Usted está aquí: lunes 11 de septiembre de 2006 Mundo Por cada muerto en el 11-S, hasta 90 en el mundo

Por cada muerto en el 11-S, hasta 90 en el mundo

En el quinto aniversario de los atentados, la guerra contra el terrorismo ha dejado devastación y miedo

DAVID BROOKS ENVIADO

Los Angeles, 10 de septiembre. El quinto aniversario de la tragedia del 11 de septiembre (11-S) está bañado de sangre, devastación, sufrimiento, crimen y corrupción, todo a nombre de la ''seguridad" y la ''libertad'', palabra esta última bajo cuyo nombre se han cometido graves violaciones al derecho internacional -en particular a los derechos humanos- en los últimos años.

La tragedia del 11-S ha servido para justificar la invasión a dos países, las amenazas contra varios más, la anulación de garantías constitucionales en Estados Unidos, la tortura, las detenciones arbitrarias, las cárceles clandestinas y varias aberraciones más. El periódico británico The Independent realizó un cálculo de las consecuencias de la llamada "guerra contra el terror" anunciada por el gobierno de George W. Bush como respuesta al 11-S: esa guerra ha matado directamente unas 62 mil personas, ha generado 4 millones y medio de refugiados y ha costado a Estados Unidos más que la suma requerida para pagar las deudas de todas las naciones pobres del mundo. Si se agregan cálculos de otras muertes no cuantificadas, agrega el diario al consultar diversas fuentes oficiales e independientes, el número de decesos podría llegar a 180 mil (inclusive por lo menos 50 mil civiles en Irak) desde el 11 de septiembre de 2001.

''La seguridad" que se emplea para amedrentar a la población todos los días y para anular críticas continúa como la herramienta política más efectiva de este gobierno. Sin embargo, según la última encuesta de CBS News, cinco años después del 11 de septiembre, 39 por ciento -más que el año anterior- de los estadunidenses se sienten más inseguros y sólo 14 por ciento dicen lo contrario; 41 por ciento creen que la amenaza terrorista crece y 54 por ciento consideran que las guerras en Irak y Afganistán crean más terroristas.

Pero, ¿cómo definir a este país, cuyos líderes se les permite proclamarse los enviados de Dios para encabezar el combate por la "libertad"? ¿Cómo explicar que amplias capas de la población aún crean el cuento oficial, y por razones de "seguridad" acepten tanta inseguridad?

Para uno de los intelectuales más prominentes de Estados Unidos la explicación podría ser muy simple: la estupidez. No descarta que ese punto sea lo que finalmente lo lleve a exiliarse y, según datos recientes, podría provocar que otros se unan.

Según una encuesta reciente de Zogby Internacional, 75 por ciento de estadunidenses pueden identificar por lo menos a dos de los siete enanos del cuento de Blanca Nieves, mientras sólo una cuarta parte saben los nombres de dos de los nueve jueces de la Suprema Corte de Estados Unidos; 74 por ciento pueden nombrar a cada uno de los Tres Chiflados, mientras que apenas 42 por ciento conocen los tres poderes del gobierno federal (Ejecutivo, Legislativo, Judicial); 60 por ciento supieron de qué planeta era Superman, mientras sólo 37 por ciento apuntaron que Mercurio es el planeta más cercano al Sol.

Según el analista político y autor Kevin Phillips - quien alerta en su último libro que Estados Unidos se está convirtiendo en una teocracia-, 45 por ciento de los cristianos en este país cree que estamos en los finales del tiempo, y 55 por ciento de los que votaron por George W. Bush esperan que verán el Apocalipsis bíblico durante sus vidas.

