Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 10 de septiembre de 2006 Num: 601


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
El malpensante
GESUALDO BUFALINO
Poesía joven de Perú
RICARDO VENEGAS
(selección)
Dos relatos
La Sinfonía del deshielo, un grito de libertad
NORMA ÁVILA JIMÉNEZ
Los dos rostros de Shostakovich
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR
Pickpocket ataca de nuevo
ROBERTO GARZA ITURBIDE
Entrevista con MARTÍN LASALLE
180 años de caricatura
AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
Albricias
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Teatro
NOÉ MORALES MUÑOZ


Directorio
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Enrique López Aguilar

Los dos rostros de Shostakovich

Dmitri Dmitrievich Shostakovich, compositor ruso de origen judío, nació en San Petersburgo el 25 de septiembre de 1906 y, si de alguien pudiera decirse, a la manera de Heráclito desde la lectura de Salvador Díaz Mirón, que "carácter es destino", la crítica astrológica (si existiera) hallaría en él una de las posibles encarnaciones del temperamento de Libra, la balanza. Quienes lo conocieron personalmente atestiguan que, al final de su vida, su rostro era un asombroso depósito de gestos, lo cual reflejaba una condición nerviosa que lo acompañó durante toda su vida; era exageradamente cortés y refinado en el trato, todo "una dama" y, tímido por naturaleza, no le sabía decir que no a nadie: si eso lo hizo firmar declaraciones públicas contra algunos personajes de la antigua urss, es algo que algunos críticos analizan para entender si Shostakovich era un apocalíptico o un integrado dentro del sistema, es decir, si se trató o no de un disidente (puede adelantarse la siguiente hipótesis: musicalmente, sí lo fue; en política, no). Asimismo, el compositor era obsesivo de la limpieza, tenía la costumbre de sincronizar todos los relojes de su casa y, para verificar la eficiencia del sistema postal soviético, se enviaba con regularidad cartas a sí mismo. A pesar de su miopía, era un calificado árbitro de futbol, pero el juego que más lo apasionaba de entre todos era uno de baraja, el "solitario". Sentía inclinación por la literatura satírica y entre sus autores predilectos estaban Chéjov, Yevtushenko y Mayakovski. En general, sentía disgusto por las inquietudes filosóficas; cuando alguien intentaba plantearle alguna reflexión de esa índole, respondía: "simplemente, bebe menos vodka".

En 1932, Shostakovich se casó con Nina Várzar, de quien se divorció en 1935; se reconcilió con ella poco tiempo después y con ella procreó a Galina (1936) y Máxim (1938), sus únicos hijos. Con Nina sostuvo una relación de matrimonio abierto hasta la muerte de ésta, en 1954; luego, Shostakovich se casó con Margarita Káinova en 1956, pero la pareja se divorció en 1959. En 1962 se casó por tercera vez, con Irina Supínskaya, una joven de veintisiete años quien, a la postre, fue su compañera hasta el final, cuando el compositor murió de cáncer en el pulmón, en Moscú, el 9 de agosto de 1975. Fue enterrado en el cementerio de Novodévichi. En la conclusión de sus polémicas e inciertas "memorias", recopiladas y editadas por Sólomon Vólkov, en 1979, asentó: "Mi vida es tan triste como la de alguien ante quien se amontona una pila de cadáveres pero, quizá, es una experiencia que, contada, podría ser útil para la gente joven, que se librará de la amargura que ha rodeado a mi vida gris."

Las primeras lecciones musicales Shostakovich las recibió de su madre, una pianista profesional. Desde joven mostró poca inclinación hacia los asuntos políticos: si en 1918 escribió una marcha fúnebre en memoria de dos dirigentes del Partido Constitucional Democrático Ruso, asesinados por marineros bolcheviques, esto indica ingenuidad o desdén hacia el bolchevismo, lo cual sería reiterativo el resto de su vida. En 1919 ingresó al Conservatorio de Música de Petrogrado, donde recibió las enseñanzas de Alexánder Glazúnov y Maximilian Steinberg, y sufrió las admonitorias consecuencias de su falta de interés por la política: en 1924 fue reprobado en el examen de metodología marxista. Shostakovich descubrió la música antigua con Glazúnov, especialista en Josquin Després y Orlando di Lassus, cuya influencia se percibe en el resaltamiento que luego otorgó al empleo de las voces internas. Su primera obra musical importante fue la Sinfonía 1, op. 10, compuesta a los diecinueve años; con ella se graduó en el Conservatorio y atrajo el interés del público hacia su obra.

