Ojarasca 113 septiembre 2006

Congreso Nacional Indígena

Diez años en la brecha
 
 

Carlos González García


 


El Congreso Nacional Indígena (CNI), "la casa de los pueblos indígenas de México", se fundó entre el 9 y el 12 de octubre de 1996. Es hijo directo del Foro Nacional Indígena que, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tuvo lugar en enero de aquel año en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pocos días antes de que los zapatistas suscribieran los Acuerdos de San Andrés Sakamch'en --cuya finalidad era el reconocimiento inicial de los derechos y cultura indígena-- con el gobierno federal.

En el cni se encarna el torrente de lucha indígena que significó la conjunción del histórico levantamiento armado del ezln el primero de enero de 1994 con la experiencia de años y años de resistencia india por todo el país. El cni representa la expresión más alta de unidad alcanzada por los pueblos indígenas de México en la lucha por su plena liberación.

Siendo sus propósitos centrales la "reconstitución integral de nuestros pueblos" y construir una nueva relación con el Estado nacional --que debería expresarse en el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas--, el cni participó hasta 2001 en todas las iniciativas que emprendió el ezln para lograr la incorporación de los Acuerdos de San Andrés a la Constitución federal. (El lema "Nunca más un México sin nosotros" resume esta búsqueda.)

Después de que en 2001 los Acuerdos de San Andrés fueron traicionados por el Estado mexicano y la clase política en su conjunto, al aprobar, refrendar y ratificar una auténtica contrarreforma indígena (la llamada Ley Bartlett-Cevallos-Ortega) que mutiló los escasos derechos en materia indígena establecidos por la legislación nacional, el cni replanteó sus objetivos tácticos. De exigir que se reconocieran constitucionalmente los derechos colectivos de los pueblos, pasó a desconocer la contrarreforma indígena, proclamando a los Acuerdos de San Andrés como ley propia y promoviendo el ejercicio directo de la autonomía indígena.

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Entre 2001 al 2005, años marcados por una dispersión organizativa y confusión programática del movimiento indígena nacional, acontecieron dos hechos tan contradictorios como importantes. Por un lado diversas comunidades y organizaciones indígenas, aglutinadas en el cni Región Centro-Pacífico (junto con investigadores de la sociedad civil mexicana y varias comunidades y organizaciones indígenas de otras regiones) iniciaron un profundo análisis de la devastación causada por el capitalismo en su fase neoliberal y concluyeron que en tanto nuestros pueblos, en alianza con otros sectores explotados de la sociedad nacional, no emprendan una lucha frontal contra el neoliberalismo, incluidas las instituciones del Estado mexicano que lo sostienen, resulta imposible pensar en un reconocimiento, tan siquiera mínimo, de los derechos colectivos de los pueblos indios.

Por otro lado, una parte significativa del movimiento indígena, aglutinada en torno a la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA), decidió integrarse a las instituciones del Estado que durante años y, sobre todo, a lo largo del sexenio foxista, han provocado la destrucción de los pueblos y comunidades indígenas en todo el territorio nacional. Curiosamente en estos días dichas fuerzas, ya con muy poca base social, han decidido convocar a una Convención Nacional Indígena para insertarse en el movimiento postelectoral de Andrés Manuel López Obrador.
 

La Sexta Declaración de la Selva Lacandona emitida por el EZLN el año pasado, llamando a conformar una fuerza política anticapitalista y de izquierda que pugne por la conformación de un programa nacional de lucha y por una nueva Constitución, atrajo la inmediata atención de las comunidades y organizaciones participantes en el CNI que ven en la convocatoria zapatista una posibilidad real de alcanzar el efectivo reconocimiento de los pueblos indígenas y sus derechos en los marcos de la lucha anticapitalista de liberación nacional y de la nueva Constitución que se proponen.

El cuarto CNI, realizado los días 5 y 6 de mayo del presente año en la comunidad ñahñu de San Pedro Atlapulco, estado de México, con la participación de casi mil delegados de 25 estados del país, marca esta novedosa etapa del movimiento indígena nacional que se viene gestando desde hace tiempo. La parte final de la Declaración de N'donhuani expresa fielmente el nuevo consenso indígena: "Como punto último de nuestra declaración impugnamos al Estado mexicano y llamamos a todos los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas y a todos los sectores oprimidos a conformar un frente amplio anticapitalista que impulse un proceso que conduzca hacia una Nueva Constitución y otra forma de gobierno que permita el reconocimiento de nuestros derechos y una sociedad justa, libre y democrática".
 

Después de Atlapulco, el cni sigue fortaleciéndose. En julio, la Nación Comca'ac (seri) y diversas organizaciones indígenas de Sonora pactaron en la denominada Declaración de Soocaix (Punta Chueca, Sonora) "fortalecer al Congreso Nacional Indígena en el noroeste y en todo el país como el espacio de unidad de los pueblos indígenas de México". Acordaron que "apoyados en el derecho histórico que deriva de nuestra existencia como pueblos originarios de Sonora y otras regiones del país, exigimos a los gobiernos municipal, estatal y federal el respeto a nuestros territorios, autonomía, cultura, historia, tradiciones, gobierno tradicional, derechos laborales, humanos y sociales, haciendo del conocimiento de la sociedad nacional que aquello que nos corresponde y nos pertenece lo defenderemos por todas las vías a nuestro alcance, tal como lo hemos hecho en los últimos quinientos años".

El 27 de agosto diversas organizaciones y comunidades indígenas de la Península de Yucatán, reunidas en la comunidad de El Pañuelo, municipio de Candelaria, Campeche, acordaron ratificar la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y su adhesión al CNI, así como convocar al foro nacional en defensa de la medicina tradicional que tendrá lugar el próximo mes de noviembre en Mezcala, Jalisco, otra comunidad recientemente incorporada al CNI. En dicha reunión el Consejo Regional Indígena Nahua-Popoluca de Veracruz planteó que llevará a las diversas asambleas comunitarias de su región la propuesta de incorporación al CNI.
 

Contra la opinión de "amigos" y enemigos, el cni está lejos de desaparecer. Aun cuando los últimos diez años significan el recrudecimiento de la guerra de conquista contra los pueblos indígenas de México, el intento de empresas y gobiernos de devastar los territorios y culturas indígenas, y la masiva migración campesina a las ciudades o al extranjero, el movimiento indígena conserva una perspectiva y un rostro propios en gran medida gracias a la persistencia de la lucha zapatista y a la presencia del CNI.
 
 

Carlos González: asesor de la Región Centro-Pacífico del CNI y de diversas organizaciones del sur de Jalisco.



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