Usted está aquí: miércoles 13 de septiembre de 2006 Ciencias En riesgo, 104 especies de cactáceas en México por palomilla del nopal

Las autoridades de Quintana Roo detectaron al insecto en Isla Mujeres

En riesgo, 104 especies de cactáceas en México por palomilla del nopal

Sería devastadora; causaría daños económicos y ecológicos considerables: Rafael León Negrete

Es de las más depredadoras y dañinas para los ejemplares nativos y endémicos de América del Norte

LAURA POY Y JAVIER CHAVEZ REPORTERA Y CORRESPONSAL

Considerado uno de los insectos más depredadores y dañinos para las especies nativas y endémicas de nopal en América del Norte, capaz de infectar y devorar una planta en pocos días, el Cactoblastis cactorum, mejor conocido como palomilla del nopal, ha sido detectado por primera vez en México, lo que pone en grave riesgo a las 104 variedades mexicanas de esta cactácea, de las cuales 66 por ciento son endémicas.

Autoridades de Quintana Roo informaron que en agosto pasado se detectó al insecto en nopales silvestres localizados en Isla Mujeres, al norte de la entidad, lo que ha puesto en alerta al gobierno municipal, estatal y federal para tratar de erradicar la plaga e impedir su propagación al resto del país, pues podría tener efectos "devastadores" en poblaciones silvestres y de cultivo.

Rafael León Negrete, secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural e Indígena (Sedari) de la entidad, advirtió que de continuar la penetración del insecto al centro y norte del país, donde se localizan los estados líderes productores de nopal y tuna, "su efecto sería devastador, ya que ocasionaría daños económicos y ecológicos de consideración".

En México, agregó, existen 360 mil hectáreas de ese cultivo, por lo que 30 mil productores de la industria procesadora de nopal se verían afectados, así como la generación de 842 mil toneladas de forrraje, además de la producción de nopal y tuna para el consumo humano.

De no erradicarse los brotes detectados en Isla Mujeres, indicó León Negrete, se corre el riesgo de perder suelos en zonas áridas y semiáridas, por sus efectos en los nichos ecológicos preservados por las cactáceas, ya que se considera que este insecto es capaz de devorar millones de hectáreas de nopal en menos de una década.

El insecto, de origen sudamericano, fue detectado en 1989 en el sur de Florida, de donde se expandió a Georgia, Alabama y Carolina del Sur, en Estados Unidos, lo que motivó la alerta de especialistas e investigadores, quienes desde febrero de 2005, advirtieron sobre los riesgos de que llegara a México, pues nuestro país alberga la mayor riqueza de especies de cactáceas, con 850 plantas distintas, de las cuales 85 por ciento son endémicas, entre las que destacan los géneros Mammillaria y Opuntia.

Catalogada en las primeras décadas del siglo XX como el mejor agente de control biológico en Australia, y posteriormente en Sudáfrica y Hawai, la palomilla del nopal, es considerada "serio peligro" por especialistas de diversas partes del mundo, ante el efecto "depredador" sobre especies nativas o cultivadas de nopal.

Alguna vez ayudó al control de invasores

Investigadores de las universidades Autónoma Metropolitana y Nacional Autónoma de México, alertaron en un reportaje publicado por La Jornada en febrero de 2005, sobre los riesgos de la llegada del Cactoblastis cactorum, originario del norte de Argentina, y que a principios del siglo pasado se empleó para acciones de control y erradicación de especies invasoras de Opuntia en Australia.

Sin embargo, tras su introducción en las islas del Caribe en 1950 como agente de control biológico de especies exóticas, también atacó especies nativas y al emigrar de forma progresiva logró alcanzar la costa este de Estados Unidos a finales de la década de los años 80, facilitando su penetración en el litoral del Atlántico y el Golfo de México.

Especialistas como Jordan Golubov, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, alertaban sobre los riesgos de no controlar el insecto en el sur de Florida y su ingreso a México por Texas, con el riesgo de afectar la biodiversidad de opuntias nativas y cultivadas, especies que pertenecen a la familia de las cactáceas, lo que no sólo tendrá un serio impacto biológico, sino económico y cultural, debido a la importancia de esa planta en la historia del país.

Agregó que investigaciones recientes confirmaban que la palomilla del nopal, presente en la Florida, causó la extinción de una de las seis especies endémicas de la región, denominada Opuntia spinossissima, y afectó seriamente a dos especies más, lo que indica el riesgo a que se verán expuestas las grandes extensiones nopaleras del sur de Estados Unidos y México.

Hasta septiembre de 2004, se tenían estimaciones que indicaban que la plaga avanzaba a 120 kilómetros por año en promedio, lo que potencia el riesgo en un país donde todos los estados tienen por lo menos una especie nativa de nopal.

A ello se suma toda la riqueza cultural y económica asociada a esta cactácea, que puede ser destruida "si no se toman las medidas de prevención y control adecuadas en todo el país, y no sólo en los estados de mayor riesgo, debido a su diversidad biológica, pues de ingresar a México la plaga puede encontrar especies huéspedes en todo el territorio nacional", advertía el especialista.

De acuerdo con reportes de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, en México se producen 860 mil toneladas de nopal por año, con una ganancia estimada en 3 mil millones de pesos, en tanto que anualmente se generan alrededor de 360 mil toneladas de tuna en estados como Zacatecas, Hidalgo, Estado de México, Puebla y San Luis Potosí.

María del Carmen Mandujano, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, también señalaba que nuestro país es reconocido en el mundo como importante centro de biodiversidad de plantas suculentas, es decir, aquellas que acumulan grandes cantidades de agua en sus hojas, tallos o raíces, como las cactáceas, familia a la que pertenecen las más de 300 especies conocidas de nopal, todas originarias del continente americano, donde México ocupa un lugar privilegiado por la enorme variedad que existe en su territorio y por el número de especies endémicas.

Las plantas suculentas más comunes en nuestro país son las agaváceas, familia a la que pertenecen el agave y el maguey; crasuláceas, orquídeas y cactáceas, de la cual somos el principal centro de diversidad, al concentrar 85 por ciento de todas las variedades del mundo.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.