Tras la graduación, inició una doble carrera como compositor y pianista, pero su estilo frío de interpretación no fue muy aplaudido, así que limitó sus actuaciones a aquellas en las que tocaba su propia obra. Hacia finales de los veinte, Shostakovich colaboró con el Tram (teatro juvenil proletario de Leningrado; aunque ahí desarrolló poca actividad, ésta le sirvió para protegerse de los inevitables ataques ideológicos a los que se veían expuestos los artistas. Durante esos años cruciales, su desarrollo creativo fue determinado por diversas circunstancias de la política doméstica: como otros compositores soviéticos de su generación, trató de conciliar los procesos de la vanguardia musical del momento con las urgencias partidistas que pretendían dar voz al socialismo revolucionario. Aunque el estilo shostakovichiano todavía estaba por definirse, su música ya daba muestras de vitalidad rítmica y una riqueza melódica que recuerdan el folclor del este de Europa. Algunas de sus obras se orientaban hacia formas musicales tradicionales y su lenguaje armónico podía ser sencillo y directo: de estas ambivalencias estilísticas dieron muestra las siguientes dos sinfonías, la Segunda, Para Octubre, y la Tercera, Primero de Mayo, ambas con finales corales.

Desde los últimos años de la década de los veinte y los de principios de los treinta, Shostakovich se planteó la vida como una dualidad entre sus inquietudes artísticas y personales frente a los dictados del realismo socialista, doctrina estética promulgada por Máximo Gorki en 1934, vigente hasta los años sesenta, y que él no compartía. En realidad, después del triunfo de la Revolución de Octubre, la liberalización de las artes sólo prosperó durante una corta etapa. El ascenso de Stalin al poder, después de 1924, supuso la estética del realismo socialista, basado en el principio de la sumisión del artista a la voluntad del pueblo, tal como lo definió Zamiatin: "Por fin hemos superado la época de opresión contra las masas. Ahora vivimos la opresión del individuo en nombre de las masas." La creación y el pensamiento individuales quedaron fuera de lugar en esa estética; un artista no podía presentar una obra como canto individual al poder soviético, pues estaba obligado a decir: "El artista [soviético], junto con toda la nación soviética y sus trabajadores [soviéticos], canta al poder soviético." Sin embargo, la razón por la que Shostakovich resultó ser el compositor más conocido de entre quienes no salieron de la urss, es la de haber conseguido expresarse de manera individual en sus obras.

Mientras Shostakovich elaboraba las Sinfonías 2 y 3, comenzó su ópera satírica La nariz, basada en un cuento de Gógol, con planteamientos expresionistas y, por momentos, atonales, que recuerdan la obra de compositores occidentales como Hindemith y Alban Berg. Fue bien recibida por la crítica y el público pero, en 1929, la ópera fue tildada de "formalista" por la Asociación Rusa de Músicos Proletarios, órgano oficial de los músicos de la urss, pues los dirigentes del Partido Comunista la habían calificado como burguesa y decadente. Sin desalentarse, Shostakovich se dedicó a componer la siguiente ópera, Lady Macbeth del Distrito de Mtsensk, estrenada en 1934 con un éxito inmediato, pero la obra fue ferozmente atacada en Pravda, en 1936, con un artículo titulado "Caos en lugar de música": el Partido consideró que Lady Macbeth… era de carácter contrarrevolucionario, así que la ópera fue prohibida durante veintiséis años, hasta que su autor condescendió a revisarla con el nuevo título de Katérina Ismáilova. Como 1936 marcó el comienzo de las grandes purgas, por las que muchos amigos del compositor fueron enviados a prisión o asesinados, este tipo de ataques obligó a Shostakovich a prometer que reformularía sus ideas artísticas.

