Usted está aquí: martes 12 de septiembre de 2006 Mundo Esta guerra no termina hasta que haya un vencedor: Bush

Ceremonias en Nueva York, Washington y Pensilvania para conmemorar el 11-S

Esta guerra no termina hasta que haya un vencedor: Bush

La tranquilidad de EU "depende de la seguridad que haya en Bagdad", sostiene el mandatario

Advierte a Osama Bin Laden que en esta "lucha por la civilización" lo encontrará y lo enjuiciará

DPA Y AFP

Ampliar la imagen El presidente George W. Bush confortó ayer a familiares de víctimas del atentado del 11-S en el Pentágono, en Washington, mientras en Nueva York (imagen derecha) se multiplicaron las ofrendas florales en la Zona Cero Foto: Reuters y Ap

Ampliar la imagen El presidente George W. Bush confortó ayer a familiares de víctimas del atentado del 11-S en el Pentágono, en Washington, mientras en Nueva York (imagen derecha) se multiplicaron las ofrendas florales en la Zona Cero Foto: Reuters y Ap

Nueva York, 11 de septiembre. Con ceremonias a lo largo y ancho del país se recordó hoy a las casi tres mil víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, contexto en el cual George W. Bush reiteró que Estados Unidos "es una nación más segura, pero no totalmente"; advirtió al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, que lo llevará ante la justicia, y afirmó que esta es "una lucha por la civilización".

Bush pronunció un mensaje a la nación esta noche poco después de que dos haces de luz gigantescos iluminaron el lugar donde se alzaban las Torres Gemelas, y con ello dio por concluida la jornada que recordó a las víctimas mortales en los atentados de hace cinco años, cuando cuatro aviones comerciales secuestrados por un comando de Al Qaeda se estrellaron en el World Trade Center (WTC), en Nueva York; el Pentágono, en Washington, y en un campo abierto en Pensilvania.

"Enfrentamos a un enemigo determinado a llevar la muerte y el sufrimiento a nuestros hogares. Estados Unidos no pidió esta guerra, y cada estadunidense querría que terminara. También yo. Pero ésta no termina, y no habrá terminado, hasta que alguno, nosotros o los extremistas, emerja victorioso", dijo Bush.

Indicó que "si nosotros no vencemos a estos enemigos ahora, dejaremos a nuestros hijos un Medio Oriente dominado por estados terroristas y dictadores radicales que poseen armas nucleares. Estamos en una guerra que va a marcar el rumbo de este nuevo siglo, y a determinar el destino de millones en el mundo".

"Esta lucha ha sido denominada un choque de civilizaciones. En verdad, es una lucha por la civilización. Combatimos para mantener el estilo de vida disfrutado por naciones libres. Y peleamos por la posibilidad de que gente buena y decente en Medio Oriente pueda erigir sociedades basadas en la libertad, en la tolerancia y en la dignidad personal", señaló.

Advirtió a Bin Laden: "Estados Unidos te encontrará y te llevaremos ante la justicia", e insistió en que es esencial que se mantenga el curso de la guerra en Irak, a la que Bin Laden, se refirió como la "guerra del tercer mundo".

Al mencionar las críticas por invadir a esa nación árabe, Bush indicó que bajo el régimen de Saddam Hussein, Irak era una clara amenaza para Estados Unidos, e insistió en que el mundo es mucho más seguro ahora.

Bush señaló que Al Qaeda se unió a "lo que queda" del régimen de Hussein, por lo que las tropas estadunidenses no se irán de la nación árabe hasta que su misión haya concluido. "La seguridad de Estados Unidos depende de la seguridad en las calles de Bagdad. Irak será libre y un aliado en la lucha contra el terrorismo".

Al concluir su discurso, elogió al personal de emergencia por su respuesta el día de los ataques en Nueva York y Washington, e instó a los estadunidenses a hacer a un lado las diferencias.

Por la mañana, en entrevista con la NBC, Bush defendió la existencia de cárceles secretas en el extranjero, insistió en que los presos sospechosos de terrorismo no son maltratados, y sostuvo que quienes critican los métodos de interrogatorios "no viven" en Estados Unidos.

Nueva York comenzó los homenajes a las 8:46 (hora local), con un minuto de silencio a la misma hora en que el primer avión impactó en la Torre Norte del WTC.

"Han pasado cinco años y aún permanecemos unidos. Volvemos a este sitio para recordar el desolador aniversario y a cada persona que murió aquí, aquellos a los que conocíamos y aquellos a los que no, cuya ausencia siempre nos acompaña", dijo Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York.

A las 9:03 tuvo lugar el segundo de los cuatro minutos de silencio, coincidiendo con el momento en que el segundo avión se estrelló contra la Torre Sur, mientras que las dos pausas restantes marcaron el colapso de los rascacielos.

Los deudos de las víctimas protagonizaron este año la tradicional lectura de los nombres en la Zona Cero, con la participación y discursos de algunos políticos, entre ellos los gobernadores de Nueva York, George Pataki, y de Nueva Jersey, John Corzine, además de los senadores Hillary Clinton y Charles Schumer, y Rudolph Giuliani, quien era alcalde al momento del mayor ataque terrorista en la historia de Estados Unidos.

En la Bolsa de Valores de Nueva York, cientos de corredores y ejecutivos mantuvieron un minuto de silencio antes de iniciar la actividad bursátil.

Washington y Pensilvania fueron los otros epicentros de los actos conmemorativos este lunes.

Desayuno con bomberos

Bush inició su jornada con un desayuno en el cuartel de bomberos Fort Pitt, en el sur de Manhattan, donde con su esposa Laura se reunió con muchos de los primeros bomberos que participaron en los operativos de rescate el 11 de septiembre.

El mandatario no hizo comentarios durante la ceremonia, y partió después del segundo minuto de silencio, a las 9:03 horas, a la zona rural de Shanksville, en Pensilvania, donde el vuelo 93 de United Airlines se estrelló ocasionando la muerte de los 44 pasajeros.

El presidente depositó una ofrenda floral en el campo donde se levanta una gran cruz y mantuvo reuniones privadas con los familiares de los pasajeros, quienes al escuchar lo que había ocurrido en Nueva York se enfrentaron a los aeropiratas para evitar que la tragedia se repitiera en otro lugar; se cree que ese avión iba a ser impactado contra el Capitolio o la Casa Blanca.

Después, Bush se trasladó al Pentágono, donde depositó flores blancas. Ahí, el vicepresidente, Dick Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, pidieron mantener la unidad y la perseverancia en la lucha contra el "terrorismo".

La senadora Hillary Clinton afirmó a su vez que los estadunidenses "no estamos suficientemente seguros."

Las conmemoraciones coincidieron con tres falsas alarmas causadas por objetos "sospechosos" que obligaron a cerrar un pequeño aeropuerto californiano, el de Long Beach, y la estación ferroviaria Penn, de Nueva York, y a desviar un vuelo después de que alguien abandonó un teléfono celular.

 
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