Usted está aquí: jueves 21 de septiembre de 2006 Política Agentes del INM trataron de detener a abogados de SNAP

Daban una conferencia sobre el caso de Rivera Carrera

Agentes del INM trataron de detener a abogados de SNAP

El hecho muestra la fuerza del cardenal: Anderson

ALMA E. MUÑOZ Y FABIOLA MARTINEZ

Ampliar la imagen Discusión entre los integrantes de la ONG y agentes de Gobernación Foto: José Antonio López

Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) pretendieron ayer, al final de una conferencia de prensa, detener a los abogados y al dirigente de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), organización no gubernamental estadunidense que acusa al cardenal Norberto Rivera Carrera de encubrir, junto con el arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony, los delitos sexuales que cometió tanto en México como en Estados Unidos el sacerdote Nicolás Aguilar Rivera.

En un comunicado, la Secretaría de Gobernación, a la cual pertenece el INM, aseguró que la acción fue ''producto de una denuncia telefónica recibida la noche del martes en la Coordinación de Control y Verificación Migratoria'', pero no precisó el origen, autor o contenido de la queja.

Lo cierto es que su actuación impidió que los miembros de la red acudieran a las oficinas del arzobispado de la ciudad de México a entregar copia de la denuncia interpuesta ante la Corte Superior de Justicia de California contra los mencionados jerarcas católicos.

Policías capitalinos y reporteros impidieron que los litigantes fueran trasladados a oficinas de Migración para la supuesta verificación, porque los agentes se negaron a identificarse y a especificar qué estatus legal impediría a los abogados dar una conferencia de prensa. Después, porque en la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal se aseguró que los citatorios que finalmente les dieron a los extranjeros eran ilegales, pues papeles de ese tipo no pueden ser llenados a mano frente a las personas que son sujetas a revisión y no tenían los sellos correspondientes.

Para el abogado principal de la demanda, Jeffrey Anderson, el hecho fue una muestra de la ''fuerza y poder del cardenal Rivera en México'', y de cómo en esta nación no se castiga el delito de la pederastia. Junto con el vocero de la SNAP, Eric Barragán, y tras haber hablado con dos elementos policiacos -parte de un equipo de cuatro que los custodió hasta el aeropuerto capitalino para tomar el vuelo 906 de Mexicana de Aviación con destino a Los Angeles-, acusó que lo sucedido fue ''un intento de secuestro''.

Desde el pasado martes se anunció que habría una conferencia de prensa de Joaquín Aguilar, la víctima del sacerdote acusado que sustenta la denuncia contra los cardenales, donde estaría acompañado por su defensa legal. La cita fue fijada a las 11 horas en el hotel Emporio, ubicado en Paseo de la Reforma. A la mitad de la conferencia, Eric y los abogados fueron notificados que Migración los buscaba.

Personal del hotel aseguró que Omar Sánchez Villegas, cabeza del grupo de seis agentes del INM, se ostentó inicialmente como reportero y después de comprobar que ya había comenzado la conferencia de prensa dijo ser subdirector de Verificación Migratoria.

Una vez que terminó el encuentro con los periodistas, cada uno de los abogados -Anderson, Vance Owen y Michel G. Finnegan-, así como el director de la SNAP, David Clohessy, fueron citados a declarar ante un representante de Migración. Les pidieron pasaportes, visas, boletos de avión y sus formas migratorias.

Owen consiguió desprenderse de la verificación porque comprobó que es de nacionalidad mexicana. En tanto, periodistas pedían explicaciones a Sánchez Villegas. Este los remitió a comunicación social del INM y les pidió ''no entorpecer mi trabajo''. Hubo gritos y jaloneos entre los agentes y los reporteros.

Jeffrey Anderson también exigía, en inglés, explicaciones: ''¿Qué está mal, por qué tenemos que ir con usted? ¿Nos están deteniendo?'' Es para ''checar sus papeles'', respondió uno de los agentes.

Sánchez Villegas aseguró que la acción "generalmente se realiza en todos los lugares a escala nacional, dentro de un programa que nosotros estamos realizando. Tenemos la facultad de poder llevar a cabo la revisión".

Pero el litigante insistía en conocer si serían arrestados y por qué motivo. Sin embargo, para Omar, y así lo dijo ante grabadoras, los estadunidenses son abogados en su país y no en México. Ante la situación, una reportera proporcionó al director de la SNAP y al vocero el número telefónico de la embajada de Estados Unidos. Allí les dijeron que no debían acompañar a los agentes de Migración y en cambio pedir ayuda a Seguridad Pública. Así lo hicieron, al igual que personal del hotel Emporio. De pronto apareció un documento con el nombre de Jeffrey Anderson, escrito a mano, en el cual le aseguraban que debía presentarse ante la subdelegación regional de Control Migratorio del Distrito Federal, sito en Ejército Nacional 862, colonia Polanco, en un plazo de cinco días contados a partir de la presentación del oficio. El dirigido a Michael G. Finnegan le daba como fecha el 20 de septiembre a las 16 horas.

Minutos después aparecieron en la entrada de Reforma del hotel dos policías capitalinos. El subdirector del INM corrió a la salida de Atenas y pidió a sus compañeros que lo siguieran. Todos subieron rápidamente a una camioneta sin placas de circulación, pero con un letrero en el tablero con las siglas del instituto. Como pretendían irse, dos policías se colocaron al frente del vehículo, mientras dos patrullas, una por delante y otra por detrás, les impedían moverse y dos más cerraron la circulación en Atenas. Media hora después, dos elementos de seguridad abordaron el vehículo para verificar las órdenes de los agentes, y en el lugar los estadunidenses denunciaban, junto con Aguilar -quien durante toda la acción se mantuvo escondido- el "poder del cardenal Rivera" en México.

Los estadunidenses decidieron ir al aeropuerto para tomar su vuelo, luego de que a las 15 horas los policías Juan Carlos Cornejo y Federico Garnica les notificaron que los citatorios que les entregaron eran "documentos falsos".

Por la noche, Gobernación aseguró que la visita de verificación de sus agentes se hizo para comprobar las actividades profesionales de los abogados, pues sus documentos mostraban que su ingreso "fue bajo la forma migratoria de turista, lo que les impediría realizar actividades lucrativas o remuneradas, de acuerdo con el artículo 42 de la Ley General de Población".

La dependencia informó que su personal los había "invitado", ante ello, a trasladarse a la delegación regional del INM, a fin de que rindieran la declaración correspondiente, "salvaguardando sus derechos humanos", pero "debido a que la visita de verificación se vio obstruida, y de que no se obtuvo respuesta por parte de los extranjeros, se procedió a dejarles un citatorio en propia mano, a fin de que comparezcan ante la autoridad para aclarar dudas en torno a su calidad migratoria en el país". El problema es que los abogados ya habían notificado que su estancia en México era de un día. Llegaron el martes por la noche y su vuelo estaba programado para las 19:30 del miércoles.

Con información de Triunfo Elizalde

 
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