En 1927 comenzó la relación de Shostakovich con Iván Soyertinski, quien sería su mejor amigo hasta la muerte de éste, en 1944. Él le dio a conocer la obra de Gustav Mahler, que tendría mucha influencia en la suya partir de la Sinfonía 4 (compuesta en 1934 aunque, por los problemas con la censura, no pudo estrenarse sino hasta 1961, cuando el proceso de desestalinización soviético estaba en marcha). Como Shostakovich vivió en un ambiente de convivencia cultural, recibió influencia de la comunidad judía, incorporando a su obra ritmos y modos tomados de ella. En el balance final, su música también mostró la influencia de otros compositores a quienes admiraba: Bach, por sus fugas y passacaglias; Beethoven, por sus últimos cuartetos; Gustav Mahaler, por sus sinfonías; Berg, por el uso de códigos y citas musicales. A pesar de que en sus primeras obras experimentó con la atonalidad, sus trabajos fueron ampliamente tonales dentro de la tradición romántica, mas con elementos de atonalidad, politonalidad y cromatismo (en algunos de sus últimos trabajos, como el Cuarteto 12, llegó a emplear filas de tonos). Muchos críticos han señalado la ruptura entre sus trabajos anteriores a la denuncia de 1936 y los subsiguientes, más conservadores; no obstante eso, la obra de Shostakovich es una importante contribución a la música tonal en un momento en el que sus contemporáneos más influyentes experimentaban con el serialismo y el atonalismo. Esta tendencia se aprecia en sus sinfonías, que siguen la tradición de Mahler en la forma y el lenguaje armónicos, por lo cual se le considera el último exponente de la Primera Escuela de Viena.

¿Qué implicaba ser denunciado? Poner en peligro la actividad profesional y la vida. Las dos ocasiones en que el autor fue calificado de "formalista" y "occidentalista", en 1936 y 1948, perdió su trabajo, se redujeron notablemente sus ingresos y necesitó que amigos suyos, influyentes en la cúpula del poder soviético, trataran de disculparlo. La Sinfonía 5, op. 47 (compuesta en 1937 y significativamente subtitulada como Respuesta de un artista soviético a una crítica justa) y la 6, op. 54 (1939), fueron bien recibidas por el Partido y el público, no sólo soviético sino internacional. Su Quinta, musicalmente conservadora sin ser simplista, no fue abiertamente política, ni a favor ni en contra del régimen: resultó un éxito y sigue siendo uno de sus trabajos más populares, pero el terror que vivió Shostakovich en aquellos días, en los que tenía preparada una maleta para escapar por si la policía se presentaba en su casa durante la noche, se resume en esta frase claudicante, otorgada en 1953 a El mundo de la música: "Creo firmemente que la música debe reflejar el sentir colectivo del pueblo soviético." Fue en los treinta que comenzó a escribir el primero de sus cuartetos de cuerdas: los trabajos de cámara le permitieron experimentar y expresar ideas que hubieran sido inaceptables en sus piezas sinfónicas; en septiembre de 1937 comenzó a enseñar composición en el Conservatorio: eso le brindó cierta estabilidad financiera, pero interfirió con su trabajo creativo.

Cuando estalló la guerra entre la ursss y la Alemania nazi, en 1941, Shostakovich permaneció en Leningrado durante el principio del asedio y comenzó su Séptima sinfonía, conocida con el nombre de esa ciudad, mientras colaboraba como bombero voluntario, pues no podía ser enlistado en el ejército debido a su miopía. La sinfonía fue adoptada como símbolo de la resistencia soviética, tanto en la urss como en Occidente, y en octubre de 1941 el compositor y su familia fueron evacuados de Leningrado. En la primavera de 1943, la familia se trasladó a Moscú. La Octava sinfonía, de ese año, es un trabajo extenso y oscuro que no fue aprobado por las autoridades, mismas que también reprobaron la Novena sinfonía (1945), pues esperaban de ella una música triunfalista, acorde con el devenir de la postguerra, pero la obra tenía las características de un divertimento.