En tanto, todos los días hay nuevas noticias que sólo nutren la impresión de un país algo raro. Justo en el país donde el presidente George W. Bush proclama que la lucha por la libertad en el mundo es un compromiso sagrado, ya que el "Todopoderoso dotó a todo humano del derecho a la libertad", este país puede enorgullecerse en tener la mayor población encarcelada del mundo. Las cifras oficiales más recientes, para finales del verano de 2005, registraron que durante los 12 meses precedentes, más de mil personas fueron encarceladas cada semana, llegando a un total de 2 millones 200 mil encarcelados, esto es, uno de cada 136 residentes del país. En una nación cuyos políticos gozan al hablar de justicia y derechos humanos, resulta que 11.9 por ciento de la población masculina negra está encarcelada, comparado con 3.9 por ciento de los latinos y sólo 1.7 por ciento de los blancos.

Mientras, el derecho de ciudadanos a tener armas y usarlas se ha ampliado. Durante el último año, 15 estados han promulgado leyes que amplían el derecho de "víctimas de crimen" a usar "fuerza mortal" en autodefensa; lo cual anteriormente hubiera sido un delito mayor. El primer lugar en el que se han implementado estas leyes es Florida, seguido por varios estados más. El profesor Anthony Sebok, de la Escuela de Leyes de Brooklyn, comentó al New York Times que "en efecto, la ley permite a ciudadanos a matar a otros en defensa de la propiedad".

Hablando de libertad, la junta escolar del condado de Miami está apelando el fallo de un tribunal federal prohibiendo que se retire de circulación en las escuelas un libro llamado Vamos a Cuba (Una visita a Cuba). Un padre de familia se quejó ante la junta, ya que el libro no ofrece una descripción suficientemente negativa de la vida en la isla bajo el régimen de Fidel Castro. La junta insiste en que, a pesar del fallo del juez, quien determinó que el caso sobre el libro es de "libertad de expresión" y por lo tanto debe quedar disponible a los estudiantes, debe evitarse que los alumnos lean ese tipo de libro.

En otro lado de este universo estadunidense, la Oficina Federal de Investigación (FBI) fue a interrogar a un conocido ambientalista en Illinois por expresar su opinión en un foro público convocado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército sobre alternativas para mejorar el movimiento de peces en el río Mississippi. Jim Bensman, al responder a una propuesta para construir un canal, defendió otra propuesta bajo discusión que sugiere destruir una presa, y expresó que tal vez lo más práctico sería "hacer estallar" esa instalación -ya que así se desmantelan las presas, con bombas controladas- con lo cual se volvió "sospechoso".

Así, la guerra contra el "terrorismo" continúa, y los líderes reiteran que "estás con nosotros, o estas con el enemigo". Pero como recién escribió el historiador Howard Zinn, "la guerra es terrorismo. Por eso una 'guerra sobre el terrorismo' es una contradicción en términos. Las guerras realizadas por naciones, sea Estados Unidos o Israel, son cien veces más mortales para la gente inocente que los atentados por terroristas, tal salvajes como son".

Pero cinco años después, ¿cómo es posible que todo continúe igual, a pesar de las consecuencias de lo ocurrido tanto dentro como fuera de este país? "Uno tiene a un pueblo que no sabe nada del resto del mundo, y tiene a líderes que les mienten, y les mienten y les mienten", argumenta el autor Gore Vidal en una entrevista reciente con The Progressive. "Los líderes no quieren que nadie sepa nada. Cuando se tienen medios como los nuestros, uno ya no cuenta con una ciudadanía informada.... La gente no es estúpida, pero están totalmente desinformados".

A la vez, Vidal señala que todo lo que argumenta el gobierno es "tan estúpido... y lo que reproducen los medios es igualmente estupido, a veces peor... Es la estupidez que en verdad me llevará a huir de este país".

Muchos aquí esperan que la inteligencia de los Vidal y los Zinn no abandone el país, ya que tal vez más que nunca, el futuro de esta nación y buena parte del planeta depende de la respuesta que ellos y sus herederos ofrecen ante sus gobernantes y que pronto se puedan marcar aniversarios que celebran actos de paz.

 
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