Usted está aquí: miércoles 27 de septiembre de 2006 Cultura Inauguran la Casa de la Palabra con el nombre de José Emilio Pacheco

Deplora el poeta el empobrecimiento del idioma español en el país

Inauguran la Casa de la Palabra con el nombre de José Emilio Pacheco

Se ubica en el barrio de Nextengo, Azcapotzalco

Sólo la educación y la urgente distribución de la riqueza permitirán a la sociedad mexicana superar la crisis actual, dice

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen En la imagen superior, JEP firma uno de sus poemas en un muro del nuevo recinto cultural que lleva su nombre; sobre estas líneas Cristina y José Emilio Pacheco, acompañados por Elena Poniatowska, ayer, durante el acto inaugural de ese espacio Foto: José Antonio López

Ampliar la imagen En la imagen superior, JEP firma uno de sus poemas en un muro del nuevo recinto cultural que lleva su nombre; sobre estas líneas Cristina y José Emilio Pacheco, acompañados por Elena Poniatowska, ayer, durante el acto inaugural de ese espacio Foto: José Antonio López

El poeta José Emilio Pacheco (JEP) advirtió que sólo la educación y la urgente distribución de la riqueza permitirán a la sociedad mexicana salir de la situación en que se encuentra.

El también narrador y ensayista sostuvo lo anterior ayer, durante la inauguración de la Casa de la Palabra que lleva su nombre, en el barrio de Nextengo, delegación Azcapotzalco.

Acompañado por su esposa, la periodista y escritora Cristina Pacheco, y por Elena Poniatowska, el autor de Las batallas en el desierto se mostró conmovido y agradecido por el hecho que es un reconocimiento a sus 50 años dedicados a la literatura.

En uso de la palabra, Poniatowska recordó por su parte algunas anécdotas compartidas con José Emilio y Cristina Pacheco.

Al final del acto, presidido por la jefa delegacional saliente Laura Vázquez Alzúa, el autor de Fin de siglo expuso en entrevista con La Jornada su preocupación por el empobrecimiento del idioma español que se habla en México y por el predominio ''del español de Televisa".

Profundo agradecimiento

-¿Qué piensa de este reconocimiento?

-Sin ninguna falsa modestia me parece un honor realmente inmerecido, algo que debía ser más bien para los muertos, pero lo agradezco muy profundamente. Me conmueve muchísimo porque ves que no ha sido en vano lo que has hecho durante tantos años. Uno escribe y nunca sabe dónde va a caer lo escrito. Entonces, quiere decir que hubo personas que lo recogieron. ¿Qué más puede uno pedir como autor?

-Cincuenta años escribiendo...

--Sí, relativamente, porque publiqué textos de muy pequeño, pero eran cosas infantiles.

''Imagínate lo que es de repente darte cuenta de que llevas medio siglo escribiendo y que además no has aprendido. Hace 50 años pensaba que cuando tuviera yo 67 años tendría una facilidad y un dominio inmensos. Y no, es como la primera vez.''

-¿No se escribe más fácil conforme avanza el tiempo?

-No, se vuelve más difícil todo. Lo que es un milagro es seguir escribiendo a esta edad, sobre todo poesía, que es una actividad muy juvenil, como el deporte: es raro que lo sigas practicando después la juventud.

Sin palabras no se piensa

--¿Cómo se mantiene el impulso para seguir haciendo poesía?

-No sé, es muy misterioso. Te puedo decir que porque me gusta mucho, porque leo, pero el caso es que tampoco puedes hacerlo voluntariamente. Es un misterio.

-¿El tiempo no trae un mayor dominio del lenguaje, del oficio?

-Sí, pero siempre es difícil. Todos los seres humanos somos muy limitados. ¿Cómo se le hace para no repetirse, sabiendo que en el fondo estás diciendo lo mismo? Sólo queda variar las formas y el enfoque.

-¿Y alcanzan finalmente las palabras para decir lo que se siente, lo que se piensa?

-Es lo único que alcanza, porque los límites de la palabra son los límites del mundo. ¿Cómo puede entender lo que no se puede verbalizar? Por eso me parece que uno de los problemas más graves del mundo contemporáneo es el empobrecimiento del idioma y si no tienes palabras no piensas.

''Es grave lo que está pasando. Y no me preocupan los neologismos, lo que me preocupa mucho es la destrucción de la sintaxis. Se está dando en todos los niveles, incluso en las revistas culturales. Es la imposición del español de Televisa."

La Casa de la Palabra José Emilio Pacheco se encuentra en la calle Centenario 351, en el barrio de Nextengo. Ahí se promoverán e impartirán cursos y talleres especializados, conferencias, presentaciones de libros, talleres de periodismo cultural, cuento, poesía, crónica y guiones de radio y cine.

 
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