En 1948, Shostakovich fue acusado de "formalismo" gracias al decreto Zhdánov. Éste fue emitido el 10 de febrero de 1948 y, aunque se dirigía contra la ópera La gran amistad, del compositor georgiano Vano Muradeli, fue el comienzo de una campaña de críticas y descalificaciones contra muchos compositores soviéticos, entre ellos Shostakovich, Prokófiev y Jachaturian. El decreto fue seguido por un congreso especial de la Unión de Compositores, en abril del mismo año. Varios artistas fueron exhortados a declarar arrepentimientos públicos: la mayoría de los trabajos de Shostakovich fueron censurados, él fue obligado a disculparse públicamente y se retiraron los privilegios que gozaba su familia. Otra vez prometió reformular sus ideas artísticas.

Después de 1948 las composiciones de Shostakovich se dividieron entre la música concesiva (trabajos oficiales para asegurar la reivindicación oficial) y los trabajos serios, destinados al cajón del escritorio. Estos incluían el Concierto 1 para violín, el ciclo de canciones Poesía popular judía, op. 79, y una de las obras maestras del autor, estrenada en 1952, en Leningrado: los 24 preludios y fugas para piano, op. 87, para cada tonalidad mayor y menor, una especie de moderno Clavecín bien temperado cuyas exigencias técnicas y expresivas lo alejan de su aparente espíritu didáctico, como el modelo bachiano.

Las restricciones impuestas a la música de Shostakovich y sus condiciones de vida mejoraron en 1949, asegurando su participación dentro de una delegación de personalidades soviéticas que visitó Estados Unidos. Durante un período de casi dieciséis años, Shostakovich realizó actividades que se interpretaron como una muestra de compromiso, de cobardía, o el simple resultado de las presiones políticas del momento: en 1949 escribió la cantata Canción de los bosques, donde elogió a Stalin como el "Gran Jardinero"; recibió varios Premios Stalin; en 1951 se convirtió en diputado del Soviet Supremo; en 1956 recibió la Orden de Lenin, máximo galardón soviético; desde 1960 obtuvo su credencial como miembro del pcus y, al promediar la siguiente década, en 1966, fue el primer compositor que recibió la condecoración de Héroe del Trabajo Socialista.

La muerte de Stalin, en 1953, fue el primer gran paso hacia la rehabilitación oficial de Shostakovich, marcada por el Cuarteto 8 y la Décima sinfonía, donde incorporó varios códigos y citas musicales de orden personal, como el tema dsch: las notas correspondientes a las primeras letras del apellido del compositor, de modo similar al tema bach, según el sistema alemán de notación musical. La Décima resultó ser uno de sus trabajos más populares, junto con la Quinta y, así, 1953 fue un año en el que vieron la luz varios de los trabajos salidos de su "cajón del escritorio". Finalmente, los compositores condenados por el decreto de 1948 fueron rehabilitados por otro, del 28 de mayo de 1958, durante el proceso de desestalinización, año en que, paradójicamente, Shostakovich enfermó de poliomielitis.

No obstante la rehabilitación pública, el temor a la represión del Partido hizo que alguien como Shostakovich, ya famoso en Occidente, callara hasta su muerte. Además, el compositor estableció, consciente o inconscientemente, una férrea distinción entre los géneros considerados mayores (sinfonías, conciertos) y los menores (música de cámara, obras para instrumento solo, Lieder). De este modo, mientras las obras "mayores" trataban de adherirse a las directrices del Partido, pues su representación estaba controlada por el poder soviético, en las "menores" pudo permitirse un margen de mayor libertad creativa. La respuesta de Shostakovich a las críticas oficiales ha sido considerada discutible por quienes quisieran ver actitudes contestatarias en todo artista que haya vivido bajo una dictadura: aparentemente, él era parte del Estado, pues leía discursos y colocaba su nombre en artículos que expresaban la línea de pensamiento del gobierno, pero, por otro lado, se sabe que le disgustaba el régimen soviético, actitud que luego confirmaron las declaraciones de su familia, su numerosa correspondencia y la cantata satírica Ráyok, para cuatro voces, coros y piano, op. 78b, donde ridiculiza la campaña antiformalista; fue compuesta en 1948, pero se mantuvo oculta, incluso después de su muerte, y se estrenó el 12 de enero de 1989, en Washington, bajo la dirección de su amigo, el chelista Mstislav Rostrópovich.

