Usted está aquí: miércoles 13 de septiembre de 2006 Cultura El Mide, un museo de economía en el que la pobreza no tiene cabida

Las simulaciones no fallan, sin embargo la realidad es la que no se ajusta al canon

El Mide, un museo de economía en el que la pobreza no tiene cabida

Allí se enseña ''lo rosa del mercado'', señala una guía

Para la teoría neoclásica no cuentan las necesidades, sólo las preferencias respaldadas por el dinero: Julio Boltvinik

JORGE RICARDO

Ampliar la imagen Arriba, un artefacto interactivo invita al espectador para aproximarse al funcionamiento de las variables económicas; abajo, vista parcial del túnel de acceso al Mide, provisto de bajorrelieves alusivos a la evolución de la economía desde los mexicas hasta el época actual Foto: Guillermo Sologuren

Ampliar la imagen Arriba, un artefacto interactivo invita al espectador para aproximarse al funcionamiento de las variables económicas; abajo, vista parcial del túnel de acceso al Mide, provisto de bajorrelieves alusivos a la evolución de la economía desde los mexicas hasta el época actual Foto: Guillermo Sologuren

¿Humor negro involuntario?: México tiene 50 millones de personas de ''escasos recursos", 20 de ellos por debajo de la pobreza extrema y posee también el primer Museo Interactivo de Economía (Mide) del mundo, ''con la más alta tecnología" y construido con por lo menos, 240 millones de pesos, y donde pareciera que no llegara, ni como idea, la pobreza.

El Mide ''debe ser motivo de orgullo para los mexicanos", dijo el presidente Vicente Fox cuando lo inauguró, en julio pasado. Busca fomentar ''el pensamiento crítico'', sostuvo su directora, Silvia Singer. Es donde se ''enseña lo rosa del mercado", dice una de sus 60 guías.

Para Julio Boltvinik, uno de los máximos expertos en el tema de la pobreza, este recinto parece un juego del Banco de México (BdeM) ''de ser punta de lanza del neoliberalismo vanagloriando la teoría económica en la cual se fundamenta".

Ubicado en Tacuba 17, Centro Histórico, en el antiguo Colegio de los Betlemitas y adquirido por el BM, aquí se ''aprende la escasez" mediante unas bocinas: ''está más bonito este vestido, pero no tengo presupuesto", ''me gustaría tener más tiempo"; voces, la de un anciano anónimo entre el cúmulo de frases: ''quiero jubilarme".

Una guía explica: ''es un interactivo sobre necesidades y deseos no satisfechos por escasez de recursos -como cuando te quedas sin boleto para un concierto- y lleva a las necesidades y los deseos''.

Tendencia a lo superficial

''Necesidades y deseos" tiene computadoras y cabinas, pueden grabarse los ''deseos no satisfechos". Pero no anote: ''pase su boleto por los sensores y se le carga la información, al final se le reconoce lo que ha querido anotar y se lo enviamos por correo, lo imprimimos o se lo guardamos en un disco, ¿ve? Así ya no tiene que anotar."

Espacio electrónico limpísimo para conocer los procesos de producción, tableros con el índice de precios y cotizaciones, el cálculo de la inflación, ruidos fabriles ocasionales, ''simuladores de realidad".

Aquí las simulaciones no fallan: la realidad es la que no se ajusta al canon, y que lo diga Luis Téllez, subsecretario salinista: ''El Tratado de Libre Comercio de América del Norte no falló, pero la realidad no se ajustó a lo que se preveía".

Se ilustra acerca de la función de los bancos para otorgar créditos y la inversión que realizan en la Bolsa Valores con el ahorro, logrando así relaciones de ''ganar-ganar".

Aunque en México ''se tiende a quedarse en lo superficial, que si ganan demasiado y nunca tenemos en cuenta que los que ganan junto con los bancos son los ahorradores", sostiene Lorenza Martínez, académica del Instituto Tecnológico Autónomo de México, y asesora del Mide.

-¿Y la guía del museo qué opina de éstas, las lecciones de economía?

-Pues es obvio que aquí te enseñan lo rosa del mercado, que allá afuera no es así, pero algo es algo, ¿no?

Unos 20 visitantes y monitores colgantes simulan un mercado de valores; se venden y compran naves espaciales, viajes; las transacciones se registran en computadoras de mano. En otro interactivo, un grupo de jóvenes discute a quién invitar a una fiesta, a cuál ir. Costo de oportunidad: ''lo que sacrificamos al elegir entre una fiesta y otra".

''Queremos poner a la gente en contacto con una nueva forma de mirar la cotidianidad", explicó Silvia Singer.

''Lo instrumental se maneja con mucha inteligencia, pero sólo la dimensión instrumental de la racionalidad; es lo que Amar-tya Sen (Premio Nobel de Economía 2000) llamó rational fool, los tontos racionales", explica Boltvinik.

Por 45 pesos, de lunes a domingo, también puede visitarse el área de numismática, una de las más completas en el mundo: monedas del Virreinato, el peso villista elaborado en Hidalgo del Parral, en 1915; trozos de cartón: ''vale por" y un sello.

''Es una preocupación del Banco de México que la población tenga un conocimiento económico básico", dijo Lorenza Martínez. En 1990 esa institución adquirió el inmueble ubicado en el perímetro considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad y especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia restauraron 11 mil 500 metros cuadrados en tres niveles.

Espacio museístico privado

El Mide es un museo privado que funciona mediante un fideicomiso administrado por instituciones bancarias; debido a la tecnología que alberga, sostuvo el área de prensa, ningún día la entrada es gratuita.

A este recinto sin Carlos Marx ni Adam Smith ni David Ricardo ni referencias a otro modelo económico cualquiera, ''el nombre de Museo de Economía le queda muy grande", sostiene Julio Boltvinik, también académico de El Colegio de México.

Mediante modernos sistemas puede calcularse la inflación personal y ''proyectar los gastos hacia el futuro": si actualmente se paga una renta de 2 mil pesos, según la inflación nacional, en 10 años se pagarán 2 mil 730.

Al final del recorrido hay un glosario electrónico: capital, externalidad positiva, sector privado... se puede escribir una palabra. ''Pobreza" no aparece, la más cercana es ''escasez": ''Condición de no poder tener todos los bienes y servicios que se quieren. Existe porque la demanda de bienes y servicios es mayor que los recursos para producirlos".

La escasez como concepto abstracto, que iguala la necesidad de comer con la falta de recursos para ir a un antro. ''En el mercado de la teoría neoclásica no cuentan las necesidades, sólo las preferencias respaldadas por el poder adquisitivo", añade Boltvinik.

A la salida, las marcas Human Factor, Microsoft, Siemens, Visa, Telmex, entre otros patrocinadores del museo. Computadoras para revisar la información ''cargada". Imprimir o desechar; el envío electrónico todavía no funciona; inclusive aquí uno puede esperar las impresiones a color o arriesgar al todo por el todo el ''costo de oportunidad" entre los dos pesos de cada impresión y el boleto del Metro allá afuera.

 
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