Usted está aquí: miércoles 20 de septiembre de 2006 Política Acusan a Rivera de dar protección a pederasta

Lo culpan de encubrir a un cura que habría violado a 90 niños

Acusan a Rivera de dar protección a pederasta

También involucran a Roger Mahony, arzobispo de Los Angeles

ALMA E. MUÑOZ

Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera Carrera Foto: María Luisa Severiano /Archivo

El cardenal Norberto Rivera Carrera fue denunciado ayer en la Corte Superior de California por ocho delitos de ''conspiración a la pederastia''. La Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, lo acusó, junto con el cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Angeles, de encubrir a sacerdotes pederastas.

Lo anterior, con base en la supuesta protección que hace 11 años brindaron al cura mexicano -prófugo de la justicia estadunidense- Carlos Nicolás Aguilar Rivera, inculpado por violar a cerca de 90 menores tanto en México como en el país vecino. Sobre el arzobispo mexicano pesan ocho cargos, mientras para el cardenal Mahony son siete. Entre ellos: retención de pruebas, conspiración internacional, empleador y protector de delincuente, complicidad, conspiración internacional y negligencia.

Ante los hechos, el cardenal Rivera Carrera estableció cerca del mediodía contacto con un grupo de abogados para conocer el manejo de las cuestiones legales en California.

El vocero de la Arquidiócesis Primada de México, sacerdote Hugo Valdemar, aseguró en entrevista que el jerarca católico se encuentra ''muy tranquilo porque no hay tal encubrimiento, ni nunca ha participado en complot alguno para dar asilo a sacerdotes delincuentes, acusados de abusos sexuales, y así nos defenderemos''.

Manifestó que conocer de la denuncia presentada a instancias de una de las víctimas del presunto pederasta, Joaquín Aguilar, a través de los medios de comunicación, ''lo primero que nos causó fue una gran sorpresa''. Sobre todo por ''el profundo desprecio a las leyes mexicanas y al Poder Judicial de nuestro país'' que muestran Joaquín Aguilar y la SNAP, al interponer la demanda en una corte extranjera sobre un supuesto delito cometido en la ciudad de México.

Calificó de ''grave y desproporcionada'' la acusación al cardenal Rivera pues, hasta donde sabemos, en México ''no prosperaron'' las cuatro denuncias que se interpusieron en contra del sacerdote Aguilar, por supuesta corrupción de menores y ataques al pudor.

Hizo saber que una vez que se notifique oficialmente al cardenal de las acusaciones en su contra, la Arquidiócesis de México se reserva dar respuesta adecuada a los requerimientos legales que juzgue convenientes. Especialmente porque, planteó, están seguros de que detrás de la denuncia hay ''grupos que utilizan a las víctimas de abuso sexual para atacar a la Iglesia''.

Erick Barragán, director de la SNAP, afirmó vía telefónica que hubo una clara protección del cardenal Rivera, cuando fungía como obispo de la diócesis de Tehuacán, y del arzobispo Mahony hacia el sacerdote Nicolás Aguilar, porque impidieron, con diversos traslados como titular de parroquia de un país a otro, que el clérigo pudiera ser enjuiciado. Dijo que los jerarcas católicos actuaron tal como se hace desde el Vaticano para proteger a los curas pederastas, y que el caso de Joaquín Aguilar -coincidió con el abogado de la víctima, Jeff Anderson- es una oportunidad para actuar realmente contra los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia católica.

La denuncia presentada ayer está sustentada en testimonios, cartas y reportes policiales de Los Angeles, detallados en más de 300 hojas, y certifica 127 pasos que determinaron la trayectoria del supuesto pederasta y la implicación directa del cardenal Rivera.

Joaquín Aguilar dijo haber conocido a Nicolás Aguilar Rivera en la parroquia del Perpetuo Socorro, ubicada en Lago Ayarza 35, colonia Torre Blanca, delegación Miguel Hidalgo, donde prestaba sus servicios como monaguillo a los 13 años de edad. Allí fue abusado sexualmente por el presbítero. Su familia interpuso la denuncia correspondiente ante las autoridades mexicanas. El proceso abarcó 1994 y parte de 1995, pero no prosperó y el sacerdote reapareció más tarde en Tehuacán, Puebla.

Aseguró que el ataque ocurrió después de que el cura fue atendido en una clínica para tratar de ayudarle a superar sus obsesiones. Manifestó que tras lo ocurrido comprobó que México ''no está preparado'' para hacer frente a los delitos sexuales cometidos por religiosos, pues las leyes del país no sirvieron para hacerle justicia, como tampoco le prestaron auxilio sacerdotes, obispos e inclusive el propio cardenal Rivera, cuando se los requirió. Por eso, afirmó, decidió acudir a la SNAP y a través de exhaustivos análisis determinaron actuar en Los Angeles, porque constataron una implicación directa del cardenal Mahony.

Además, porque en esa ciudad se presentó una demanda penal en contra del inculpado, el 7 de mayo de 1988, sustentada en 19 cargos por ataques sexuales cometidos contra 26 infantes durante los nueve meses previos que tuvo bajo su titularidad las parroquias, primero, de Nuestra Señora de Guadalupe, y después St. Agatha. Dos días antes de que pudiera ser aprehendido huyó a México y se ocultó en la iglesia de Santa Clara Huitziltepec, protegido por un amigo de la infancia, el también sacerdote Gilberto Nájera.

El inculpado fue enviado a Estados Unidos por disposición del entonces obispo de Tehuacán, Norberto Rivera Carrera, luego de que se le acusó de haber violado al hijo de una maestra cercana al arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca, y después de estar involucrado en escándalos sexuales con jóvenes.

Luego del ataque a Joaquín Aguilar, el padre Nicolás fue trasladado a San Vicente Ferrer, también en Puebla, para hacerse cargo del templo del lugar. El 27 de noviembre de 1997, cuatro menores de edad acudieron junto con sus padres y familiares a la agencia del Ministerio Público de Tehuacán, para denunciarlo penalmente como responsable de abusos sexuales, y de un grupo de 60 infantes más, cuyas edades fluctuaban entre los 11 y 13 años cuando estudiaban el catecismo.

Hoy, Joaquín Aguilar, acompañado por Erick Barragán y Jeff Anderson, llevarán a la Arquidiócesis de México, como ayer hicieron a la de Los Angeles, copia de la denuncia interpuesta y ofrecerán una conferencia de prensa.

 
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