En 1962 Shostakovich volvió a tocar el tema del antisemitismo en la Sinfonía 13, Babi Yar, con poemas de Yevtushenko, el primero de los cuales conmemora luctuosamente una masacre de judíos durante la segunda guerra, cerca de la ciudad de Kiev. El poema había sido publicado en los medios soviéticos, sin censura oficial, pero seguía siendo controvertido y, después del estreno de la sinfonía, el poeta fue obligado a añadir una estrofa donde admitiera que también rusos y ucranianos habían muerto junto a los judíos en Babi Yar.

En sus años finales de vida, empeoró la mielitis de Shostakovich, que se volvió crónica, y comenzó a sufrir problemas cardiacos a mediados de los sesenta. Sus últimas obras –las Sinfonías 14 y 15, y los Cuartetos 12 a 16– fueron introspectivas y sombrías, y recibieron críticas favorables de Occidente. Por esas fechas escribió: "El miedo a la muerte puede ser la más intensa de las emociones. Algunas veces pienso que no hay sentimiento más profundo. La ironía yace en el hecho de que, bajo la influencia de ese miedo, las personas creamos poesía, prosa y música, esto es, tratamos de fortalecer nuestras ataduras con lo vivo."

Los quince cuartetos para cuerda de Shostakovich, compuestos entre 1935 y 1974, se consideran una de sus mayores contribuciones a la música del siglo xx, así como los ya citados 24 preludios y fugas para piano. También compuso dos conciertos para piano, dos para violín y dos para violonchelo, varios ciclos de canciones (con textos de Alexánder Blok, op. 127; Marina Tsvetáieva, op. 143; y Miguel Ángel Buonarroti, op. 145; entre algunos de los muchos en que puso música a poetas seleccionados por él). El Segundo trío con piano, op. 67, la Sonata para piano y violín, op. 134, y la Sonata para piano y viola, op. 147, también se aprecian como otras de las cimas alcanzadas por el compositor. Aunque el conjunto de su música de cámara es más interesante y original que la sinfónica, e incorpora elementos de la vanguardia de los años sesenta, eso no descarta el valor de sus quince sinfonías (todas ofrecen una expresiva y compleja voz del autor, menos las 2, 3 y 12, aunque resultan notoriamente predilectas las números 4, 5, 7, 10, 11 y 15), algo de su música de ballet (entre lo más afamado, La edad de oro, op. 22, compuesta entre 1929 y 1930, y la Suite para orquesta de jazz, número 2, op. 50b, de 1938), y bandas sonoras para películas, entre las que sobresale Nueva Babilonia, op. 18, para pequeña orquesta.

En el momento de apreciar los dos platillos de la balanza de Shostakovich, resulta notorio que su música trascendente entre los compositores del siglo pasado no fue la que aplaudía y fomentaba el Estado Soviético, sino la que él compuso de manera "personal", lo cual divide su obra entre un conjunto "prescindible" y un corpus fundacional. Ya lejos de polémicas revisionistas y de críticas volcadas contra un autor por su escasa disidencia visible, ¿no ocurre que en Shostakovich se repite lo mismo que en la vida y obra de casi todo artista? Claudicar frente a un poder totalitario, ¿no es lo mismo que hacerlo frente a las urgencias económicas y componer música circunstancial y de salón para la aristocracia o la burguesía, a la manera de La victoria de Wellington, esa atroz obra beethoveniana, o el Triumphlied, op. 55, de Brahms, dedicada a Guillermo i, después de su coronación como emperador y, también, compuesta para celebrar la derrota de Francia en 1870?

Desde lo políticamente "correcto" y lejos de las circunstancias históricas, es fácil solicitar disidencia a cualquier personaje, olvidando que la corrección política de hoy será la incorrección de mañana. Lo más importante para la apreciación estética de todo artista es su obra y, para felicidad general, el conjunto de la de Shostakovich es memorable: lo sustancial de ella pertenece al canon musical contemporáneo; por eso y más se conmemora el primer centenario de su nacimiento, inicio de las muchas conmemoraciones por venir.