Usted está aquí: jueves 7 de septiembre de 2006 Mundo Admite Bush que existen cárceles secretas de la CIA en el extranjero

Estados Unidos "no tortura; va contra nuestra leyes y nuestros principios", asegura

Admite Bush que existen cárceles secretas de la CIA en el extranjero

Esta práctica "ha salvado vidas" porque los prisioneros eran una fuente de vital información, dice

"Duros, seguros, legales y necesarios", los métodos utilizados en interrogatorios a los sospechosos

REUTERS, AFP Y NOTIMEX

Ampliar la imagen Jalid Sheikh Mohammed, supuesto autor intelectual del 11/S Foto: Ap

Ampliar la imagen Foto de archivo de la prisión de máxima seguridad en el Campo 5 de la base estadunidense de Guantánamo Foto: Ap

Washington, 6 de septiembre. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reconoció este miércoles por primera vez que existen cárceles secretas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el extranjero, a las que han sido llevados sospechosos de terrorismo.

Bush defendió esa práctica al alegar que "ha salvado vidas", y que los prisioneros eran una fuente vital de información. "Nuestra seguridad depende de obtener ese tipo de información", dijo Bush.

El programa de prisiones de la CIA fue dado a conocer a la opinión pública por el periódico The New York Times el año pasado, lo que generó críticas internacionales contra el gobierno de Bush.

El mandatario admitió la existencia de cárceles secretas fuera de Estados Unidos al pronunciar un discurso televisado en que se le vio acompañado por familiares de fallecidos en los ataques contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington, el 11 de septiembre de 2001.

Aseguró que ya no hay sospechosos de terrorismo detenidos por la agencia de inteligencia, y expuso: "Fue necesario transferir a estos individuos a un ambiente donde pudieran ser retenidos en secreto, interrogados por expertos y, cuando era apropiado, procesarlos por actos terroristas".

Afirmó el mandatario que "no puedo describir los métodos que se utilizaron", porque podría ayudar a los terroristas a aprender cómo enfrentarlos, "pero puedo decir que fueron duros, seguros, legales y necesarios".

"Quiero ser totalmente claro con nuestra gente y con el mundo: Estados Unidos no tortura. Va contra nuestras leyes y nuestros valores. No lo he autorizado y no lo autorizaré", añadió.

Dijo que el Comité Internacional de la Cruz Roja tendrá acceso a ellos, y los detenidos tendrán acceso a asesoría legal. Enfatizó que "se presumirá su inocencia".

El presidente estadunidense se ha pronunciado con frecuencia ante su pueblo estos últimos días y seguirá haciéndolo, pues según analistas ésta es la forma que tiene de apoyar a su Partido Republicano para las elecciones legislativas de noviembre próximo.

Bush agregó que Jalid Sheikh Mohammed, el autoproclamado artífice de los atentados del 11 de septiembre, fue transferido junto con otros 13 sospechosos de la red Al Qaeda a Guantánamo, donde serán juzgados por comisiones militares que deben ser aprobadas por el Congreso estadunidense.

Bush aseguró que "el pequeño número de sospechosos" en instalaciones secretas incluye a responsables de la planificación de los atentados de 2001, y afirmó que interrogar, bajo esas condiciones, a Abu Zubaydah llevó directamente a la captura de Ramzi Binalshibh, quien facilitó en 2003 la detención de Mohammed.

El mandatario explicó que ha solicitado al Congreso que se autorice a comisiones militares para juzgar a los hombres que "nuestros funcionarios de inteligencia creen orquestaron el asesinato de casi 3 mil estadunidenses".

En junio pasado la Suprema Corte rechazó esta petición con el argumento de que las comisiones militares no siguen los estándares castrenses estadunidenses ni los de la justicia internacional, y por lo tanto, podrían excluir a los abogados defensores de los juicios, limitar sus accesos a las pruebas y permitir como evidencia testimonios obtenidos bajo tortura.

Bush aseguró que durante su cautiverio clandestino, los sospechosos de terrorismo fueron "tratados con la humanidad que les negaron a otros", pues en todo momento se observó lo estipulado sobre prisioneros de guerra en la Convención de Ginebra.

Directiva del Pentágono

El Pentágono fijó este miércoles su política pública respecto del tratamiento a los prisioneros de la "guerra contra el terrorismo" al afirmar en una directiva que el ejército debe respetar el artículo 3 de las Convenciones de Ginebra, que prohíbe la tortura.

"Todos los detenidos deberán ser tratados humanamente y de acuerdo con las leyes estadunidenses y de la guerra", dice la directiva firmada por el número dos del Pentágono, Gordon England.

La nueva directiva se aplica a prisioneros bajo la responsabilidad del Pentágono, precisó uno de sus portavoces, Bryan Whitman. Esto significa que no afecta a los interrogados por la CIA en prisiones secretas en el extranjero.

El Pentágono también publicó hoy su nuevo manual de interrogación, destinado a servir de referencia para las tropas en el trato a los prisioneros. En él se detallan las técnicas y los procedimientos autorizados para interrogarlos.

El texto prohíbe "explícitamente" la tortura, golpear a un detenido, quemar, causar sufrimiento síquico, humillar sexualmente, amenazar con perros, privar de agua y alimentos, organizar simulacros de ejecuciones y asfixia.

Diecinueve técnicas de interrogatorio están autorizadas, y de ellas tres son nuevas. Se trata de la del "interrogador bueno/interrogador malo" y la posibilidad para éstos de hacerse pasar por una persona diferente.

La tercera nueva técnica, que consiste en separar a los prisioneros para que no puedan coordinar respuestas entre ellos, está específicamente limitada a "combatientes enemigos", agregó el general.

Por último, el Senado estadunidense debatió hoy una medida propuesta por los demócratas que pide al presidente Bush destituir al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en tanto que la mayoría republicana defendió al controvertido jefe del Pentágono.

El proyecto condena a Rumsfeld por sus declaraciones de la semana pasada, cuando comparó a los críticos de la política de Estados Unidos para Irak con quienes toleraron el nazismo, y lo acusan de no planificar adecuadamente la posguerra en Irak.

Por último, Amnistía Internacional consideró hoy insuficientes los cambios a las políticas sobre detenidos anunciados por Bush.

Larry Cox, director de la organización humanitaria en Estados Unidos, indicó que al adherirse al artículo 3 de las Convenciones de Ginebra para todos los detenidos, el Pentágono "ha reafirmado protecciones importantes que se hallan en la ley internacional".

 
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