Usted está aquí: domingo 17 de septiembre de 2006 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Qué partida, Silverio (II)

"CON ESA LICENCIA de manejo, a los 15 años de edad, me puse a trabajar de lunes a sábado en el camión Reo, de dos y media toneladas, que cambié por el convertible azul que había dejado Carmelo -agrega Silverio Pérez detrás de la barra semicircular de madera en el bar de su casa, con licoreras de cristal, botellas, copas, una colección de tarros y un pequeño capote de paseo en la pared con la virgen de Guadalupe bordada, incontables fotos de El Faraón con todos los famosos de la época, diplomas, reconocimientos, versos, testimonios, óleos, retratos, esculturas y una hermosa fotografía a color de él y La Pachis, su señora, en el 50 aniversario de bodas, luciendo ella el mismo vestido que cuando se casaron.

"HACIA TRES HORAS de ida a la ciudad de Puebla y otras tres de vuelta. Transportaba mercancías diversas, inclusive ganado de lidia. Allí empecé a torear novillos de obsequio en festejos matutinos. Era cabeza de familia con una hermana mayor, dos hermanitos y varias deudas por pagar.

"CUANDO REGRESABA DE enterrar a mi hermano Carmelo, le dije a mi amigo el novillero Luis El Che Peláez: 'oye, yo quiero ser torero'. Hasta la fecha, es algo que no me puedo explicar, y más con el miedo que me he cargado siempre. Sólo mi fe en Dios y en la virgen me permitieron superar ese miedo, más que culpas o arrepentimientos.

"YO NO HE sido buenito. Como todos, tengo mis defectos, pero mi mujer, con un amor inteligente, me supo perdonar todo. Desde luego tantas emociones ayudaron a la expresión de mi tauromaquia. No, no eran del otro mundo, pero sí mujeres muy bellas. No, Kim Novak no; fueron puros inventos. Ahora, mujeres bellas, Arruza, bien parecido y hasta hablaba inglés.

"SI, EN ESTE mismo terreno nacimos mis hermanos mayores y yo. Había una casa y al lado una tienda. Ese inmenso fresno en medio del patio era todavía más grande, pero se desgajó la tercera parte. Esta actual la construimos en 1945, como casa de fin de semana, y luego de mi despedida, en marzo de 1953, nos vinimos a vivir definitivamente a Pentecostés. Seguí toreando muchos festivales; eso me ayudó a superar la depresión que me generó retirarme de los ruedos.

"EL PAIS NO acaba de madurar. Con una división de poderes sin precedente, no sabe qué hacer ninguno de ellos. Más que planes de gobierno faltan metas concretas de la ciudadanía y las autoridades. Como orador político fui igual que como torero, sencillo y accesible. No me gustó, me encantó esa posibilidad de servir a mi pueblo. Hasta la fecha la gente me sigue dando muestras de cariño, cuando ya no soy sino un recuerdo.

"NO SE PUEDE aguantar a una persona ni dos meses si no hay amor e inteligencia. Mi mujer me gustaba mucho. Me dio seis hijos maravillosos, de los cuales uno murió siendo niño. A los cinco que viven los formó como no lo hubiera hecho una maestra. He perdido padres, hermanos, un hijo y a mi esposa, pero aún no he perdido a Dios, al que le pido que me ilumine y me dé fuerzas. No le temo a la muerte, temo afligir a los seres queridos que me sobrevivan."

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