Usted está aquí: martes 19 de septiembre de 2006 Política Francisco Rafael Arellano Félix se declara inocente ante una corte de EU

El narco es defendido por una abogada de oficio, pues argumenta no tener dinero

Francisco Rafael Arellano Félix se declara inocente ante una corte de EU

De ser encontrado culpable sería encarcelado por lo menos 30 años

ANTONIO HERAS CORRESPONSAL

San Diego, 18 de septiembre. El presunto narcotraficante mexicano Francisco Rafael Arellano Félix se declaró inocente ante la Corte Federal de San Diego, California, de los dos cargos que presentó el gobierno de Estados Unidos en su contra por conspiración para distribuir drogas y venta al menudeo de cocaína, que tenía pendiente desde 1980, cuando huyó de ese país tras pagar una fianza. De ser encontrado culpable, por cada uno de los ilícitos podría purgar una sentencia mínima de 15 años de prisión.

La subprocuradora de Justicia, Laura Duffy, estableció que la extradición de Arellano Félix, efectuada el pasado 16 de septiembre, prueba la lucha seria contra el narcotráfico que realizan los gobiernos de México y Estados Unidos.

En la audiencia en la Corte Federal de San Diego, una abogada de oficio asignada a su defensa argumentó que Arellano Félix carece de recursos para pagar un abogado de su elección, porque pasó los últimos 13 años dentro de una prisión mexicana.

Arellano Félix arribó el domingo al puerto de San Diego en un vuelo comercial, alrededor de las 7 de la tarde, procedente de Houston, Texas, luego de permanecer 36 horas en un penal de Brownsville. Horas antes había sido entregado a autoridades estadunidenses con base en un tratado bilateral de extradición México-Estados Unidos.

Luego de permanecer en una casa de seguridad del gobierno estadunidense, el destino del hermano mayor de los Arellano Félix es el Centro Correccional Metropolitano, donde también se encuentra preso Francisco Javier, El Tigrillo, detenido en agosto pasado frente a playas de Baja California Sur, para enfrentar un proceso penal por lavado de dinero y tráfico de cocaína.

En 1980, Francisco Rafael Arellano Félix vendió nueve onzas de cocaína a un agente federal encubierto. Salió libre luego de pagar una fianza, pero huyó a territorio mexicano para restablecerse en Sinaloa. En el puerto de Mazatlán instaló una discoteca hasta que en 1993 fue detenido en Tijuana, Baja California.

Por segunda ocasión, el extraditado compartirá centro de reclusión con alguno de sus hermanos, tal como sucedió con Benjamín, en el Centro Federal de Readaptación Social de La Palma, ubicado en el estado de México.

En el contexto del tratado bilateral de extradición México-Estados Unidos se ha logrado trasladar a este país a dos integrantes del cártel de Tijuana. El primero fue Arturo Páez, El Kitty, integrante de los narcojuniors que formaron parte de esta organización en la década de los 90.

En 2003, un gran jurado fincó cargos contra integrantes de esta organización mexicana por lavado de dinero y tráfico de cocaína desde la década de los 90 hacia territorio estadunidense.

De acuerdo con la agencia estadunidense antinarcóticos (DEA) la familia Arellano Félix -compuesta en 1989 por siete hermanos y cuatro mujeres- heredaron el negocio del tráfico de estupefacientes en ese año, cuando fue encarcelado el capo Miguel Angel Félix Gallardo por el asesinato del agente Enrique Camarena, Kiki.

Alberto Benjamín, preso en México, asumió el liderazgo y estructuró una organización criminal que ha logrado el contrabando de millones de toneladas de cocaína y mariguana.

La frontera entre Tijuana y San Diego son su principal punto de distribución hacia Estados Unidos. Un reporte de la DEA asegura que operan en Sinaloa, la península de Baja California, Chiapas, Jalisco y Michoacán, además de mantener relaciones con el cártel de Cali, Colombia.

 
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