ANTROBIOTICA
Agosto 28, 2006
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¿Qué le hicieron a las luces?
Foto: Fabrizio León Diez
QUERIAS DROGAS, ¿NO?, querías probar a güevo la cápsula azul, pues ¿cuánto cabe en una cápsula azul o amarilla o rosa o yo qué sé, cuánto puede ser?, querías otra línea y otro chupe u otra piedra y otro chupe, al fin que en los buenos antros hay de todo, y si no pues tú llevas o tus cuates o los míos, pero, digo, es lunes y si chupas lunes chupas toda la semana, y este antro del Centro -del otro Centro, del Centro donde ni volviéndote a morir te toparías a Slim, el Centro rojo y explosivo y puerco y apestoso- abre sus puertas a Bolívar y se diría no cierra nunca: entras a las nueve a su "vestíbulo" y las luces, fíjate en las luces ahora que todavía puedes describirlas: la luz es de tungsteno, luz ahorrativa que vuelve tu piel color azul o verde y resalta las venitas alrededor de los ojos caribeños de la mujer que está contigo, por qué un bar se atreve a comprar estos focos, así de pobres estamos, ni modo, carajo, ¿cuántos vodkas llevamos?, nidea, benditos vodkas, bendito San Dimitri Smirnoff y bendito San Fiodor Zubrowka, beatus ille, en sus manos encomiendo mi espíritu, las escaleras son de hule espuma, y ya estás arriba, en la pista, no que no sabías bailar, qué risa que la mujer que está contigo y que tanto se parece a un personaje de El planeta de los simios (la neta no es mal pedo, es la verdad) te pregunte si te vas a meter eso con vodka, ¿qué esperaba?, ¿que pidieras lechita tibia?, y entonces, para no alterar el delicado equilibrio del universo, para que las mariposas de Japón causen por siempre jamás los huracanes de Cancún, te pones en la boca una cápsula azul y baja por tu garganta envuelta en vodka, en limón, en saliva vieja, en agua mineral, qué rica mezcla, otra mujer te toma de la mano, ¿no que no sabías bailar?, ¿cómo te llamas?, Alonso: ¿qué le hicieron a las luces, eh?, pero no lo preguntas en voz alta, a ver, haz un esfuerzo, abre los párpados, mueve el cuello: el obturador de tus ojos está tan abierto que con el movimiento de la cabeza y el del foco que está en el techo puedes escribir tu nombre en un rayo constante de luz (ojalá trajeras cámara por una vez en tu vida, para que no se perdieran las letras en el tiempo que es descortés para con todos), claro que sabías bailar, sobre todo esta rolota ("incontables son las veces que he tratado de olvidarla y no he logrado arrancarla ni un segundo de mi mente"), qué ricos tamborcitos, y ahora sí: después de tantos años estás fajando en serio, una mano te baja el cierre y te acaricia el principio de los muslos, una mano pequeña y eléctrica, una mano que trae una granada activada y vuelta loca, uta madre esto sí es un faje, sostienes una o dos o cuatro tetas en las manos, ¿qué onda, vamos a mi casa?, sí, vamos, y en la entrada del edificio les piden a tus amigas que den su nombre, qué mamada, pero cómo, preguntas, si ellas viven aquí, ésta es su casa, su última morada en el mundo, el último recoveco para dos diosas como ellas, expulsadas del paraíso por un dios tirano y cruel, y el poli sonríe sin ninguna gana y de pronto el reino de este mundo es la cama y los cojines y el olor a jabón, coger huele a jabón, a palmolive, a crest, a dove, pero también a aluminio, a tacha, qué chingados le pusieron a esta tacha, por qué el lado izquierdo de tu cuerpo es un pinche trapo, una jerga, y tus amigas se besan, se acarician y de pronto hay dos vergas esta noche, ¡ja!, linda sorpresa, y una de ellas te entra en la boca, coger es engañarse, desear es engañarse, desear es matarnos un poquito, coger es matarnos hasta el fondo de nosotros,
coger es despojarse del espíritu,
tirarlo al basurero de la pena,
el deseo asesina, es un salvaje,
es cruel y es mentiroso, es una mierda,
coger es en el gozo despreciarse,
desear es ser frenético, estar loco,
coger es ser frenético, estar loco,
es morder un anzuelo voluntario,
desear es perseguirse como idiotas,
tener, haber tenido, ir a tener,
venirse como un loco en sombra en sueño,
venirse de locura en polvo en nada:
carajo, ¿quién ignora estas verdades?
carajo, ¿quién se libra de este infierno?
coger es una verga en tu garganta, qué diablos le pusieron a esta tacha, a esta pildorita azul, y muy dentro de ti una voz que apenas reconoces te dice que sí, que esto es coger y te ríes, jaja, mañana saco esto en La Jornada, cabrones, pero, lástima, mañana no hay neuronas, no hay nada, ¿de qué te ríes? te pregunta una voz masculina y tú: de nada, dame un beso, y te besas y desde el fondo de ese beso perfecto surge lenta una voz, ¿te gusto, Alonso?, te pregunta, y tú: güey, me encantas, y la voz: no es cierto, no me digas mentiras, y de pronto la voz ya no es la voz de un güey que conociste en el Centro, es la última voz que es posible oír nunca, la voz
que te dice no es cierto no le temas
la muerte no se siente eso es mentira
la muerte no es el fin está diosito
la muerte no es la nada no sabías?
mañana al despertar el paraíso
levántate a la diestra del señor
levántate a mi diestra no sabías?
levántate jesús te besa el rostro
te besa las mejillas y los labios
ya duérmete alonsito ven conmigo
los ángeles y arcángeles las vírgenes
te cuidan y te arropan no sabías?
ya duérmete alonsito que mañana
despiertas a mi lado allá en el cielo,
¿despierto dónde?, te atreves a preguntar, y la película y tú corren en reversa, los árboles, los postes, las esquinas van de atrás para adelante, Isabel la Católica en reversa, Mesones, Bolívar, las puertas batientes del antro también van en reversa, subes flotando de espaldas unas escaleras que no son de hule espuma sino de cuadritos horribles de plástico y avanzas hacia atrás y en medio de la pista un líquido mezcla de saliva, vodka, limón y tehuacán te sube por la garganta y apenas vas quitándote el vaso de la boca cuando abres los ojos y tu amiga que es sólo una te dice sonriendo: ¿cómo que dónde?, te nos fuiste, papacito, ¿no que no sabías bailar?, a lo que tú, con toda la serenidad del mundo, respondes: es que esta pinche tacha está bien chida.