María del Refugio de Lira López, resume la realidad de Cumbres III: ''Eso fue puro cuento de todos los que estuvieron. Allá, de vez en cuando, vienen las patrullas; la luz la empezaron a poner, pero nomás en algunas calles, y no le siguieron.

''Eso sí: cuando quisieron el voto aquí estuvieron todos ellos, y dijeron que nos iban a pavimentar y a poner drenaje y el agua, pero quedó en puras promesas. La verdad es que seguimos igual, ni mejor ni peor, igual de jodidos, sin rutas de camiones ni taxis porque tienen miedo de que los maten, y el agua, pos esta cabrón conseguirla, porque las pipas duran hasta dos meses sin venir y uno tiene que ir a conseguirla hasta otras colonias pidiendo de favor a quienes tienen camionetas: seguimos olvidados desde hace casi ocho años que vivimos aquí."

A principios de este mes el locutor José Luis Morales anunció que se realizará una segunda versión del espectáculo, aunque no ha dado a conocer el formato ni quiénes participarían. ''Esté atento, amigo radioescucha, porque va a haber Vil Brother II y muchas sorpresas. Ya lo verá'', adelantó el 19 de septiembre.

 
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